viernes, 15 de noviembre de 2013

capitulo 33

En el momento en que lo vi en la tele, tan sonriente y agradable con la presentadora me di cuenta de lo que me podía perder no estando a su lado. Era precipitado y estúpido pero quería hacerlo, no me iba a quedar con las ganas de saber que podía pasar. Perdería mi piso, mi perro, mis cosas… perdería absolutamente todo si a Max le daba por llevar nuestra separación a juicio, pero al menos no me quedaría con las dudas de si al lado de Zac podía ser feliz.

Por sorpresa Sinead me llamo para saber que había pasado entre Max y yo. No era mi intención hacer de eso una pelea de niños pequeños pero por lo que parecía si era la de ellos. Por motivos personales y más que probable, irreconciliables, nos íbamos a separar, no hacía falta hablar mucho sobre ello.

-          Que haces aquí?
-          He llamado a algunos de mis contactos y han averiguado dónde estabas. No sabía que en tu tiempo libre estuvieras haciendo fotos para una revista
-          Te lo ha dicho Jake verdad? –afirme con la cabeza- Como ves no tengo tiempo ni de descansar
-          Tengo que preguntarte una cosa?
-          A eso has venido?
-          Si. Es verdad que te llamas Miles? –pregunte a punto de reír- Acabo de conocer a una señora , le he preguntado por Zac y me ha mirado raro hasta que ella misma me ha dicho “Dirás Miles”
-          Es mi abuela, es mi segundo nombre pero ella siempre me llama así

Toda la tensión vivida días antes había quedado olvidada después de una cómplice sonrisa por parte de ambos. Gracias a su manager me pude enterar de donde estaba y de esa forma poder pedirle perdón en persona.

-          Que hace tu abuela aquí?
-          Ella es como mi madre, cuando tengo un problema la llamo y estaba vez la pobre mujer ha venido a verme

Entre el estrés que tenia y que me acababa de hacer recordar a mi abuelo me eche a llorar entre sus brazos. 

Zac no sabía lo que había pasado con Max y pensaba que mis lagrimas eran solo por él, en cuanto le contase la noticia le iba a dar un paro cardíaco.

-          Qué?
-          He terminado con Max -repetí-
-          Si te he escuchado perfectamente –me miro fijamente y sujeto mi cara con sus dos manos- estas jodidamente loca
-          El sabia que me había ido contigo. Me olvide de todo por tu culpa y al final se acabo enterando
-          Es mejor así

Necesitaba que me besase ya, no me importaba la gente que pudiera vernos, estaba preparada para todo tipo de comentarios. Solo quería sentirme especial.

Muerta de vergüenza pero contenta volví al hotel sin hacer caso a las suplicas de Zac porque me quedase en la sesión de fotos. Una cosa era estar bien con él y otra muy diferente ir rápido y estrellarnos como había ocurrido con mi relación con Max. Aunque me costase mucho iba a ir despacio pero firme, no me iba a casar después de 6 meses juntos ni siquiera después de 2 años.

“Puedes llamarme Miles”

Necesitaba gritar antes de que me volviese aun más loca. Entre las alegrías y los disgustos que me daban ya no sabía qué hacer, cada momento era diferente, o lloraba o reía… nada era normal.

“Vale, mañana nos vemos en el rodaje. 2 días sin ir y ya lo echo de menos. Besos”
“Ya me los darás en persona. Descansa y no pienses mucho en mi”

Aproveche ese momento de felicidad para hacer una llamada que no tuvo que esperar tanto, Max se merecía una explicación por mi parte, no quería separarme de él y perderle también como amigo.

Después de escuchar tantos pitidos creí que no iba a contestar, por suerte me equivoque. Contesto en el último segundo y por su simple “Hola Emma” pude ver como estaba cansado y sin muchas ganas de hablar con nadie. Al igual que para él para mí también era incomodo tener que demostrar mis sentimientos de esa forma, era obvio que prefería hacer cosas mas interesantes que explicarle por qué ya no sentía lo mismo que en un principio.

-          Podemos intentarlo de nuevo
-          Me gustaría poder decir que si pero cariño ahora mismo no puedo
-          Solo dime que he hecho mal
-          No lo sé, quizás necesitaba un cambio y no le he hecho de la mejor manera

Me sentía fatal por él e incluso por mí. No sabía apreciar lo que Max podía seguir dándome, tenía 20 años y seguramente eso me perjudicaba mucho a la hora de estar centrada en una sola persona. También los meses separados y las peleas ayudaron un poco, pero sobretodo mi forma de ver la vida a esa edad no ayudo nada.

