domingo, 30 de junio de 2013

Capitulo 3

Si por algo eran mis mejores amigas era porque sabían perdonar mis errores. No se merecían que las mintiera por quedar con Max, debía contárselo todo. Al menos ahora ya no tendría ese problema, no iba a ver a Max en ese ultimo día fuera como fuera.

No llego a comprender como pudimos vivir tantas cosas en tan poco tiempo, quizás tenía que ocurrir así o quizás hasta lo habíamos buscado nosotros solos.
Era un chico encantador pero saber que no lo podía tener siempre a mi lado conseguía hacerme olvidar todas las cosas buenas.

Brujas nos había traído muy buenos momentos, había conocido a nueva gente y además había participado en una serie que seguramente nunca llegaría a ver. Era hora de preparar las maletas y volver a casa, mi vida normal me esperaba.

“Puedo verte?" esta fue la pregunta que recibí en forma de mensaje. No tenía que haberle dado mi número de teléfono, era idiota.

-          NO! –grite enfada conmigo misma-

“En serio?”

-          En serio que? Este tío está loco

No entendía a que venía ese último mensaje, igual hasta estaba hablando con otra chica y se había equivocado a la hora de darle a enviar.

-          Está en la puerta. Se merece una despedida
-          Max está en la…

No pude ni terminar la pregunta, estaba flipando con lo que ese chico hacia. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a qué hacer, quizás debía salir y despedirme como Sofía me acababa de decir o quizás lo mejor era no verlo nunca más.

Odiaba sentirme de esa forma, querer empezar a sentir por alguien y no poder. Lo peor que podía ocurrirle a cualquier persona.

-          Esto es muy raro. Que haces aquí?
-          Quería verte antes de que te marches. No sé muy bien que paso ayer pero quiero que sepas que me encantaría seguir manteniendo el contacto contigo
-          Apenas me conoces Max
-          Que mas da –sujeto mi mano y yo la volví a apartar- Vale. No sé qué decirte

Apartar su mano de la mía había incomodado un poco el ambiente. Quizás era un poco radical pasar de querer besarle a comportarme así pero era mi única forma de escapar del problema.

-          Si alguna vez voy a España espero que quedes conmigo… al menos un rato
-          Mientras vengas a mi ciudad estaré encantada de verte

Ir a España era muy fácil, llegar a mi ciudad no tanto. Si alguna vez iba seria porque le interesaba asique si de verdad era así tenía que demostrarlo.

De nuevo vuelta a mi vida de todos los días, mis estudios de enfermería y mis problemas familiares. Demasiado drama después del viaje, insoportable para algunos pero divertido para otros como Sara.
Le encantaba escuchar mis historias familiares, éramos igual que una serie.

“Me voy a NY un par de días”

-          Que quiere decirme con esto? Se ha confundido fijo

Apenas hablábamos a no ser que fuera por mensajes y así sin más me decía eso. No sabía que responderle.

“Diviértete”

Sara estaba a mi lado y lo que supuestamente era una tarde de estudio paso a convertirse en una tarde hablando sobre Max y afortunadamente con Max.

-          Dijiste que si iba a España podía verte
-          Acaso vas a venir?
-          No, pero tú puedes venir conmigo a NY. Recuerdo que dijiste que te encantaría ir

Negué con la cabeza mientras miraba sonriente a mi amiga, no podía creer lo que escuchaba.

-          Tengo exámenes finales en la universidad, no puedo
-          No quieres?
-          No puedo. Te aseguro que quiero ir, no sé si contigo o sin ti –reí nerviosa- pero me gustaría mucho no tener ningún examen. Recuerda que solo tengo 20 años y aun estudio. No tengo tanta suerte como tu
-          Bueno… tendré que pensar otra cosa

O en otra chica, solo me quería para lo que le apetecía. En Nueva York era imposible aburrirse, en el avión quizás un poco.

-          Nueva novia?
-          Qué? Em no! Celosa?
-          Entonces en que tienes que pensar?
-          En como poder verte

Con cosas como esas estaba a punto de derretir un iceberg. En ese momento tenerle lejos me mataba. Ya sí que podía afirmar que adoraba a mis amigas por hacerme ir a Brujas.

-          No te olvides de mi –dijo antes de finalizar la llamada-
-          Cuando te vea en mi casa te juro que no lo hare nunca. Vete a dormir o lo que tengas que hacer y ya hablaremos. Aun tengo mucho por estudiar
-          Vale. Adiós preciosa

Agarre la mano de mi amiga y termine la llamada, no daba crédito a lo que me acababa de decir. Parecía una adolescente con su primer amor. Ni siquiera era mi novio y ya me volvía completamente loca. Tenía que empezar a controlar mejor mis emociones.

