Si por algo eran mis mejores amigas era porque sabían
perdonar mis errores. No se merecían que las mintiera por quedar con Max, debía
contárselo todo. Al menos ahora ya no tendría ese problema, no iba a ver a Max
en ese ultimo día fuera como fuera.
No llego a comprender como pudimos vivir tantas cosas en tan
poco tiempo, quizás tenía que ocurrir así o quizás hasta lo habíamos buscado
nosotros solos.
Era un chico encantador pero saber que no lo podía tener
siempre a mi lado conseguía hacerme olvidar todas las cosas buenas.
Brujas nos había traído muy buenos momentos, había conocido
a nueva gente y además había participado en una serie que seguramente nunca
llegaría a ver. Era hora de preparar las maletas y volver a casa, mi vida
normal me esperaba.
“Puedo verte?" esta fue la pregunta que recibí en forma de
mensaje. No tenía que haberle dado mi número de teléfono, era idiota.
-
NO! –grite enfada conmigo misma-
“En serio?”
-
En serio que? Este tío está loco
No entendía a que venía ese último mensaje, igual hasta
estaba hablando con otra chica y se había equivocado a la hora de darle a
enviar.
-
Está en la puerta. Se merece una despedida
-
Max está en la…
No pude ni terminar la pregunta, estaba flipando con lo que
ese chico hacia. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a qué hacer, quizás debía
salir y despedirme como Sofía me acababa de decir o quizás lo mejor era no
verlo nunca más.
Odiaba sentirme de esa forma, querer empezar a sentir por
alguien y no poder. Lo peor que podía ocurrirle a cualquier persona.
-
Esto es muy raro. Que haces aquí?
-
Quería verte antes de que te marches. No sé muy
bien que paso ayer pero quiero que sepas que me encantaría seguir manteniendo
el contacto contigo
-
Apenas me conoces Max
-
Que mas da –sujeto mi mano y yo la volví a
apartar- Vale. No sé qué decirte
Apartar su mano de la mía había incomodado un poco el
ambiente. Quizás era un poco radical pasar de querer besarle a comportarme así pero era mi única forma de escapar del problema.
-
Si alguna vez voy a España espero que quedes
conmigo… al menos un rato
-
Mientras vengas a mi ciudad estaré encantada de
verte
Ir a España era muy fácil, llegar a mi ciudad no tanto. Si
alguna vez iba seria porque le interesaba asique si de verdad era así
tenía que demostrarlo.
De nuevo vuelta a mi vida de todos los días, mis estudios de
enfermería y mis problemas familiares. Demasiado drama después del viaje,
insoportable para algunos pero divertido para otros como Sara.
Le encantaba escuchar mis historias familiares, éramos igual
que una serie.
“Me voy a NY un par de días”
-
Que quiere decirme con esto? Se ha confundido
fijo
Apenas hablábamos a no ser que fuera por mensajes y así sin más
me decía eso. No sabía que responderle.
“Diviértete”
Sara estaba a mi lado y lo que supuestamente era una tarde
de estudio paso a convertirse en una tarde hablando sobre Max y afortunadamente
con Max.
-
Dijiste que si iba a España podía verte
-
Acaso vas a venir?
-
No, pero tú puedes venir conmigo a NY. Recuerdo
que dijiste que te encantaría ir
Negué con la cabeza mientras miraba sonriente a mi amiga, no
podía creer lo que escuchaba.
-
Tengo exámenes finales en la universidad, no
puedo
-
No quieres?
-
No puedo. Te aseguro que quiero ir, no sé si
contigo o sin ti –reí nerviosa- pero me gustaría mucho no tener ningún examen.
Recuerda que solo tengo 20 años y aun estudio. No tengo tanta suerte como tu
-
Bueno… tendré que pensar otra cosa
O en otra chica, solo me quería para lo que le apetecía. En
Nueva York era imposible aburrirse, en el avión quizás un poco.
-
Nueva novia?
-
Qué? Em no! Celosa?
-
Entonces en que tienes que pensar?
-
En como poder verte
Con cosas como esas estaba a punto de derretir un iceberg.