-          Necesitamos hablar en persona
-          Dame tiempo, esto no es tan fácil para mi
-          Lo sé y lo siento mucho

Ambas familias se enteraron de lo que pasaba y las dos nos apoyaban. No quería perder a Max pero tampoco quería perder a Jeremy, Sinead… toda su familia se había convertido en parte de mi vida, una parte indispensable. Con Jeremy sobretodo entablé una amistad que me recordaba mucho a la que tenia con mi abuelo. Pude hacer cosas mal y entendía que estuvieran enfadados, pero les suplicaba que en un tiempo volvieran a verme como la buena chica que era. Si no lo hacían nunca eso se convertiría en una de las consecuencias de engañar a Max, algo merecido.

Los siguientes días termine la película y empecé a grabar el videoclip, no duraría más que un par de minutos pero el maldito nos iba a quitar más de una noche de sueño.

-          Puedes dormir media hora en ese sofá de ahí
-          Se nota que odio rodar a las 3 de la mañana no? –pregunte sin ganas- Gracias

Después de las entrevistas que tuve por la mañana y la sesión de fotos que hice por la tarde, lo peor que podían hacer era no dejarme dormir más de dos horas, lo necesitaba si no querían conocer a la persona más borde del mundo.

-          Que haces aquí tan sola?
-          Déjame dormir
-          Vale tranquila, solo preguntaba

-          Zac… Miles! –Le mire con cara cansada y el solo entendió que quería descansar- Perdón. No tienes que grabar?
-          Aun no, están colocando la iluminación –respondió cogiéndome de la mano- Puedo acostarme un ratito?
-          Mientras no me tires del sofá eres libre

Con cuidado y alguna que otra risa consiguió tumbarse a mi lado y no ahogarme con su respiración a escasos milímetros de mi cara. Iba a ser difícil dormir media hora a su lado pero lo intentaría.

A punto de dormirme escuche una pequeña risa, no entendía a que venía pero sabía que algo raro pasaba por la cabeza de Zac o como últimamente le llamaba, Miles. Abrí los ojos poco a poco y allí lo vi, con las manos tapándose la cara y conteniendo muy mal una carcajada.

-          Que tiene tanta gracia? estoy intentando dormir
-          Me siento estúpido-dijo antes de volver a reír-  Hace tres días estaba besándote y ahora que te tengo a escasos milímetros y no soy capaz
-          Intenta dormir y no pienses en nada

Con una caricia en la cara deje de hablarle e intente descansar el escaso tiempo que me quedaba. Gracias a la tontería de haberme molestado unos segundos, cuando desperté alguien se había encargado de que me dejasen en ese sofá casi una hora, algo de agradecer ya que estaba realmente cansada.

Sin mucha dificultad encontré a Miles y con ganas lo abrace por la espalda mientras el miraba entretenido lo que las cámaras grababan.

-          Gracias
-          No me las des –respondió girando la cara justo para poder mirarme fijamente- eres muy guapa… te lo había dicho alguien alguna vez?
-          Con esas palabras no
-          No me lo creo
-          Te lo prometo
-          Cuantos novios has tenido? Es imposible que ninguno te lo haya dicho
-          Dos
-          Y con uno de ellos te casaste? Guapa y loca

En algo estábamos de acuerdo, no era normal lo que hacía con mi vida. Una chica normal de 20 años seguiría en su país, en casa de su madre y sin apenas problemas, yo en cambio me había mudado a Nueva York para empezar mi carrera como actriz, luego casarme y al cabo de un año separarme. De todo menos normal.

-          Tú que hacías con 20 años?
-          A parte de pasarme las tardes sentado en el coche escuchando música creo que no mucho. Bueno y rodaba cortos con un par de amigos

Me encantaba descubrir que Miles era un chico tan normal como yo, el que empezase en el mundo de la actuación rodando cortos era algo que me sorprendía gratamente. A diferencia de Max sus padres no eran actores, algo que influía mucho en la vida de la persona. Los dos empezamos actuando por propio gusto. Max también pero era diferente.

-          Al menos te hago reír
-          Ni tú mismo sabes por qué –continúe riendo- estoy contigo y soy feliz –avergonzada por lo que acababa mire hacia arriba y observe el precioso cielo de Los Ángeles- Se que es raro
-          No lo es. A veces me haces querer matarte pero la mayoría del tiempo no quiero separarme de ti

No pasó absolutamente nada, ni un beso ni un abrazo. Nos miramos cómplices y sonreímos, suficiente para entender que todo ocurriría con el tiempo.

El rodaje tenía que continuar y eso fue lo que ocurrió. Miles me subió sobre su espalda y se puso a correr por toda la playa hasta caer al suelo, una caída que no estaba escrita en el guion pero que sirvió para demostrar la complicidad que teníamos. Los chicos del videoclip decidieron utilizarla asique al final no estuvo tan mal llenarse de arena por todas partes.