Dudaba mucho que viniese pero si de verdad quería verme, cuando volviese de Nueva York podría hacerlo. Solo tenía que coger un avión hacia Madrid y luego recorrer 400 kilómetros hacia el norte hasta llegar a mi ciudad. Una locura que ningún hombre hasta el momento había hecho.

Poco a poco me estaba volviendo aun más loca; no era capaz de estudiar imaginando a ese chico que apenas conocía en mi casa.

No pretendía ser una psicópata pero mi cabeza me obligaba a teclear su nombre en google, todo lo que me había contado podía ser verdad o quizás un universo paralelo estaba a punto de ser descubierto.
4 películas, un corto, alguna que otra serie… ese chico parecía famoso. No sé si tanto como para ser reconocido por la calle, pero no me había mentido en nada.

-Imagínate a mil niñas gritando su nombre. Igual es el próximo Brad Pitt
- Max, oh Max -reímos-
-Eso fue lo que gritaste cuando estabas tan a gusto entre sus…

Mi madre interrumpió y toda la conversación paso de ser divertida a ser lo más incomodo del mundo.

-          Dejaros de tonterías y estudiar. Parecéis crías de 5 años

Tenía razón, no podía pensar en otra cosa que no fueran mis estudios al menos durante la época de exámenes.
Sara también estudiaba enfermería asique era un gran apoyo tenerla a mi lado siempre que la necesitaba. Sofía aunque viviese un poco más lejos de nosotras y estudiase otra carrera totalmente diferente a la nuestra seguía estando siempre presente. Unas amistades tan fuertes nunca terminarían.

-          Que sexy
-          De verdad? –me mire en el espejo y sonreí divertida- Me encanta mi nuevo pelo

Locura de última hora; ir a la peluquería con la idea de cortarme un poco el pelo y salir con media melena menos y encima rubia. Un cambio radical que necesitaba.

-          Me siento sexy! –grite entrando en casa- Mama?
-          Que te has hecho? Menudo cambio

Si seguía mirándome de esa forma iba a empezar a asustarme. Si a mí me gustaba no había más vueltas que darle.

-          Tenias una carta. La he dejado encima del escritorio

Camine hacia mi habitación y después de una última mirada al espejo abrí ese pequeño sobre.

“Una corona?” Ni una carta ni nada, allí dentro solo había un pequeño anillo en forma de corona. Todo bastante raro.

-          La gente está mal de la cabeza. A quien se le ocurre enviar esto? Ni pone el nombre

“Creo que me he perdido, estoy timbrando a tu casa pero nadie contesta”

-          Oh dios mío… MAMA MAMA MAMA!

Corría por toda la casa intentando encontrar algo que fuera capaz de controlar mis nervios. Había viajado hasta allí solo por mí, no podía creerlo.

“Era broma, sigo en Nueva York. Espero no haberte asustado”
“Vete a la mierda”

-          Emma abre –dijo después de escuchar el timbre-
-          Abre tu, hoy no estoy para gilipolleces

Mi única salida de esa broma pesada era pasar todo lo que quedaba de día hablando con mis amigas. Max era imbécil con esas bromas.

-          Vale, olvida lo que acabo de decirte…

La persona que acababa de llamar a la puerta no era Max, ojala lo fuera pero no. Era un mensajero con un gran paquete a mi nombre.

-          -Reí muy nerviosa y a punto de llorar- Sara el vestido
-          Que vestido?
-          El que me puse para la grabación. Me ha enviado el vestido… y el anillo! el anillo que llevaba también. Ay dios, me va a volver loca
-          Llámale –dijo entusiasmada- Olvídate de los mensajes y escucha su voz

Con lo nerviosa que me había puesto iba a ser un poco difícil hablar con él y saber que decir. Lo mejor era mandarle un mensaje agradeciéndole todo lo que había hecho y esperar a que un milagro ocurriese para poder verle de nuevo.

“No puedes negarte. Madrid dentro de dos días, te espero en el aeropuerto”

Una pequeña maleta, el ipod, 2 exámenes sin hacer y ya estaba lista para ir a la aventura. No tenía ni idea de que me pasaba con ese chico pero nadie me iba a impedir averiguarlo.

