En el momento en que lo vi en la tele, tan sonriente y agradable
con la presentadora me di cuenta de lo que me podía perder no estando a su
lado. Era precipitado y estúpido pero quería hacerlo, no me iba a quedar con
las ganas de saber que podía pasar. Perdería mi piso, mi perro, mis cosas…
perdería absolutamente todo si a Max le daba por llevar nuestra separación a
juicio, pero al menos no me quedaría con las dudas de si al lado de Zac podía
ser feliz.
Por sorpresa Sinead me llamo para saber que había pasado
entre Max y yo. No era mi intención hacer de eso una pelea de niños pequeños
pero por lo que parecía si era la de ellos. Por motivos personales y más que
probable, irreconciliables, nos íbamos a separar, no hacía falta hablar mucho
sobre ello.
-
Que haces aquí?
-
He llamado a algunos de mis contactos y han
averiguado dónde estabas. No sabía que en tu tiempo libre estuvieras haciendo
fotos para una revista
-
Te lo ha dicho Jake verdad? –afirme con la
cabeza- Como ves no tengo tiempo ni de descansar
-
Tengo que preguntarte una cosa?
-
A eso has venido?
-
Si. Es verdad que te llamas Miles? –pregunte a
punto de reír- Acabo de conocer a una señora , le he preguntado por Zac y me ha
mirado raro hasta que ella misma me ha dicho “Dirás Miles”
-
Es mi abuela, es mi segundo nombre pero ella
siempre me llama así
Toda la tensión vivida días antes había quedado olvidada después
de una cómplice sonrisa por parte de ambos. Gracias a su manager me pude
enterar de donde estaba y de esa forma poder pedirle perdón en persona.
-
Que hace tu abuela aquí?
-
Ella es como mi madre, cuando tengo un problema
la llamo y estaba vez la pobre mujer ha venido a verme
Entre el estrés que tenia y que me acababa de hacer recordar
a mi abuelo me eche a llorar entre sus brazos.
Zac no sabía lo que había pasado
con Max y pensaba que mis lagrimas eran solo por él, en cuanto le contase la
noticia le iba a dar un paro cardíaco.
- Qué?
-
He terminado con Max -repetí-
-
Si te he escuchado perfectamente –me miro
fijamente y sujeto mi cara con sus dos manos- estas jodidamente loca
-
El sabia que me había ido contigo. Me olvide de
todo por tu culpa y al final se acabo enterando
-
Es mejor así
Necesitaba que me besase ya, no me importaba la gente que
pudiera vernos, estaba preparada para todo tipo de comentarios. Solo quería
sentirme especial.
Muerta de vergüenza pero contenta volví al hotel sin
hacer caso a las suplicas de Zac porque me quedase en la sesión de fotos. Una
cosa era estar bien con él y otra muy diferente ir rápido y estrellarnos como había
ocurrido con mi relación con Max. Aunque me costase mucho iba a ir despacio
pero firme, no me iba a casar después de 6 meses juntos ni siquiera después de
2 años.
“Puedes llamarme Miles”
Necesitaba gritar antes de que me volviese aun más loca.
Entre las alegrías y los disgustos que me daban ya no sabía qué hacer, cada
momento era diferente, o lloraba o reía… nada era normal.
“Vale, mañana nos vemos en el rodaje. 2 días sin ir y ya lo echo
de menos. Besos”
“Ya me los darás en persona. Descansa y no pienses mucho en
mi”
Aproveche ese momento de felicidad para hacer una llamada
que no tuvo que esperar tanto, Max se merecía una explicación por mi parte, no quería
separarme de él y perderle también como amigo.
Después de escuchar tantos pitidos creí que no iba a
contestar, por suerte me equivoque. Contesto en el último segundo y por su
simple “Hola Emma” pude ver como estaba cansado y sin muchas ganas de hablar
con nadie. Al igual que para él para mí también era incomodo tener que
demostrar mis sentimientos de esa forma, era obvio que prefería hacer cosas mas
interesantes que explicarle por qué ya no sentía lo mismo que en un principio.
-
Podemos intentarlo de nuevo
-
Me gustaría poder decir que si pero cariño ahora
mismo no puedo
-
Solo dime que he hecho mal
-
No lo sé, quizás necesitaba un cambio y no le he
hecho de la mejor manera
Me sentía fatal por él e incluso por mí. No sabía apreciar
lo que Max podía seguir dándome, tenía 20 años y seguramente eso me perjudicaba
mucho a la hora de estar centrada en una sola persona. También los meses
separados y las peleas ayudaron un poco, pero sobretodo mi forma de ver la vida
a esa edad no ayudo nada.