-          Un aplauso para Emma! –grito Miles- Así da gusto trabajar
-          Invítala a una cena y déjate de tonterías
-          Debería –respondió a James, el director- No sé si ella aceptara
-          Pregúntaselo

Antes de que James le dijera que me lo preguntase, yo ya había caminado lo suficiente como para esconderme tras Cassie. Cosas como esa y más en lugares con gente me ponían de los nervios, sabía que Miles me lo iba a preguntar pero mejor que lo hiciese cuando estuviéramos solos y sobre todo cuando ya hubieran pasado unas semanas desde mi ruptura con Max. Hasta el momento no estaba lista para nada con nadie.

-          Emma me voy. Mañana te llamo y hablamos de lo que vas a hacer, te parece bien?
-          Si –sin poder remediarlo sonreí, ni yo misma sabía por qué-  un abrazo

Con la misma sonrisa que tenía yo, Miles me abrazo y me dio un dulce beso en la mejilla.

-          No quiero irme a Nueva York –dije con pena-
-          Quédate
-          No puedo

Aunque lo desease con todas mis fuerzas mi vida estaba allí. No podía permitirme el quedarme más tiempo en LA por una chico con el que jamás iba a pasar algo, tenía que aceptar que las consecuencias de mis actos aun estaban por llegar y para ello tenía que volver a mi ciudad a dar muchas explicaciones.

Miles me hacia feliz pero también lo hizo Max. Cuando lo conocí pensé exactamente lo mismo “no me voy a enamorar” y al final ocurrió; el amor es algo que no puedes controlar, aparece en el momento menos esperado y se va con la misma facilidad que llego. Como saber manejarlo depende de la persona, en mi caso, una persona que aun no sabía qué hacer con su vida.

Ultimo día en Los Ángeles y último día de trabajo. Por fin después de un par de meses muy ajetreados iba a poder permitirme ir a ver a mi familia, hablar con Max… lo que quisiera. Apenas serian unos 7 días pero menos era nada, luego como era normal empezaríamos con la promoción de la película que hice con Jeremy, algo que me tenia atemorizada.

-          No te ha llamado?
-          No, tendrá cosas que hacer. Tampoco quiero que este conmigo a todas horas
-          Está obsesionado contigo! Es muy raro que no te haya llamado y más aun sabiendo que te vas dentro de nada
-          No se Cassie, igual no le gusto tanto como dice. Que mas da

Que Miles no se viniera a despedir no me sorprendía nada, seguramente para el solo era una chica mas con la que pasar un par de días divirtiéndose. Dolía saber que era de esa forma pero la vida era así, te separabas de tu marido y los palos empezaban a llegar de todas partes.

Cassie se ofreció a pasar la tarde conmigo pero vi más conveniente ocuparme sola de terminar de hacer la maleta y así tener un poco de tiempo para despedirme de esa maravillosa ciudad.

-          Emma Fernández?
-          Sí, soy yo

Nunca me habían llamado de la recepción del hotel, algo tenía que estar pasando para que justo el día antes de irme lo hicieran.

-          Un coche le espera a la entrada. Nos ha dicho que le avisaramos, es urgente
-          Pero quién es?
-          No lo sé, solo puedo decirle que era un chico y parecía tener prisa
-          Vale, ahora bajo –dije extrañada por la situación-

Podía suponer que se trataba de Miles pero con las mil cosas que podían ocurrir, igual hasta aparecía un chico que no conocía de nada y el cual quería pegarme un tiro.

Rápidamente termine de organizar un poco la habitación, cogí mi bolso con el móvil dentro y baje a ver qué era lo que me esperaba allí adelante.

-          Perdone, donde dijo que estaba el coche? Hay varios en frente del hotel
-          Espere –salió de detrás del mostrador y me señalo un chico que esperaba un poco más alejado de la puerta del hotel- Ese es el chico
-          Gracias

Al verle allí tuve que enseñarle mi móvil como forma de decirle que era mejor una llamada a hacer esas locuras. Miles esperaba apoyado en la puerta de su coche y el muy idiota no me había dicho nada de que iba a ir a buscarme. No quería ni imaginarme que tenía pensado hacer.

-          Bajas a ver quién es todo hombre que te llama al hotel?
-          Sí, soy de ese tipo de chicas –respondí divertida- Suponía que eras tu
-          Por eso has bajado –afirme con la cabeza y a continuación los dos sonreímos- Ya que te nos vas tendremos que hacer una despedida a lo grande. Te apetece ir a un concierto?

Eso ni se preguntaba, con tal de que no fuera un grupo de heavy me apuntaba a cualquier cosa que incluyese música en directo. 

