Eran apenas las 7 de la tarde y Miles ya estaba delante de
la puerta de la casa de Sara. Antes de seguir trabajando juntos como si no
pasara nada teníamos que hablar de nuestra situación; habíamos vivido muchas
cosas juntos y a veces algunos
sentimientos son difíciles de olvidar aun estando perdidamente enamorada del
amor de tu vida.
Atacada de los nervios subí en su coche, le salude con un
simple hola y deje que me llevara al restaurante en el que habíamos reservado
mesa, todo esto sin ningún paparazzi al acecho.
-
Las mujeres primero –dijo abriéndome la puerta-
-
Gracias
Si no lo hacía aposta se le estaba dando muy bien recordarme
por qué en su momento me llego a gustar tanto. Era amable, guapo, divertido,
pero no era Max.
-
Me voy a casar en una semana –dijo rompiendo el
hielo-
-
Si? –pregunte sorprendida-
-
Era broma Em. Ni siquiera tengo novia
-
Me voy a casar en cuanto mi novio vuelva de la
India
Gané yo de lejos. Lo suyo era una broma un tanto de mal
gusto pero lo mío era cien por cien real, en cuanto Max volviese de Agra nos casaríamos.
Sé que no fue la mejor manera de contárselo a mi ex pero así era la vida.
-
Y el anillo?
-
Es este. No lo llevo en el anular para que no
empiecen a molestarnos, ya sabes cómo son los periodistas con estas cosas
-
Claro que lo se –dijo mirándome fijamente-
Cuando estuvimos juntos los teníamos a todas horas persiguiéndonos
No empezamos muy bien la cena pero a excepción de ese
momento todo lo que vino a continuación fue agradable, incluso me alegre por
tener que pasar otros tres meses a su lado. Miles era un chico increíble y
cualquier actriz que pudiera trabajar a su lado debería sentirse una
privilegiada.
-
Miles esta es Sara, mi mejor amiga, y este es
Charlie, su novio.
-
Encantado –dijo Miles-
-
Os importa si nos quedamos en el salón repasando
un segundo el guion?
-
No, nosotros nos íbamos a dormir –respondió Sara
dándole la mano a Charlie- Mañana me cuentas
Ese “mañana me cuentas” solo significaba “ten cuidado con lo
que haces”. Sara me conocía lo suficiente como para saber que a veces era muy
débil y tras lo vivido con Miles era aun mayor su preocupación por mí.
-
He tardado veinte años en darme cuenta que el
amor solo te destruye
-
Algo bueno tiene que tener
-
Cuando no nos preocupábamos todo iba bien, en el
momento que empezamos a hacerlo todo se arruino. Dábamos largos paseos,
comíamos en el coche, teníamos sexo apasionado… eso era lo mejor. El sexo
estaba bien hasta que la idiota de Rebeca se enamoro
Una película de baile podía parecer la típica historia de
chica conoce chico, bailan y se enamoran, nuestro guion no era ni lo mas mínimo
parecido a eso. El personaje que yo interpretaba a diferencia de otras
historias al principio de la película aun seguía con su novio, personaje que
Miles iba a interpretar.
Una de nuestras primeras escenas hablaba sobre sexo y
a nosotros dos no se nos ocurrió otra idea que ensayar esa a sabiendas que era
la más comprometida.
-
El sexo no era bueno porque no nos importase,
era bueno porque estabas loca. El sexo loco es siempre bueno
-
Deja de preocuparte
-
Eso estoy haciendo
Su mano se apoyo en mi cintura, mi cuerpo se acerco al suyo
y haciendo exactamente lo que ponía en el guion terminamos en mi habitación.
Miles me atraía mucho físicamente pero lo antes posible tenía que parar esa
situación.
-
No puedo
-
Vale, lo siento
Al menos esta vez parecía que habíamos parado antes de dejar
la actuación y empezar con la vida real. Si Max se llegaba a enterar tan solo
de que lo había besado me iba a matar, por nada del mundo eso tenía que
ocurrir, tanto Miles como yo estaríamos callados y lo antes posible
olvidaríamos ese momento.
-
Otra vez no por favor, Miles no me jodas
-
Tampoco es fácil para mí Em… Me voy y olvidamos
todo pero lo mismo va a ocurrir cuando tengamos que grabar la escena
-
Me da igual, hay que dejar los sentimientos a un
lado porque esto no puede ser
Estaba agobiadísima, tan solo el pensar que podía volver a
ocurrir lo mismo de hacía 3 años me aterraba. Max era el amor de mi vida pero
la tensión sexual que tenia con Miles era irrefrenable.
Sin apenas haber dormido esa noche volví al estudio de
grabación y con tan mala suerte que Max llamo en el mismo momento en que fui a
saludar a Miles.