Avise a las chicas apenas dos horas antes de que me iba a Madrid. Me tomaron por loca pero sabía que aunque no lo dijeran ellas me apoyaban en todo lo que hiciera. Quizás mi madre no tanto pero ella estaba en un segundo plano en todo lo que podía ocurrir.

Ya estaba en el aeropuerto y con mucha suerte no me perdí hasta llegar a la puerta por la que tenía que salir Max. Parecía uno de esos videos de youtube en los que la novia o el novio esperan a su pareja a la cual no habían visto desde hacía años.
No tenía ni idea de cómo recibirle, un beso estaba claro que no le iba a dar pero igual hasta un abrazo efusivo era demasiado; tenía que tranquilizarme.

-          Has venido? -Pregunto por teléfono- No te veo
-          Has llegado ya? Pensaba que tu vuelo iba con retraso

Me levante de la cafetería donde me acababa de sentar y lo busque. Con mi pelo rubio y algo más corto para él iba a ser mas difícil encontrarme, en cambio para mi encontrar a alguien de casi metro noventa iba a ser fácil.

-          Debería venir más a menudo
-          Deberías –dije sonriente- Que tal el vuelo?
-          Cansado pero bien

Abrió los brazos y sin mucho esfuerzo consiguió que le abrazara. Hacía mucho tiempo que no tenía tantas ganas de ver a alguien como con Max, era diferente.

-          En un par de horas tengo que volver a Londres
-          Lo sé. Ya he reservado un hotel para no tener que volver hoy de nuevo a casa. No aguanto otras 4 horas más en bus
-          Todo por mi culpa
-          Exactamente

Cuantas menos palabras decíamos mas aumentaban las ganas de besarle. De nuevo volvía a ver esos preciosos ojos y esa rara pero a la vez adorable sonrisa.

-          Te gustaron los regalos que te envié?
-          Me encantaron –respondí señalándole el anillo que llevaba en la mano- Estuvo bien el viaje a Brujas

Agache la mirada porque ya me resultaba imposible mirarle sin sentir nada. Era encantador, guapo y la cosa más perfecta que había conocido en mi vida, pero vivía a miles de kilómetros de distancia.

-          Te queda bien el pelo así –acaricio mi cuello y mi cuerpo empezó a temblar- Gracias por venir. Me apetecía verte y bes…
-          Vamos a comer?

No podía dejar que me besara, aun no era el momento adecuado. Había muchos sentimientos mezclados y mi corazón iba por un lado y mi cabeza por otro. Hasta que no me decidiera por una de las dos cosas no podía ocurrir nada más con Max. Para él podía ser un juego pero para mí no lo era; demasiado sufrimiento había pasado por juegos como ese.

viernes, 28 de junio de 2013

capitulo 2

Desde el momento en que pise el aeropuerto sabia que ese viaje iba a ser especial; ir a Brujas, participar en un rodaje… todo era algo nuevo en mi vida, quizás quedar con ese chico no era tan mala idea como pensaba.
Por lo que parecía la mayoría de actores que participaban en la serie se hospedaban en nuestro hotel, de esa forma pude conocer a Josh. No parecía mal chico pero era raro que sin más en mitad de la comida se acercase a nuestra mesa y me pidiese una cita sin ni siquiera conocerme. Mas que una cita podríamos llamarle una pequeña fiesta con sus compañeros de reparto a la cual yo iba como su invitada.

Todo era raro y demasiado precipitado. Si los actores se las daban de ser personas normales y corrientes para mí lo que él acababa de hacer invitándome a la fiesta, me parecía de todo menos normal.

Sin mucha ayuda por parte de las chicas escogí lo que ponerme esa noche, me duche, me prepare y espere a que Josh llamase para irnos.

Sé que puede parecer extraño pero ocurrió así, apareció sin más y después de mirar esos ojos casi suplicantes no supe darle un no por respuesta. Sofía me repetía que tuviese cuidado con él a lo cual no hice mucho caso, no parecía tan malo como para tener cuidado, solo quería divertirse.

-          Me estas metiendo miedo. No creo que sea un psicópata
-          A saber –respondió Sara-
-          Vale –dije mirando el móvil- me voy. Que os den

Primero me llamaban aburrida por no hacer nada, y ahora que lo hacía era que estaba loca. Ni ellas mismas se entendían.
Salí de la habitación nada más escuchar la llamada de mi cita y después de un rápido saludo caminamos hacia la sala donde estaba la fiesta. Al principio no niego que estuviera algo incomoda, pero después de unas copas y una larga conversación sobre la vida en general esa noche se convirtió en todo menos en incomoda.