En el tiempo que estuvimos en el coche pude averiguar que íbamos a House of Blues, lo que no pude saber era a ver a qué grupo. Miles como buen acompañante se encargo de taparme los ojos nada más llegar a la sala y de esa forma tuve que esperar hasta escuchar las primeras notas.

-          No puede ser verdad –me quite el pañuelo de los ojos y mire el escenario atónita- Miles!
-          Sabía que te gustaba Gavin DeGraw asique aquí te he traído. Has tenido suerte de que tuviera hoy concierto
-          No había entradas desde hace dos meses
-          Tengo contactos, ya sabes –dijo haciéndose el interesante-
-          Eres de la mafia o qué?
-          Si te lo dijera tendría que matarte
-          Idiota –conteste a punto de reír-

Agarrada a su brazo y gritando como una autentica fan viví uno de los mejores conciertos de mi vida. Sin duda alguna mi despedida de Los Ángeles fue a lo grande, la música de Gavin y el cariño de Miles la hicieron ser inolvidable.

-          Te he dicho que no me quiero ir verdad? –pregunte cogiéndole de las manos y mirándole triste por tener que irme de un lugar que me había dado más alegrías que penas- no quiero…

Esperaba que dijera algo pero no lo hizo, Miles prefería empezar dando una vuelta sobre sí mismo y sin más dilación invitarme a bailar una canción que no sonaba. Él era perfecto y me quería, se notaba, pero yo no sabía qué hacer con todo lo que se me estaba viniendo encima.

Nunca quise hablar de en qué punto estaba mi relación con Miles, ambos sabíamos que había algo más que una amistad pero ya fuera por el tema de Max o que nos daba vergüenza, nunca llegamos a hablarlo seriamente, simplemente nos limitábamos a besarnos y dejar que ese problema se hiciese cada vez mas grande.

-          Parece que tengo 15 años
-          No los tenemos, ese es el problema –negué con la cabeza pensando en lo mal que estaba todo eso- No podemos hacer esto más veces
-          No creo que hagamos nada mal
-          En serio? Esto está fatal… Max se ha ido pero aun sigo casada con él. Como alguien nos vea toda mi vida se va a la mierda. Ha sido un gran error

Ya me lo decían mis amigas, cuando hacia algo mal lo hacía a lo grande. Si ya había perdido a Max ahora acababa de perder a Miles por mi gran frase; podía pensar que eso estaba mal pero nunca debí decir que todo lo que hacía con él era un error.

Con los ojos llorosos e intentando controlar mis lagrimas Miles condujo de vuelta a mi hotel. Hasta dentro de un par de meses no volveríamos a vernos y con suerte todo habría vuelto a la normalidad, los sentimientos habrían desaparecido y los dos seriamos esos amigos que debimos ser desde el principio del rodaje.

-          Llámame cuando llegues a Nueva York

 Un beso, eso fue lo que no me esperaba después de todo. Me separe de sus labios y todas esas lagrimas controladas empezaron a caer sobre su pecho, ya no soportaba más presión, si no encontraba un modo de escape en menos de un segundo alguien iba a tener un ataque de ansiedad.

-          Quiero poder estar al 100% contigo pero sé que no puedo. No es un error, entiéndeme…
-          Emma tranquila –dijo limpiando mis lagrimas- te acompaño a la habitación y así te relajas un poco. Todo va a ir bien te lo prometo

Con la llorera que me acababa de entrar, la mitad del hotel se me quedo mirando. En vez de pensar que era una puta que andaba con dos chicos a la vez pensarían que era una actriz con serios problemas mentales, algo en lo que no se equivocaban.

Llegamos a mi habitación y entre el caos que había de maletas por el suelo y que mi cama estaba llena de ropa no nos quedo otra que sentarnos en el suelo a hablar.

-          Si es que eres jodidamente guapa hasta llorando –tras su cumplido sonreí un poco, lo mínimo para sentirme mejor- Puedo imaginar por todo lo que estas pasando, no voy a agobiarte mas
-          Lo siento mucho. No tenias porque verme así, me has hecho pasar uno de los mejores días de mi vida y mira como te lo pago
-          No hay día perfecto sin un poco de drama –con un pequeño gesto levanto mi barbilla y me dio un último beso- 2 meses no son nada, ya veremos qué pasa cuando volvamos a vernos. Quizás vuelvas otra vez casada y con dos hijos…
-          Idiota. Te voy a echar de menos
-          Y yo a ti


Esa fue nuestra despedida, difícil pero al fin y al cabo necesitada. Pasar casi dos meses trabajando las 24 horas del día con una persona podían confundir mucho los sentimientos asique lo que tuviera que pasar el tiempo lo diría.

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