-
Necesitamos hablar en persona
-
Dame tiempo, esto no es tan fácil para mi
-
Lo sé y lo siento mucho
Ambas familias se enteraron de lo que pasaba y las dos nos
apoyaban. No quería perder a Max pero tampoco quería perder a Jeremy, Sinead…
toda su familia se había convertido en parte de mi vida, una parte
indispensable. Con Jeremy sobretodo entablé una amistad que me recordaba mucho
a la que tenia con mi abuelo. Pude hacer cosas mal y entendía que estuvieran
enfadados, pero les suplicaba que en un tiempo volvieran a verme como
la buena chica que era. Si no lo hacían nunca eso se convertiría en una de las
consecuencias de engañar a Max, algo merecido.
Los siguientes días termine la película y empecé a grabar el
videoclip, no duraría más que un par de minutos pero el maldito nos iba a
quitar más de una noche de sueño.
-
Puedes dormir media hora en ese sofá de ahí
-
Se nota que odio rodar a las 3 de la mañana no?
–pregunte sin ganas- Gracias
Después de las entrevistas que tuve por la mañana y la
sesión de fotos que hice por la tarde, lo peor que podían hacer era no dejarme
dormir más de dos horas, lo necesitaba si no querían conocer a la persona más
borde del mundo.
-
Que haces aquí tan sola?
-
Déjame dormir
-
Vale tranquila, solo preguntaba
-
Zac… Miles! –Le mire con cara cansada y el solo
entendió que quería descansar- Perdón. No tienes que grabar?
-
Aun no, están colocando la iluminación
–respondió cogiéndome de la mano- Puedo acostarme un ratito?
-
Mientras no me tires del sofá eres libre
Con cuidado y alguna que otra risa consiguió tumbarse a mi
lado y no ahogarme con su respiración a escasos milímetros de mi cara. Iba a
ser difícil dormir media hora a su lado pero lo intentaría.
A punto de dormirme escuche una pequeña risa, no entendía a
que venía pero sabía que algo raro pasaba por la cabeza de Zac o como
últimamente le llamaba, Miles. Abrí los ojos poco a poco y allí lo vi, con las
manos tapándose la cara y conteniendo muy mal una carcajada.
-
Que tiene tanta gracia? estoy intentando dormir
-
Me siento
estúpido-dijo antes de volver a reír- Hace tres días estaba besándote y ahora que te
tengo a escasos milímetros y no soy capaz
-
Intenta dormir y no pienses en nada
Con una caricia en la cara deje de hablarle e intente descansar
el escaso tiempo que me quedaba. Gracias a la tontería de haberme molestado
unos segundos, cuando desperté alguien se había encargado de que me dejasen
en ese sofá casi una hora, algo de agradecer ya que estaba realmente cansada.
Sin mucha dificultad encontré a Miles y con ganas lo abrace
por la espalda mientras el miraba entretenido lo que las cámaras grababan.
-
Gracias
-
No me las des –respondió girando la cara justo para poder mirarme fijamente- eres muy guapa… te lo había dicho
alguien alguna vez?
-
Con esas palabras no
-
No me lo creo
-
Te lo prometo
-
Cuantos novios has tenido? Es imposible que
ninguno te lo haya dicho
-
Dos
-
Y con uno de ellos te casaste? Guapa y loca
En algo estábamos de acuerdo, no era normal lo que hacía con
mi vida. Una chica normal de 20 años seguiría en su país, en casa de su madre y
sin apenas problemas, yo en cambio me había mudado a Nueva York para empezar mi
carrera como actriz, luego casarme y al cabo de un año separarme. De todo menos
normal.
-
Tú que hacías con 20 años?
-
A parte de pasarme las tardes sentado en el
coche escuchando música creo que no mucho. Bueno y rodaba cortos con un par de
amigos
Me encantaba descubrir que Miles era un chico tan normal
como yo, el que empezase en el mundo de la actuación rodando cortos era algo
que me sorprendía gratamente. A diferencia de Max sus padres no eran
actores, algo que influía mucho en la vida de la persona. Los dos empezamos
actuando por propio gusto. Max también pero era diferente.
-
Al menos te hago reír
-
Ni tú mismo sabes por qué –continúe riendo- estoy
contigo y soy feliz –avergonzada por lo que acababa mire hacia arriba y observe
el precioso cielo de Los Ángeles- Se que es raro
-
No lo es. A veces me haces querer matarte
pero la mayoría del tiempo no quiero separarme de ti
No pasó absolutamente nada, ni un beso ni un abrazo. Nos
miramos cómplices y sonreímos, suficiente para entender que todo ocurriría con
el tiempo.
El rodaje tenía que continuar y eso fue lo que ocurrió.
Miles me subió sobre su espalda y se puso a correr por toda la playa hasta caer
al suelo, una caída que no estaba escrita en el guion pero que sirvió para demostrar la
complicidad que teníamos. Los chicos del videoclip decidieron utilizarla asique al final no estuvo tan mal llenarse de arena por todas partes.