La gente era súper agradable conmigo sobretodo sabiendo que no era alguien del rodaje. Parecían amigos de toda la vida, nos sentábamos rodeando una mesa y hablábamos de lo que fuera. Ese era el tipo de fiestas que me gustaban; prefería hablar a beber aun mas y terminar vomitando, eso no era divertido.

Josh era encantador, no había momento en el que no me hiciera reír. Llegaba a dolerme todo el cuerpo de los ataques de risa que me daban por culpa de sus bromas.

-          Estas llorando? –pregunte riendo- que está llorando… está llorando Max

Era imposible hacerme parar de reír. Miraba a Max para no mirar más a Josh y aun así no era capaz de dejar de reír.

-          Has bebido demasiado –dijo Max entre risas- Das miedo
-          El problema es que no he bebido… apenas

Ese “apenas” hizo que volviese a estallar de la risa, no había forma de pararme. Casi sin darme cuenta abrace a Max y me escondí entre sus brazos mientras intentaba parar, era la única forma de que no mirase a Josh. El muy idiota también había empezado a reír y por lo que parecía la noche se iba a volver muy larga.

-          No puedo más, voy al servicio antes de morir por vuestra culpa

Apoye mi mano sobre la pierna de Max y me levante lo antes posible por miedo a ver a Josh y volver a las andadas. Un poco de agua fría me sentaría bien o al menos eso pretendía yendo al servicio.

-          También necesitas un poquito de agua? –pregunte en tono de broma-
-          Un poco –respondió pasando un brazo sobre mis hombros- Creo que en nada me voy a ir a mi habitación
-          Deberíamos hacer todos lo mismo

Si era igual de agradable que guapo iba a estar muy a gusto a su lado. Parecía el típico chico “profundo”, es decir el típico chico que parece que no está en la conversación pero cuando aparece hace que todo gire a su alrededor, pues así era Max o al menos eso me parecía a mí.

-          Ni se te ocurra

Estaba empezando a sonar música y tan solo por su mirada podía intuir que me iba a hacer pasar vergüenza haciéndome bailar.

-          Estás loco –dije entre risas-

Nos miramos cómplices y sonreímos; parecía que después de ese baile podía empezar una nueva amistad.

Él se fue a su habitación, yo en cambio estuve un par de minutos más con los chicos. No era plan desaparecer de allí sin mas después de que Josh me hubiera invitado. Había sido una noche increíble y ojala pudiera repetirla pronto.

-          Buenas noches cielo

Nos acercamos a darnos un abrazo y nos despedimos hasta la mañana siguiente. Otra vez mas llegaba la hora de despertar a la doble S y contarles lo que había pasado; mis risas con Josh, lo majos que eran todos… una noche muy entretenida.

-          Shhh! Fijo que nos vienen a echar la bronca. Mira que horas son

Llamaban a la puerta y al menos por educación debíamos abrir.

-          Que haces aquí? -pregunte sorprendida-
-          Vente. No quiero que duermas ahi

Me sorprendió por completo pero a la vez me gusto. Algo había surgido en la fiesta aunque  quizás no tanto como para acabar durmiendo juntos.

-          Y Josh?
-          Josh da igual, ven por favor –respondió casi suplicando-

Si Max ya estaba loco creo que yo deje demostrado que aun lo estaba más cerrando la puerta de la habitación y siguiéndolo hacia la suya. No tenía ni idea de que iba a pasar pero tantas veces me habían llamado aburrida que después de todo eso no volverían a repetírmelo en un par de años.

-          Qué? –pregunte con una sonrisa de oreja a oreja-

No hacía falta preguntar nada mas, él ya se encargaba de todo sujetando mi cara y besándome. Acariciando mi cuello a la vez que continuaba besándome consiguió tumbarme en la cama. Ahí los dos ya sabíamos que iba a pasar.

-          Si quieres parar dímelo –dijo dulcemente-

Solo era sexo, tenía que mentalizarme de ello. Siempre había sentimientos de por medio pero esta vez era diferente, no podía permitirme que ese chico por lo que acababa de hacer me empezase a gustar.
Él volvía a su vida y yo a la mía; yo me iba con las chicas a disfrutar de Brujas y el a continuar con su trabajo en la serie. A penas nos quedaban 2 días en la ciudad y aun no habíamos vivido un día en condiciones.