-
Hola amor
-
Que haces?
-
Tengo que contarte una cosa
Era en ese momento o nunca; no le iba a decir lo del beso
pero al menos contarle que iba a trabajar con mi ex novio tenía que saberlo.
-
Confío en ti
-
Te quiero
-
Yo también
-
En serio te quiero mucho –repetí controlando las
lagrimas- No sabía nada
-
Da igual Em… Emma, princesa? No llores por favor.
No era capaz ni de responderle, lo quería tanto y me sentía
tan mal por algo de lo que no tenía la culpa que no sabía cómo quitarme esa
sensación de encima. Mi relación con Miles tenía que ser estrictamente
profesional y aunque me costase un mar de lagrimas iba a cumplirlo.
-
Yo que llamaba para contarte que en una semana
estoy ahí y me encuentro a mi novia medio deprimida
-
Estoy bien, lo siento. Cuando vienes?
-
El viernes llego pero el domingo me tengo que
volver
-
Da igual. Quiero verte, besarte y pasar todo el
tiempo posible a tu lado
Si después de mis lágrimas y la declaración de amor que
acababa de hacerle no se daba cuenta de lo enamorada que estaba era que algo
iba mal. Me gustaba mucho actuar pero por momentos como ese me planteaba
seriamente dejar mi trabajo y dedicarme íntegramente a estar al lado de Max.
Baile, baile y más baile, en eso se basaron mis primeros días
en Los Ángeles. Sara y Charlie me invitaban a salir con ellos pero entre lo
cansada que estaba y el miedo que me daba que me pudieran fotografiar con otro
chico que no fuera mi novio preferí quedarme en casa viendo películas y pasando
el tiempo hasta que Max viniera a Los Ángeles.
-
Emily?
Con la tontería hacia casi un año que no veía a una buena
amiga como lo era Emily. Hablaba casi todos los días con ella pero no era lo
mismo hablar por mensajes a hacerlo cara a cara; verla me dio un subidón de energía
que necesitaba más que nunca.
-
Me mentiste. El otro día me dijiste que estabas
en Sídney y era mentira –dije sorprendida-
-
Quería darte una sorpresa
-
Pues lo has conseguido
Podíamos haber pasado mucho tiempo sin vernos pero por esas
sorpresas Emily era una amiga que con suerte tendría siempre en mi vida. Daba
igual que fuera la ex de mi novio, si me basara en eso no me llevaría con la
mitad de Londres.
Sara igual se enfadaba pero pensando en que solo iba a ver a
Emily ese día aproveche el tiempo que teníamos juntas y me la lleve a Malibu a
hacer un poco de surf. Era algo típico cada vez que nos veíamos, no éramos
buenas surfistas pero al menos el intentarlo nos divertía.
-
Paparazis –dijo Emily-
-
A la de tres les sacamos el dedo. 1, 2…
Era algo de niñas pequeñas pero sentaba tan bien que lo volvería
a repetir mil veces más si no supiera que a las pocas horas mi cara estaría en
las revistas de medio mundo.
-
No sé como consiguen saber dónde estamos a todas
horas
-
Odio esto. Estoy por volver al agua y ahogarme
apropósito –dije en tono dramático- Siempre que estoy contigo nos persiguen.
Les pagas o algo?
-
Deberían pagarme ellos a mi –respondió
divertida- Prepárate para cuando venga Max, no salgáis de casa en todo el día
-
Ese era mi plan
No por los paparazis, más bien por algo mucho más divertido.
Pasar tiempo a solas me hizo pensar en mil cosas que hacer cuando Max viniera a
Los Angeles; primero de todo iríamos a una casa alquilada en las colinas, luego nos
bañaríamos desnudos en la playa y más tarde comeríamos todo tipo de comida
basura hasta no poder movernos del sofá y así ver una de las películas raras
que tanto le gustaban a Max.
Invite a Em a cenar y tras un buen día con una vieja amiga volví
a casa impaciente por que fueran las 10 de la mañana y mi despertador sonara
para ir al aeropuerto a por Max.
-
A dónde vas?
-
Que haces aquí?
-
Recogerte para ir al estudio
-
Tengo que ir al aeropuerto, mi novio llega en
una hora. Ya avise a Diego de que este fin de semana no iba a ir a ningún ensayo,
él también se lo ha tomado libre
-
Como siempre el único que no se entera es el
idiota de Miles
-
Pensé que te lo habían dicho
-
Pues no
-
Bueno, lo siento. Me voy o no llego
Qué casualidad que justo el día que Max llegaba a la ciudad
a Miles le diera por venir a recogerme a casa, demasiada casualidad. Si
pretendía algo esta vez lo llevaba muy difícil.