En ese momento tenerle lejos me mataba. Ya sí que podía afirmar que adoraba a
mis amigas por hacerme ir a Brujas.
-
No te olvides de mi –dijo antes de finalizar la
llamada-
-
Cuando te vea en mi casa te juro que no lo hare
nunca. Vete a dormir o lo que tengas que hacer y ya hablaremos. Aun tengo mucho
por estudiar
-
Vale. Adiós preciosa
Agarre la mano de mi amiga y termine la llamada, no daba
crédito a lo que me acababa de decir. Parecía una adolescente con su primer
amor. Ni siquiera era mi novio y ya me volvía completamente loca. Tenía que
empezar a controlar mejor mis emociones.
Dudaba mucho que viniese pero si de verdad quería verme, cuando volviese de Nueva York podría hacerlo. Solo tenía que coger un avión
hacia Madrid y luego recorrer 400 kilómetros hacia el norte hasta llegar a mi
ciudad. Una locura que ningún hombre hasta el momento había hecho.
Poco a poco me estaba volviendo aun más loca; no era capaz
de estudiar imaginando a ese chico que apenas conocía en mi casa.
No pretendía ser una psicópata pero mi cabeza me obligaba a teclear su nombre en google, todo lo que me había contado podía ser verdad o quizás un universo paralelo estaba a punto de ser descubierto.
No pretendía ser una psicópata pero mi cabeza me obligaba a teclear su nombre en google, todo lo que me había contado podía ser verdad o quizás un universo paralelo estaba a punto de ser descubierto.
4 películas, un corto, alguna que otra serie… ese chico
parecía famoso. No sé si tanto como para ser reconocido por la calle, pero no
me había mentido en nada.
-Imagínate a mil niñas gritando su nombre. Igual es el próximo
Brad Pitt
- Max, oh Max -reímos-
-Eso fue lo que gritaste cuando estabas tan a gusto entre
sus…
Mi madre interrumpió y toda la conversación paso de ser
divertida a ser lo más incomodo del mundo.
-
Dejaros de tonterías y estudiar. Parecéis crías
de 5 años
Tenía razón, no podía pensar en otra cosa que no fueran mis
estudios al menos durante la época de exámenes.
Sara también estudiaba enfermería asique era un gran apoyo tenerla a mi lado siempre que la necesitaba. Sofía aunque viviese un poco más lejos de nosotras y estudiase otra carrera totalmente diferente a la nuestra seguía estando siempre presente. Unas amistades tan fuertes nunca terminarían.
Sara también estudiaba enfermería asique era un gran apoyo tenerla a mi lado siempre que la necesitaba. Sofía aunque viviese un poco más lejos de nosotras y estudiase otra carrera totalmente diferente a la nuestra seguía estando siempre presente. Unas amistades tan fuertes nunca terminarían.
-
Que sexy
-
De verdad? –me mire en el espejo y sonreí
divertida- Me encanta mi nuevo pelo
Locura de última hora; ir a la peluquería con la idea de cortarme
un poco el pelo y salir con media melena menos y encima rubia. Un
cambio radical que necesitaba.
-
Me siento sexy! –grite entrando en casa- Mama?
-
Que te has hecho? Menudo cambio
Si seguía mirándome de esa forma iba a empezar a asustarme.
Si a mí me gustaba no había más vueltas que darle.
-
Tenias una carta. La he dejado encima del
escritorio
Camine hacia mi habitación y después de una última mirada al
espejo abrí ese pequeño sobre.
“Una corona?” Ni una carta ni nada, allí dentro solo había
un pequeño anillo en forma de corona. Todo bastante raro.
-
La gente está mal de la cabeza. A quien se le
ocurre enviar esto? Ni pone el nombre
“Creo que me he perdido, estoy timbrando a tu casa pero
nadie contesta”
-
Oh dios mío… MAMA MAMA MAMA!
Corría por toda la casa intentando encontrar algo que fuera
capaz de controlar mis nervios. Había viajado hasta allí solo por mí, no podía
creerlo.
“Era broma, sigo en Nueva York. Espero no haberte asustado”
“Vete a la mierda”
-
Emma abre –dijo después de escuchar el timbre-
-
Abre tu, hoy no estoy para gilipolleces
Mi única salida de esa broma pesada era pasar todo lo que
quedaba de día hablando con mis amigas. Max era imbécil con esas bromas.