-          Caballos! –grito Sara
-          Mierda! –grite yo

Lo único que significaban los caballos era que Max y seguramente Josh andaban cerca. No tenía ganas de saludar a ninguno pero por lo que parecía no había forma de no verlos. Primero Josh y más tarde Max. Podía permitirme pensar que estaba demasiado sexy bajando del caballo pero nunca podría decírselo.

-          ¿dormiste bien?

No era la mejor pregunta para hacerme al lado de Max. Estaba entre responderle “mejor que nunca” o simplemente mentirle con un “como todas las noches”.

-          De que te ríes? Ahora te toca a ti? –pregunto Josh
-          Que te han hecho en la cabeza? –continué riendo- Te pareces a mí el día que os ayude

Ver a Max con una especie de peluca rizada era lo más gracioso que podía ver. Estaba guapo pero no tanto como sin ella.

-          Quieres probarla? –pregunto divertido-
-          No hace falta, gracias

Algo raro había entre los dos, no era incomodo estar juntos pero parecía que necesitábamos hablar o al menos pasar un tiempo a solas para no llegar a esa incomodidad que no queríamos. Seguramente nunca más volveríamos a vernos pero por si acaso preferí preguntarle si quería dar un paseo y así hablábamos.

-          Puedo?

Respondí “Si” aunque en el fondo supiera que no era normal lo que hacíamos. No podía pedirle ir a dar un paseo y terminar enrollándonos en su caravana.

No era algo normal, no todos los días conocía a un chico y la primera noche tenia sexo con él y al siguiente día aun seguía besándole. El que fuera de otro país me impedía hacer muchas cosas, quizás otras personas eran capaces de hacer todo eso sin permitirse sentir algo, yo en cambio tenia ilusiones en la vida.

-          Tienes que ir a grabar. Mis amigas me van a matar
-          Le voy a agradecer a Josh que te invitase a la fiesta toda mi vida –dijo antes de besar mi cuello-
-          Para Max –lo separe de mi antes de que continuase y no supera como pararle- me encantas pero no es plan de estar así todo el día

Era encantador acompañándome de vuelta junto a las chicas. Parecía que lo que hacía escasos minutos quise parar en ese momento solo pensaba en volver a hacerlo. Había mucha tensión sexual resuelta a medias y si seguíamos viéndonos los días que me quedaban allí la íbamos a resolver del todo.

Antes de volver a encontrarnos nuevamente por sorpresa decidimos volver a quedar, pero esta vez solo él y yo y quizás un cine.

Las chicas apenas sabían que había pasado y por el momento era mejor continuar sí. No podía negarles que había pasado la noche junto a él pero lo que había pasado en la caravana se quedaba solo para Max y para mí.

-          Te vas? –pregunto Sofía-
-          Tengo que hablar un segundo con Josh. Ayer me estaba contando no se qué y lo deje con la palabra en la boca… en un rato vuelvo

Volvía a mentirlas y me sentía mal por ello, pero estaba casi segura de que sabían lo que estaba haciendo.

Di 3 golpes en su puerta y un sonriente Max apareció detrás. Hablaba por teléfono asique entré dentro de su habitación y espere mientras miraba entretenida las vistas que tenía.

Para no querer volver a tener nada con chicos lo estaba haciendo realmente mal, parecía que si me proponía hacer una cosa luego siempre terminaba ocurriendo algo que lo volvía imposible de conseguir.

-         Vamos abajo, quiero fumar

Ya teníamos algo en común, los dos éramos fumadores.

-          Cita? –pregunto mientras rodeaba mis hombros con su brazo-
-          Me la estas pidiendo?
-          Ya lo es no?
-          Si llamas cita a salir a dar una vuelta con una chica que apenas  conoces pues supongo que lo es

Paro por un segundo y se dedico a mirar mis labios. No entendía que quería decirme con eso, era muy confuso hacer esas cosas con alguien que era casi un extraño.

-          Aun no te he preguntado ni los años que tienes

Tanta prisa para unas cosas nos habían impedido preguntar cosas básicas. Me estaba liando con alguien del que no sabía apenas nada.
Se llamaba Max, tenía 27 años y era de Londres. Nunca había escuchado su nombre pero por lo que él me contaba había grabado varias películas, seguramente no del estilo de películas que yo solía ver.

-          Qué? Esa la he visto!
-          Pues ahí salía
-          No me lo creo. Quien eras?
-          El protagonista? –reímos- estarías más atenta en otras cosas que en mi
-          Seguramente –respondí divertida- Que quieres hacer? No me apetece estar todo el día fumando
-          -volvió a colocar su brazo sobre mis hombros- te apetece volver a mi habitación, pedir algo de cenar y vemos una película?

