lunes, 29 de julio de 2013

capitulo 12

Sin ningún trabajo pendiente lo único que hacía en la ciudad era ir de un casting a otro. Cassie no paraba de mandarme fechas y lugares a los que ir y era algo agotador. Hasta que no me llamasen para alguna película mi vida iba a ser así todos los días, ni siquiera tenía tiempo para hablar con mi familia; era llegar a casa y lo único que me apetecía hacer era dormir.

-          Mama estoy cansada. He ido a cenar con una amiga y por poco no me quedo dormida encima del plato. Necesito volver unos días a casa con vosotros, hace siglos que no puedo hablar con las chicas
-          Te echan de menos
-          Y yo a ellas mama –respondí triste- en 2 días tengo que ir a la boda de unos amigos y ni siquiera he podido ir a comprar nada. No tengo tiempo, es horrible
-          Pídele ayuda a Max
-          -reí irónica- ojala pudiera
-          Creo que soy de las pocas personas que pueden aconsejarte bien asique yo creo que ya lo habéis pasado lo suficiente mal los dos como para seguir así. Por lo poco que lo he conocido sé que es buen chico y se merece una oportunidad
-          Has hablado con él?
-          No…  –respondió dubitativa- el otro día el pobre chico me llamo intentando hablar español y me pareció la cosa más dulce que alguien puede hacer por una chica. Piénsalo bien pero ya sabes mi opinión

Seria por veces que lo había pensado y aun seguía sin poder olvidar todo lo que leí en las revistas, las fotos con la chica… solo me falto verlos en la cama.

Aun estando cansada me pase casi 2 horas hablando con la familia. Necesitaba saber que aunque estuviésemos lejos todos estaban bien, los quería y por eso me preocupaba. Aunque fuéramos una familia pequeña todos estábamos muy unidos incluso si la pequeña se acababa de mudar a Nueva York.

Prepare una taza de té, cosa que Max me había contagiado, y mientras miraba el correo me la tome. No había nada mejor que tomar un té antes de dormir, me hacia dormir igual que un bebe.

“Estoy a punto de volverme loco Em. Dime algo por favor”
“Mañana te invito a desayunar vale? Ahora solo quiero ir a la cama y descansar. No te preocupes por nada, mañana hablamos”

No tenía tiempo ni de pensar en que le iba a decir, solo quería abrir la cama y dormir horas y horas.

La mañana siguiente recibí una llamada preguntando donde quedábamos o si quería que me pasara a recoger. Respondí un adormilado “pásate a buscarme” y en  20 minutos ya lo tenía en la puerta de mi apartamento esperando a que bajase.

-          Tienes que acompañarme a una entrevista
-          Cómo?

Había quedado con él para hablar no para ir a una entrevista y que mil personas volviesen a opinar de nosotros. Con esas cosas estaba fastidiando un poco todas las mejorías que habíamos hecho.

-          Son solo 3 preguntas para una revista, te prometo que es rápido. Además hemos quedado en una cafetería asique imagínate lo que voy a tardar. Perdón por no decírtelo antes

No podía hacer otra cosa, o le acompañaba o me iba a desayunar sola y encima sin poder hablar con él.

Cogimos el metro y después de una media hora llena de conversaciones sobre películas llegamos a la cafetería donde había quedado con la periodista. Al menos se trataba de una mujer mayor, nada de lo que preocuparme.
Le hizo dos preguntas sobre la película que acababa de grabar y luego otra que me hizo aguantarme las ganas de responder yo misma “Hay alguien ocupando tu corazón ahora mismo?”

-          Mucha gente, ya sabes mi familia, mis amigos… -me miro y sonreímos tímidamente- mucha gente.
-          Entiendo –respondió mientras tomaba nota- Muchas gracias por aceptar esta pequeña entrevista. Podria hacerme una foto?

Max acepto encantado y yo sin que nadie me lo pidiese me encargue de sacarles bien guapos. No había salido todo tan mal como me había podido imaginar, la mujer fue agradable, la entrevista rápida y por fin podíamos desayunar tranquilos.

-          Aun tengo que comprar el vestido para la boda
-          -dejo la taza de café sobre la mesa y me miro sonriente- Eso significa...?
-          Que tienes que acompañarme a comprar –agache la mirada e intente no darle a entender algo que no era. Simplemente quería alguien a mi lado que me dijera lo que me quedaba bien o no-
-          Vale

Algo incómodos continuamos con nuestro desayuno juntos después de tanto tiempo sin tener uno. Era agradable saber que lo tenía a mi lado pero también comprendía como podía llegar a sentirse con mi indecisión.
Era un chico encantador, tenía sus cosas malas como todo el mundo pero en algo mi madre no se equivocaba y era en que se merecía una segunda oportunidad.