-
Vale, olvida lo que acabo de decirte…
La persona que acababa de llamar a la puerta no era Max,
ojala lo fuera pero no. Era un mensajero con un gran paquete a mi nombre.
-
-Reí muy nerviosa y a punto de llorar- Sara el
vestido
-
Que vestido?
-
El que me puse para la grabación. Me ha enviado
el vestido… y el anillo! el anillo que llevaba también. Ay dios, me va a volver
loca
-
Llámale –dijo entusiasmada- Olvídate de los
mensajes y escucha su voz
Con lo nerviosa que me había puesto iba a ser un poco difícil
hablar con él y saber que decir. Lo mejor era mandarle un mensaje agradeciéndole
todo lo que había hecho y esperar a que un milagro ocurriese para poder verle
de nuevo.
“No puedes negarte. Madrid dentro de dos días, te espero en
el aeropuerto”
Una pequeña maleta, el ipod, 2 exámenes sin hacer y ya
estaba lista para ir a la aventura. No tenía ni idea de que me pasaba con ese
chico pero nadie me iba a impedir averiguarlo.
Avise a las chicas apenas dos horas antes de que me iba a
Madrid. Me tomaron por loca pero sabía que aunque no lo dijeran ellas me
apoyaban en todo lo que hiciera. Quizás mi madre no tanto pero ella estaba en
un segundo plano en todo lo que podía ocurrir.
Ya estaba en el aeropuerto y con mucha suerte no me perdí
hasta llegar a la puerta por la que tenía que salir Max. Parecía uno de esos
videos de youtube en los que la novia o el novio esperan a su pareja a la cual
no habían visto desde hacía años.
No tenía ni idea de cómo recibirle, un beso estaba claro que no le iba a dar pero igual hasta un abrazo efusivo era demasiado; tenía que tranquilizarme.
No tenía ni idea de cómo recibirle, un beso estaba claro que no le iba a dar pero igual hasta un abrazo efusivo era demasiado; tenía que tranquilizarme.
-
Has venido? -Pregunto por teléfono- No te veo
-
Has llegado ya? Pensaba que tu vuelo iba con
retraso
Me levante de la cafetería donde me acababa de sentar y lo
busque. Con mi pelo rubio y algo más corto para él iba a ser mas difícil encontrarme,
en cambio para mi encontrar a alguien de casi metro noventa iba a ser fácil.
-
Debería venir más a menudo
-
Deberías –dije sonriente- Que tal el vuelo?
-
Cansado pero bien
Abrió los brazos y sin mucho esfuerzo consiguió que le
abrazara. Hacía mucho tiempo que no tenía tantas ganas de ver a alguien como
con Max, era diferente.
-
En un par de horas tengo que volver a Londres
-
Lo sé. Ya he reservado un hotel para no tener
que volver hoy de nuevo a casa. No aguanto otras 4 horas más en bus
-
Todo por mi culpa
-
Exactamente
Cuantas menos palabras decíamos mas aumentaban las ganas de
besarle. De nuevo volvía a ver esos preciosos ojos y esa rara pero a la vez
adorable sonrisa.
-
Te gustaron los regalos que te envié?
-
Me encantaron –respondí señalándole el anillo
que llevaba en la mano- Estuvo bien el viaje a Brujas
Agache la mirada porque ya me resultaba imposible mirarle
sin sentir nada. Era encantador, guapo y la cosa más perfecta que había
conocido en mi vida, pero vivía a miles de kilómetros de distancia.
-
Te queda bien el pelo así –acaricio mi cuello y
mi cuerpo empezó a temblar- Gracias por venir. Me apetecía verte y bes…
-
Vamos a comer?
No podía dejar que me besara, aun no era el momento
adecuado. Había muchos sentimientos mezclados y mi corazón iba por un lado y mi
cabeza por otro. Hasta que no me decidiera por una de las dos cosas no podía
ocurrir nada más con Max. Para él podía ser un juego pero para mí no lo era;
demasiado sufrimiento había pasado por juegos como ese.
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