Como completos desconocidos decidimos volver al hotel para no llamar aun más la atención. No queríamos dar explicaciones a nadie sobre lo que hacíamos o dejábamos de hacer; éramos jóvenes y solo queríamos divertirnos.
La cena estuvo bien, la compañía mucho mejor y la película… mejor llamarle fútbol.  Si quería empezar a conocerme lo iba a hacer a lo grande; adoraba ver fútbol.

-          GOL!!!!!! –grite subiéndome en la cama-
-          España tenía que jugar –dijo entre risas-  me sorprendes

Tiró de mi mano hacia él y consiguió que me tumbase a su lado y dejase de hacer el idiota como lo estaba haciendo después de ver el gol que habían marcado.
No me incomodaba para nada estar tumbada al lado de su pecho, me parecía un bonito gesto por su parte. Hasta parecíamos una pareja de novios formales.

Mientras Max acariciaba mi mejilla yo ponía caras raras. Quería divertirme y hacerle reír y en ese momento lo estaba consiguiendo. Jugábamos a cosas estúpidas, cosas de niños que seguramente no deberíamos hacer pero que nos divertían.

-          La comida Emma!

Fue tarde cuando lo dijo, mi torpeza ya había conseguido tirar todo por el suelo.

-          Estás loca –dijo sentándose a mi lado entre risas- rico eh?

Pasar un trozo de comida por mi cara no era algo muy romántico, quizás para el sí pero para mí no.

-          Te gusta? -Reí al verlo lleno de comida por todas partes-
-          Riquísimo

Algo malo tenía que tener esa respuesta. Sujetó mi cara con sus dos manos y me restregó toda la comida que acababa de echarle en la cara. Estaba claro que esa noche iba a haber algún beso, pero nunca imagine que sería de esa manera.

-          Mañana tienes que grabar asique debería irme a mi habitación
-          Te acompaño

Con su mano entrelazada con la mía caminamos de nuevo a mi habitación y con un simple adiós intentamos despedirnos.

-          Hola?

Reí al ver la cara que Sara acababa de poner al ver a Max allí, ahora sí que podían asegurar que les había dicho una pequeña mentira. 

Volví la mirada por unos segundos hacia Max y me di cuenta de que en el fondo no quería que se fuera, necesitaba que volviese a pedirme dormir con él.

-          Entras o puedo volver a mi cama?
-          1 minuto –respondí sin quitar la mirada de Max-

Sara volvió dentro de la habitación y otra vez mas quedamos a solas.

Con solo mirarnos sabíamos lo que pensaba el otro. Solo hacía falta caminar el uno hacia el otro y darnos ese necesitado beso. Sus manos al igual que las mías rodeaban mi cuello, era perfecto, necesitaba parar el tiempo.

-          Me encantas –dijo al ras de mis labios-

Ahí empezaban a surgir los sentimientos, algo que no podía permitirme. Ojala nunca hubiera dicho esa frase, si se hubiera limitado a besarme todo habría sido mucho mejor.
Empezar a sentir por un chico que sabía que nunca será mío era lo peor que podía hacer. Tenía que volver a mi antigua mentalidad y obligarme a cumplir las normas que me había puesto. No más Max durante el día que nos quedaba allí.

viernes, 21 de junio de 2013

Capitulo 1

Aun no llego a comprender como llegue a Brujas después de estar planeado casi 1 año mi viaje a Paris. Había sido una locura de último momento y esas cosas me ponían muy nerviosa. 
Soy una persona demasiado controladora para la poca edad que tengo, con tan solo 19 años pretendía tener todo a mi alrededor perfectamente organizado, sino no había forma de que soportase viajar fuera de mi ciudad.
Española de nacimiento y no tanto de corazón. Me gustaba mi ciudad pero sabía que no era el lugar donde me gustaría pasar el resto de mis días. Viajar era lo único que por el momento podía permitirme; irme a vivir lejos de mi familia no era algo que tuviese en mente, no hasta que no encontrase un trabajo lo suficientemente bueno como para tener suficiencia económica y así no depender de nadie.

Continuando con nuestro viaje, no viajaba sola; dos de mis mejores amigas venían conmigo y básicamente por ellas fue por culpa de las cuales no terminamos en Paris como habíamos planeado. Llegamos  al aeropuerto y yo como buena amiga que era me fiaba de ellas con tan solo escuchar “Si Emma, nos vamos a Paris”. Controlaba todo pero en ese momento no me había parado a pedirles que me enseñasen los billetes del vuelo.
Cuando leí “Madrid-Bruselas” mi cara fue un poema, ya  no había vuelta atrás asique tenía que conformarme con eso o quedarme en casa. 
Dos horas y media metida en un avión, otra hora más en un bus y por fin habíamos llegado a nuestro destino, el lugar tan esperado por mis amigas.