Nerviosa a la vez que algo dormida llegue a LAX esperando que mi novio apareciese lo antes
posible. Sabía que estaría cansado de un vuelo tan largo pero al menos 5
minutos tenía que pasarlos a mi lado abrazándome y dándome los mimos que tanto
necesitaba.
-
Parece que el vuelo llega con retraso –me dijo
una amable señora-
-
2 horas llevo esperando, espero que no haya
pasado nada
2 horas, 3 horas, hasta 5 horas estuve esperando en el
aeropuerto hasta que el vuelo de Max aterrizo. Si hubiera sido en el vuelo de
vuelta me daba igual pero para escasos dos días que iba a estar con él no quería
ni el más mínimo retraso.
-
Amor! –grite corriendo hacia Max- Te echaba de
menos
A veces me olvidaba que era una persona famosa y luego
ocurrían cosas como las que nos pasaron en el aeropuerto. Igual no nos conocían
y lo hacían porque les gustamos, pero en cuanto salí corriendo hacia Max una
chica junto a su pareja empezaron a aplaudirnos como si fuéramos un
espectáculo. Jamás había pasado tanta vergüenza. Nada mas escuchar los aplausos
cogí a Max de la mano y marché de allí lo antes posible, no aguantaba eso un
segundo más.
-
Casi como en los Oscars –dijo Max pasando un
brazo por encima de mis hombros- Perdón por haber tardado tanto, ha sido un
caos el cambio de avión
-
No creo que tanto como mi espera. Pensaba que había
pasado algo, te lo juro
-
Imagina que me muero
-
No digas eso ni en broma. Te mueres y me muero
yo detrás
Ni loca quería imaginarme esa situación, mi vida era Max y
sin él no tendría nada. Durante la espera pensé en mil cosas pero ninguna de
ellas esa locura.
Igual estaba loca pero en las dos semanas que estuvimos sin
vernos Max parecía haber cambiado muchísimo; tenia barba, el pelo casi le
tapaba la cara, incluso hasta estaba moreno algo muy raro en una persona que al
mínimo sol que le tocaba la piel se ponía mas rojo que un tomate. Estaba cambiado pero aun así seguía siendo el hombre más guapo que había visto en mi
vida.
En 40 minutos llegamos a la casa que había alquilado para el
fin de semana y sin apenas darme tiempo a enseñársela el pobre se tiro sobre el
sofá y me suplico que le dejara descansar durante al menos media hora. En vez
de media hora le di casi 5 horas, estaba cansado y aunque perdiese tiempo a su
lado prefería que cuando estuviésemos juntos fuera descansados a verlo todo el
rato bostezando y sin ganas de hacer nada.
-
Te he estropeado todos tus planes para el
viernes
-
No has estropeado nada. He visto dos películas
que me ha recomendado tu padre y ha estado bien, debería hacer esto mas a
menudo
-
Quieres ver otra?
-
No. Has descansado lo suficiente como para venir
a dar un paseo nocturno conmigo por la playa… ya son las 10 de la noche
-
Entonces vamos. Deberíamos mudarnos a esta casa,
adoro tener la playa al lado
Nueva York era nuestro hogar y el lo sabia. Muchas veces me planteaba la idea de mudarnos a algún lugar mas cálido pero los dos sabíamos que era algo imposible, adorábamos tanto la ciudad en la que vivíamos que seguramente si nos fuéramos a otro lugar nunca seriamos tan felices como lo eramos hasta el momento.
-
Em
-
Qué? –pregunte mientras caminaba por la orilla
de la playa-
-
Me gustaría mucho que te cambiases el anillo de
dedo, es hora de que todo el mundo sepa que estamos comprometidos
-
Miles ya
lo sabe
-
Miles me es indiferente. Quiero que todo el
mundo sepa lo felices que somos juntos, me da absolutamente igual tu ex
Estaba tan sexy cuando se ponía serio que era imposible
negarle algo. Puse el anillo en el dedo anular y de allí en adelante todo el
mundo supo lo que pasaba en mi vida, Max fue mi pasado y seria mi futuro, daba
igual cuanta gente intentara interponerse en nuestro camino, lo nuestro era
amor verdadero y duraría hasta el final de nuestros días.
-
Me quiero casar ya. Hay que llamar a nuestros
padres y planear una fecha
-
Nos casamos en India
-
Tengo trabajo aquí Max
-
No tenias 4 días libres la semana que viene?
-
Es una locura
Una locura que íbamos a llevar a
cabo. Igual no aparecía nadie de nuestras familias pero fuera como fuera nos
íbamos a casar en apenas 10 días.
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