-
Un aplauso para Emma! –grito Miles- Así da gusto
trabajar
-
Invítala a una cena y déjate de tonterías
-
Debería –respondió a James, el director- No sé
si ella aceptara
-
Pregúntaselo
Antes de que James le dijera que me lo preguntase, yo ya había
caminado lo suficiente como para esconderme tras Cassie. Cosas como esa y más
en lugares con gente me ponían de los nervios, sabía que Miles me lo iba a
preguntar pero mejor que lo hiciese cuando estuviéramos solos y sobre todo
cuando ya hubieran pasado unas semanas desde mi ruptura con Max. Hasta el
momento no estaba lista para nada con nadie.
-
Emma me voy. Mañana te llamo y hablamos de lo
que vas a hacer, te parece bien?
-
Si –sin poder remediarlo sonreí, ni yo misma
sabía por qué- un abrazo
Con la misma sonrisa que tenía yo, Miles me abrazo y me dio
un dulce beso en la mejilla.
-
No quiero irme a Nueva York –dije con pena-
-
Quédate
-
No puedo
Aunque lo desease con todas mis fuerzas mi vida estaba allí.
No podía permitirme el quedarme más tiempo en LA por una chico con el que jamás
iba a pasar algo, tenía que aceptar que las consecuencias de mis actos aun
estaban por llegar y para ello tenía que volver a mi ciudad a dar muchas
explicaciones.
Miles me hacia feliz pero también lo hizo Max. Cuando lo conocí
pensé exactamente lo mismo “no me voy a enamorar” y al final ocurrió; el amor
es algo que no puedes controlar, aparece en el momento menos esperado y se va
con la misma facilidad que llego. Como saber manejarlo depende de la persona,
en mi caso, una persona que aun no sabía qué hacer con su vida.
Ultimo día en Los Ángeles y último día de trabajo. Por fin después
de un par de meses muy ajetreados iba a poder permitirme ir a ver a mi familia,
hablar con Max… lo que quisiera. Apenas serian unos 7 días pero menos era nada,
luego como era normal empezaríamos con la promoción de la película que hice con
Jeremy, algo que me tenia atemorizada.
-
No te ha llamado?
-
No, tendrá cosas que hacer. Tampoco quiero que
este conmigo a todas horas
-
Está obsesionado contigo! Es muy raro que no te
haya llamado y más aun sabiendo que te vas dentro de nada
-
No se Cassie, igual no le gusto tanto como dice.
Que mas da
Que Miles no se viniera a despedir no me sorprendía nada,
seguramente para el solo era una chica mas con la que pasar un par de días
divirtiéndose. Dolía saber que era de esa forma pero la vida era así, te
separabas de tu marido y los palos empezaban a llegar de todas partes.
Cassie se ofreció a pasar la tarde conmigo pero vi más
conveniente ocuparme sola de terminar de hacer la maleta y así tener un poco de
tiempo para despedirme de esa maravillosa ciudad.
-
Emma Fernández?
-
Sí, soy yo
Nunca me habían llamado de la recepción del hotel, algo tenía
que estar pasando para que justo el día antes de irme lo hicieran.
-
Un coche le espera a la entrada. Nos ha dicho
que le avisaramos, es urgente
-
Pero quién es?
-
No lo sé, solo puedo decirle que era un chico y
parecía tener prisa
-
Vale, ahora bajo –dije extrañada por la
situación-
Podía suponer que se trataba de Miles pero con las mil cosas
que podían ocurrir, igual hasta aparecía un chico que no conocía de nada y el
cual quería pegarme un tiro.
Rápidamente termine de organizar un poco la habitación, cogí
mi bolso con el móvil dentro y baje a ver qué era lo que me esperaba allí
adelante.
-
Perdone, donde dijo que estaba el coche? Hay
varios en frente del hotel
-
Espere –salió de detrás del mostrador y me
señalo un chico que esperaba un poco más alejado de la puerta del hotel- Ese es
el chico
-
Gracias
Al verle allí tuve que enseñarle mi móvil como forma de
decirle que era mejor una llamada a hacer esas locuras. Miles esperaba apoyado
en la puerta de su coche y el muy idiota no me había dicho nada de que iba a ir
a buscarme. No quería ni imaginarme que tenía pensado hacer.
-
Bajas a ver quién es todo hombre que te llama al
hotel?
-
Sí, soy de ese tipo de chicas –respondí
divertida- Suponía que eras tu
-
Por eso has bajado –afirme con la cabeza y a
continuación los dos sonreímos- Ya que te nos vas tendremos que hacer una
despedida a lo grande. Te apetece ir a un concierto?
Eso ni se preguntaba, con tal de que no fuera un grupo de
heavy me apuntaba a cualquier cosa que incluyese música en directo.