No entiendo como preferían viajar a esa pequeña ciudad antes que a Paris. Igual era yo y mi mundo propio pero se suponía que Paris estaba llena de guapos franceses, motivo suficiente para ir. No me importaba lo historica y llena de magia que pudiera ser Brujas, nada me haría cambiar de opinión.

-         Al  menos el hotel esta genial. Aleluya! –dije tumbándome en la cama- Necesito dormir
-         Voy a por algo de cenar abajo, queréis algo? - Pregunto Sofía, una de mis amigas-
-         Un novio, gracias –respondí divertida- No quiero nada, Sara quieres algo?

No sé que estaba pensando esa mujer pero Sara siempre estaba en su mundo. Observaba las vistas que teníamos desde la habitación del hotel y por lo que parecía se acababa de enamorar aun más de la ciudad.

Mis amigas podían ser raras pero aun así seguían y seguirían siendo mis mejores amigas. Con todas las locuras que me hacían hacer como para no quererlas.

Sofía bajo a por algo de cenar, era normal que tuviese hambre después de todo el viaje, lo raro fue que cuando subió apenas volvió con nada en las mano. Algo la había hecho cambiar de opinión.

-         Acabo de bajar y me he encontrado a 3 tíos que miden casi el doble que yo. Que miedo
-          Eran guapos o no? –pregunto Sara-
-          No eran mi tipo pero tampoco estaban mal.

Mire a Sara divertida y me levante de la cama antes de que nadie nos pudiese parar. Si para ella los chicos no estaban mal era que eran guapísimos asique no teníamos que perder el tiempo.

Bajamos muy lanzadas hasta llegar al hall del hotel; todavía ni nos imaginábamos lo que podríamos encontrarnos. La puerta del ascensor se abrió y enfrente aparecieron 2 chicos hablando animadamente mientras estaban sentados en una de las mesas de la entrada, parecían esperar por alguien.

-         Creo que acabamos de bajar para nada. Somos ridículas –dije muerta de vergüenza- Sofi tenía razón, demasiado para nosotras

Siempre terminaba pasando lo mismo, si por mi fuera no haría nada  por culpa de mi vergüenza.

-         Sois de por aquí? –pregunto a uno de los chicos-

La única conclusión que podía sacar en ese momento era que mi amiga había fumado algo. No tenia vergüenza ninguna.

No sabía si quedarme donde estaba o acercarme a Sara, esas cosas me ponían muy nerviosa. 
Después de pensarlo varias veces termine haciendo lo que siempre hacia, escapar de la situación y volver a mi habitación a descansar.

-         Y Sara?
-          A quedado abajo hablando con los chicos

No solía ser un tema que hablase con mucha gente por eso prefería guardármelo para mí. Quizás el no poder hablar fácilmente con chicos se debía a que hasta hacia cosa de 1 mes había estado en una relación con un chico de mi ciudad. Seguramente para él no significo nada, pero para mí lo fue todo. Fueron 4 meses increíbles hasta que por motivos familiares tuvo que irse y me dejo tirada como si todo lo vivido no importase. 
Los hombres siempre terminaban haciéndome daño; no estaba preparada para nada, ni siquiera para conocer nuevos chicos. Primero tenía que volver a estar bien conmigo misma para poder estarlo con  los demás.

Sara no volvía a la habitación y todo empezaba a enrarecerse, quizás le había pasado algo o incluso con algo de suerte me estaba buscando.

-         Están grabando una serie! –grito entrando en la habitación- 

      Vale, no, ella nunca seria capaz de buscarme.

       Me va a encantar este viaje. Tenias que haberte quedado
-          Ya sabes cómo es… una puta! –respondió Sofía en tono de broma- Emma es lo más aburrido del mundo. Si mañana se atreve a hablarle a algún chico cambiare de opinión, mientras tanto seguirás siendo mi amiga aburrida

Igual había llegado el momento de empezar a cambiar mi mentalidad, al menos durante ese viaje. Merecía darme una alegría y más aun si los chicos que había en el hotel trabajaban haciendo una serie. No porque fueran actores, productores o lo que fuese eran mejores personas, pero si que tenían cierto punto de interés.