-          No tenias que haber llamado a mi madre
-          Has hablado con ella?
-          Es mi madre, sería raro que no lo hiciera –respondí caminando a su lado- No sé como saldrá esto pero creo que mañana deberíamos ir a la boda juntos. No sé si como pareja o qué pero me gustaría volver a conocer al Max de hace unos meses

A mitad de la calle paró y me miro fijamente; podía suponer que se iba a acercar a darme un beso pero esta vez no fue así, me dio la mano y continuo caminando igual que segundos antes. Por fin parecía tomarse la relación mucho más en serio.

-          Te estás controlando eh? –reí al ver que no podía ni mirarme-
-          No quiero besarte hasta que no sepa lo que somos
-          Te entiendo

La culpa en verdad la tenía yo, le acababa de decir que le daba una oportunidad pero tampoco había dejado claro que fuera como novio.

Continuamos nuestra pequeña caminata hasta llegar a la tienda donde quería comprar el vestido y alli empezaron las pruebas; parecía que no iba a ser capaz de elegir uno entre tantos que me gustaban.

-          Estas increíble –me dijo la dependienta-
-          Max! –lo busque y le hice señas para que viniera a verme- que te parece?

Me miro de arriba abajo, me hizo dar una vuelta y aun seguía sin decir palabra. Estaba casi segura de que iba a decir algo malo sobre el vestido.

-          Estas segura de que no quieres cas…
-          -lo interrumpí con una gran sonrisa en la cara- te gusta?
-          Me encanta

La dependienta se separo por un momento de nosotros y aproveche para hablar algo mas en privado con Max.

-          En serio te gusta? No quiero llamar la atención
-          Te juro que no he visto mujer más guapa en mi vida. Quédate este vestido

Si tan seguro estaba no tenía que darle más vueltas, a mí también me encantaba asique mis pocos ahorros que tenia se iban a ir en ese precioso vestido azul.

-          Ya esta, puedes llevártelo
-          Aun no lo he pagado
-          Alguien lo ha hecho por ti –respondió la dependienta- es todo tuyo

Max era muy listo escapando de mi cuando iba a pagar. Sabía lo que acababa de hacer y odiaba que me pagase ciertas cosas, una cosa era regalarme algo barato o como mucho de 50 dólares para abajo, pero algo muy diferente era regalarme un vestido de casi 400 dólares.

Salí de la tienda bolsa en mano y lo encontré mirando el escaparate con un cigarro en la boca.

-          Tus 400 dólares –dije metiéndole el dinero en el bolsillo del pantalón-
-          Es un regalo, no voy a aceptar tu dinero –volvió a sacar el dinero y me lo dio- no hay discusión, te lo regalo porque me apetece hacerte un regalo
-          Ahora se supone que tengo que recompensarte de alguna forma
-          No tienes que hacer nada por mí, con el desayuno de esta mañana ha sido suficiente

Era casi perfecto y ya no había forma de que ocultase lo que mis sentimientos estaban volviendo a causar en mi. Una estúpida sonrisa continuamente en mi cara junto con ganas de pasar todo el día a su lado dejaban claro lo mucho que le quería.

-          Tú me invitaste a desayunar y yo te invito a comer en mi hotel
-          Espaguetis en mi casa? Cocinamos los dos
-          Porque no… mejor eso a escuchar un no como respuesta –rodeo mis hombros con su brazo y me dio un dulce beso en la cabeza- Una nueva vida acaba de empezar
-          Max versión 2.0 –dije divertida-

Segundo chico que pisaba mi casa desde que me había mudado a Nueva York, el primero fue Jake.
Como si se tratase de un amigo más le enseñe lo pequeño que era mi apartamento; apenas tenía 1 dormitorio, un cuarto de baño, la cocina y un minúsculo salón donde tenía una tele y un sofá para dos personas. Era lo máximo que podía permitirme en una ciudad como esa.

Mientras yo me encargaba de preparar la mesa mientras la pasta hervía, Max supuestamente estaba haciendo la especialidad de la casa, una salsa con un olor algo extraño para echar por encima de los espaguetis.

-          Nunca habíamos cocinado juntos, o cocinabas tu porque yo tenía trabajo o al revés
-          Siempre es la primera vez para algo –cogí la mano con la que sujetaba la cuchara y di un sorbo a la salsa- Sabe bien
-          Dudabas de mi?
-          Un poco –respondí sonriente- buen trabajo

El simple gesto de acariciar su mano había cambiado por completo el ambiente que teníamos. Los dos queríamos volver a aquella época en la que todo era perfecto y los dos nos queríamos, el problema era que no por ambas partes la situación era tan fácil.
Max me miraba suplicando un beso y yo ya no sabía cómo negárselo.