En el
tiempo que estuvimos en el coche pude averiguar que íbamos a House of Blues, lo
que no pude saber era a ver a qué grupo. Miles como buen acompañante se encargo
de taparme los ojos nada más llegar a la sala y de esa forma tuve que esperar
hasta escuchar las primeras notas.
-
No puede ser verdad –me quite el pañuelo de los
ojos y mire el escenario atónita- Miles!
-
Sabía que te gustaba Gavin DeGraw asique
aquí te he traído. Has tenido suerte de que tuviera hoy concierto
-
No había entradas desde hace dos meses
-
Tengo contactos, ya sabes –dijo haciéndose el
interesante-
-
Eres de la mafia o qué?
-
Si te lo dijera tendría que matarte
-
Idiota –conteste a punto de reír-
Agarrada a su brazo y gritando como una autentica fan viví
uno de los mejores conciertos de mi vida. Sin duda alguna mi despedida de Los Ángeles
fue a lo grande, la música de Gavin y el cariño de Miles la hicieron ser
inolvidable.
-
Te he dicho que no me quiero ir verdad?
–pregunte cogiéndole de las manos y mirándole triste por tener que irme de un
lugar que me había dado más alegrías que penas- no quiero…
Esperaba que dijera algo pero no lo hizo, Miles prefería
empezar dando una vuelta sobre sí mismo y sin más dilación invitarme a bailar una
canción que no sonaba. Él era perfecto y me quería, se notaba, pero yo no sabía
qué hacer con todo lo que se me estaba viniendo encima.
Nunca quise hablar de en qué punto estaba mi relación con
Miles, ambos sabíamos que había algo más que una amistad pero ya fuera por el
tema de Max o que nos daba vergüenza, nunca llegamos a hablarlo seriamente,
simplemente nos limitábamos a besarnos y dejar que ese problema se hiciese cada
vez mas grande.
-
Parece que tengo 15 años
-
No los tenemos, ese es el problema –negué con la
cabeza pensando en lo mal que estaba todo eso- No podemos hacer esto más veces
-
No creo que hagamos nada mal
-
En serio? Esto está fatal… Max se ha ido pero
aun sigo casada con él. Como alguien nos vea toda mi vida se va a la mierda. Ha
sido un gran error
Ya me lo decían mis amigas, cuando hacia algo mal lo hacía a
lo grande. Si ya había perdido a Max ahora acababa de perder a Miles por mi
gran frase; podía pensar que eso estaba mal pero nunca debí decir que todo lo
que hacía con él era un error.
Con los ojos llorosos e intentando controlar mis lagrimas
Miles condujo de vuelta a mi hotel. Hasta dentro de un par de meses no
volveríamos a vernos y con suerte todo habría vuelto a la normalidad, los
sentimientos habrían desaparecido y los dos seriamos esos amigos que debimos
ser desde el principio del rodaje.
-
Llámame cuando llegues a Nueva York
Un beso, eso fue lo
que no me esperaba después de todo. Me separe de sus labios y todas esas
lagrimas controladas empezaron a caer sobre su pecho, ya no soportaba más
presión, si no encontraba un modo de escape en menos de un segundo alguien iba
a tener un ataque de ansiedad.
-
Quiero poder estar al 100% contigo pero sé que
no puedo. No es un error, entiéndeme…
-
Emma tranquila –dijo limpiando mis lagrimas- te
acompaño a la habitación y así te relajas un poco. Todo va a ir bien te lo
prometo
Con la llorera que me acababa de entrar, la mitad del hotel
se me quedo mirando. En vez de pensar que era una puta que andaba con dos
chicos a la vez pensarían que era una actriz con serios problemas mentales,
algo en lo que no se equivocaban.
Llegamos a mi habitación y entre el caos que había de
maletas por el suelo y que mi cama estaba llena de ropa no nos quedo otra que
sentarnos en el suelo a hablar.
-
Si es que eres jodidamente guapa hasta llorando
–tras su cumplido sonreí un poco, lo mínimo para sentirme mejor- Puedo
imaginar por todo lo que estas pasando, no voy a agobiarte mas
-
Lo siento mucho. No tenias porque verme así, me
has hecho pasar uno de los mejores días de mi vida y mira como te lo pago
-
No hay día perfecto sin un poco de drama –con un
pequeño gesto levanto mi barbilla y me dio un último beso- 2 meses no son nada,
ya veremos qué pasa cuando volvamos a vernos. Quizás vuelvas otra vez casada y
con dos hijos…
-
Idiota. Te voy a echar de menos
-
Y yo a ti
Esa fue nuestra despedida, difícil pero al fin y al cabo
necesitada. Pasar casi dos meses trabajando las 24 horas del día con una persona
podían confundir mucho los sentimientos asique lo que tuviera que pasar el
tiempo lo diría.
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