Aun así lo principal era divertirme con mis mejores amigas, para eso habíamos viajado hasta allí. Los chicos siempre iban a estar en segundo lugar, no era algo que por el momento me importase demasiado.

Brujas era una ciudad preciosa, cada rincón tenía su historia y por momentos mi opinión sobre la ciudad iba a mejor. Al final iba a merecer haber viajado hasta allí tan solo por la cantidad de nuevas cosas que estaba aprendiendo.
Éramos un grupo de amigas alocadas pero también nos gustaba aprender y eso era lo que hacíamos. Aunque nuestra apariencia nos definiese como personas dejadas para nada éramos así, seguramente éramos mucho más serias que la mayoría de gente de nuestra edad.


Un poco antes de llegar a nuestro hotel nos encontramos con que la calle general estaba cortada. No éramos de allí y era obvio que otro camino no conocíamos, necesitábamos ayuda de alguien.

-          Son los chicos de ayer? –pregunte algo dudosa-

Con los cascos y los trajes no se parecían mucho, pero estaba casi segura de que uno de ellos era uno de los chicos que la noche anterior estaban en el hotel.

-          Tu oportunidad para demostrar que no eres aburrida
-          No voy a ir a hablar con nadie

Estaban locas si pretendían que me acercase a saludar a algún actor. A parte de que no los conocía nada más que de vista no quería ser una groupie o que pensasen que estaba mal de la cabeza.
Aunque me tratasen por aburrida prefería saber yo sola que no lo era a hacer una locura. Si eran mis amigas tenían que aceptar mi forma de comportarme, no podía ser de otra forma que no era.

-          Te gustaría hacer de extra? Necesitamos a una chica ya

Mi primera reacción fue mirarle de arriba abajo, el hombre no era lo que se dice demasiado alto. Después conteste un tímido “vale”, no tenía ni idea de donde me metía ni porque me cogían a mi pero era algo que jamás había hecho.

Nerviosísima me despedí de las chicas y seguí a ese hombre hasta una especie de camerino. Tenían que vestirme de época y aun sin preguntarme mi talla ni nada me dieron un vestido y empezaron a enredarme todo el pelo; si pretendían hacerme parecer una mendiga lo estaban haciendo realmente bien. Iba a tardar más en arreglar el destrozo que me acababan de hacer en la cabeza que el tiempo que iba a salir en pantalla.

Ni siquiera sabía de qué iba lo que fuera que estuvieran grabando; era una completa locura. Por fin la doble S, como así las llamaba, dejarían de llamarme aburrida.

-         Cuando pase Max tenéis que hacerle una reverencia y sonreír alagadas. Nada mas

Sin más el hombre desapareció y nos dejo a mí y otras dos chicas mas situadas a mitad de una escalera. No tenía ni idea de que hacer.

-          Mi pregunta es, ¿Quién es Max?

Con tantas prisas ni nos había señalado quien era el chico al que teníamos que saludar. Había tanta gente con trajes de época que Max podría ser cualquiera de ellos.

-          El chico que tiene el pelo algo rizado –me señalo una de las chicas-
-          Gracias –respondí amablemente-

Olvide la vergüenza y me prepare para grabar la primera escena. Quien me iba a decir a mí que iba a salir en una serie aunque solo fuera como extra, ni siquiera mis amigas me veían capaz de hacerlo.

El chico pasaba por delante de nosotros, le hacíamos la reverencia y por algún motivo alguien terminaba riéndose. Así más de 3 veces, parecía que nunca íbamos a terminar de grabar. 
Aun sin tener mucha idea de lo que conllevaba una grabación podía ver que no era algo normal el grabar una escena tan fácil más de dos veces.

-          Por fin
-          Lo siento  -dijo girándose hacia mi-

No pensaba que me había escuchado, sentí un poco de pena por él pero en verdad había sido su culpa.

Camine con las demás chicas hacia el mismo lugar donde nos habían preparado y volví a ponerme mi ropa, el tema del pelo era más difícil de solucionar, tendría que esperar a llegar al hotel para volverlo a tener bien.

-          Estamos preciosas con este peinado. A quien se le ocurriría llevar esto en la cabeza
-          A mi desde luego que no –respondió una de las chicas-
-          Bueno pues yo chicas me voy. Encantada de conoceros


Después de preguntarle a una señora por donde podía volver al hotel camine hacia él y nada más llegar empecé a contarle a Sofi y Sara lo que acababa de vivir. Para ser nuestro primer día en Brujas había estado lleno de nuevas aventuras; al menos en mi caso.