-          Bueno… vamos a comer

Aparto su mirada de mi y algo molesto se sentó delante de la mesa del salón. Lo miraba desde la cocina y pensaba en lo estúpida que era no haciendo lo que el corazón me pedía desde hacía varios días. Quería volver a confiar en él pero también necesitaba besarlo y abrazarlo tantas veces como me apeteciese.

-          Quieres una cerveza? Pregunte asomándome por detrás del sofá-
-          Si, gracias

Antes de volver a la cocina aproveche que por primera vez lo tenía a mi altura y le di un beso en la cabeza.

-          Ahora no te vayas –pidió cogiéndome del brazo-
-          Solo voy a por tu cerveza
-          Ya no hace falta

Se levanto con mi mano aun sujeta y se coloco a escasos milímetros de mi cuerpo. La nevera estaba justo detrás asique no tuvo problema en abrirla y coger la bebida el mismo.

-          Siéntate conmigo

Volvimos al sofá y sin ningún esfuerzo consiguió que me sentara muy cerca de él.

-          Me encanta estar contigo –aparto uno de los mechones que escondían mi cara- No me gusta tener que sacar este tema pero sé que aun no estás del todo bien y me pone enfermo saber que es así
-          Estoy bien Max
-          Cuando me llamas por el nombre y no cariño sé que no es verdad

Lo miraba fijamente intentando encontrar la frase perfecta que hiciera todo volver a la normalidad.

-          Me cuesta confiar en ti y en todo el mundo. La diferencia es que de ti sigo enamorada y no hay nada que haga cambiar mis sentimientos. Una infidelidad no se olvida de un día para otro pero al menos nos merecemos una oportunidad

Me levante de su lado y camine nerviosa por todo el salón. Acababa de perdonarle y aun seguía sintiendo que no había hecho todo lo que quería hacer; estaba igual de nerviosa que el primer día que pase con él.

-          Estoy loco por ti –susurro muy cerca de mi cuello-

Gire el cuerpo y lo mire observándome con tal deseo que costaba controlar las ganas de besarle.

-          Es imposible no quererte –dije con una tímida sonrisa que compartimos- promete que…
-          Prometo que eres y serás la única persona a la que voy a querer el resto de mi vida. Nunca había estado mas enamorado de alguien, creí que me volvía loco si esto continuaba así
-          Te amo

Dulcemente paso su mano por mi cuello y acerco nuestras bocas hasta conseguir un beso.

-          Nunca había estado más nervioso
-          No lo estés –acaricie su mejilla sin creerme lo que volvíamos a vivir- no lo estés

Parecía que la comida daba igual, hacia tanto tiempo que no estábamos juntos que lo único que nos apetecía era desnudarnos y disfrutar de nuestros cuerpos.

1 hora más tarde mi cuerpo descansaba sobre su pecho, sus manos acariciaban mi clavícula y nuestros ojos no dejaban de mirar los del otro.

-          Estoy muriéndome de hambre mujer lasciva
-          -sonreí- deberíamos ir a comer
-          No quiero separarme de ti ni un segundo –se movió 2 centímetros y me beso- me pones nervioso

Todo lo que habíamos pasado merecía la pena con tal de ver la sonrisa que teníamos.
Teníamos que volver a construir una relación seria y con confianza, pero con lo felices que éramos nos daba igual el largo camino que tuviéramos que volver a recorrer.

Quizás pasar el día juntos no era lo mejor, Max tenía que volver a su hotel y ya el día siguiente nos veríamos en la boda de Jake y Allie.

Me lo había pasado muy bien con él y había dejado claro que seguía enamorada, pero mi cabeza aun le daba vueltas y más vueltas a lo que era correcto y lo que no. No quería volver a tropezar en la misma piedra y que mi novio se tomase la libertad de liarse con otra chica que no fuera yo, tenía que empezar a dejarle las cosas claras desde un principio y aun no sabía muy bien cómo hacerlo. No era lo que podía considerarse una novia posesiva.

-          No sé si reír o llorar Sara. Es que en verdad tampoco ha hecho nada para que le perdone, solo me lo ha suplicado y yo he vuelto a caer como una tonta
-          Esta en Nueva York solo por ti
-          Eso parece pero yo no lo tengo aun muy claro
-          Si te quiere no lo volverá a repetir, confía en el porque parece que eres la única que no lo hace. Hasta tu madre te lo ha dicho

En eso tenía razón, si todo el mundo parecía confiar en él yo no tenía por qué ser la única que no lo hiciera. Me costaría volver a la normalidad pero si Max ponía de su parte nada tenía porque salir mal.

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