Mi novio estaba en casa, mi madre estaba a punto de llegar
del pueblo y yo era la mujer más feliz del mundo. Por fin después de tantas
conversaciones hablando de él se iban a conocer.
El futuro Jay Z dormía igual que un niño pequeño asique por
no despertarle me puse a preparar un increíble desayuno que le haría enamorarse
aun mas de mi si eso era posible.
-
Zumo de
naranja, café, tostadas. Cada día me sorprendes mas –se acerco a besarme-
Muchas gracias preciosa
-
De nada –respondí sentándome a su lado- Me
invitas ni a un trocito de tostada?
-
No has desayunado?
-
Con las prisas por hacerte el desayuno se me ha
olvidado –sonreí- yumm!
Di un mordisco a la tostada y no dije nada mas, odiaba que
me hablasen mientras desayunaba asique no quería ser yo la que esta vez
molestara.
Desde que Max apareció mis planes habían cambiado, todo lo
que tenía previsto hacer quedaba pospuesto para otro día que él no estuviera; necesitaba aprovechar las horas que teníamos juntos.
-
No cambies nada por mí. Que tenias que hacer?
-
Buscar trabajo. Muy divertido la verdad
-
Pues vamos a buscar trabajo –espero un par de
segundos en silencio- Sabes que por mi estarías contratada a la de ya
-
Eso es porque aun no me conoces del todo. En
realidad soy lo peor –dije divertida- me vas a contratar tu o qué?
-
Ahora mismo señorita –respondió en un intento de
hablar español- Te contrato como mi asistenta personal, eso sí, te tienes que
venir a vivir conmigo a Londres
Estaba mal de la cabeza si creía que eso podía ser posible.
No podía dejar sin más mis estudios, mi familia y mis amigos, todo se volvería
un caos.
-
He quedado con una mujer que estaba interesada
en que cuidase de sus dos hijos asique si quieres acompañarme bienvenido eres
Por sorprendente que pareciera ese era el único trabajo que
sabía que se me iba a dar bien. Cuidar niños me resultaba divertido, quizás por
eso en parte empecé a estudiar la carrera de enfermería.
Mi madre termino llegando justo cuando nosotros nos íbamos a
mi primera entrevista. Apenas tenía 5 minutos para presentarlos pero entre el
poco español que sabia Max y el nulo conocimiento que tenía mi madre de inglés me sobraron 4. Lo único que supieron decir fue un “Encantado de
conocerla” por parte de Max y un “Que guapo” por parte de mi madre.
-
Que conversación más entretenida
-
Tu madre parece agradable
-
Lo dices por el piropo verdad? –reí y entrelace
mi mano con la suya- luego hablareis mas, tenemos tiempo
No tanto como me gustaría pero aun tenía bastantes horas que
pasar a su lado.
Preferí no coger el coche y aunque mi pie aun no estuviera
100% del todo bien caminamos hasta el lugar donde había quedado con la madre
de los niños. Nunca había tenido acompañante a una entrevista asique no sabía
muy bien qué hacer con Max.
-
Voy a dar una vuelta por aquí y cuando salgas ya
nos vemos
-
No ligues mucho
-
Lo intentare –respondió con aires de grandeza- Ven
aquí un segundo
Nos acabábamos de separar unos centímetros y ya me pedía de
nuevo que me acercara, miedo me daba ese hombre. Acaricio mi cuello, fijo su mirada en mis labios y en menos
de un segundo ya tenía sus labios rozando los míos. No había cosa que me diera
mas fuerzas que uno de sus besos.
-
Ven a Londres por favor –negué con la cabeza y
repitió el beso- por favor –otra vez mas volvió a besarme- por favor…
Parecía que no iba a dejarme hasta que no respondiese algo
diferente, y aunque me encantase besarle tenía que parar. Respondí un quizás y por
fin lo hizo aun sabiendo que no lo decía del todo convencida.
Aunque llegue con algo de retraso por culpa de mi pesado novio, la
mujer del trabajo fue encantadora. Parecía tener unos 40 años o incluso menos y
solo por su forma de vestir podía notarse lo estresada que la tenían sus
hijos. A veces dos niños tan pequeños podían dar demasiados problemas.
-
Te necesitaría desde ya. Entiendo que hoy no
puedas pero a partir de la semana que viene me vendrías genial
-
Claro, cuando usted me necesite
-
No me trates de usted por favor –dijo
amablemente- Me pareces encantadora asique no creo que tengamos ningún problema
Había conseguido el trabajo y no podía estar más feliz. Tenía
que celebrarlo de alguna forma junto a Max.
-
Rico eh?
-
Buenísimo –le limpie una mancha de helado que
tenia al lado de la boca- Así de salvaje es nuestra vida. Celebramos todo
comiéndonos un helado
-
Porque te crees que me gustas? Obviamente por
esto –reímos- Podíamos crear una heladería
-
Y llamarla “Los idiotas del helado”. Se te va la
pinza Max
-
Un poco
Empezaba a conocerlo mejor y adoraba su raro sentido del
humor. A veces me hacia reír sin darse cuenta y era algo que me encantaba.
-
Estas bromeando –dijo al responder una llamada-
es broma, en serio no puede ser verdad
En cuanto lo vi sentarse en el suelo supe que algo iba mal,
algo realmente malo acababan de contarle. “Mark ha tenido un accidente” fue lo
primero que escuche. Su mejor amigo había tenido un accidente y lo más normal
que tenía que hacer era volver a Londres a verle. “Ha muerto” dijo minutos después.
No podía creérmelo, ni siquiera sabía cómo actuar con Max, estaba en shock.
-
Vamos a casa y hacemos las maletas. No te
preocupes cariño
-
Ha muerto Emma –dijo controlando las lagrimas-
es imposible
Mis palabras eran escasas en momentos como ese. Sabía lo que
se podía llegar a sentir con una pérdida familiar pero no sabía cómo era una pérdida
de un amigo tan cercano.
Ver a Max devastado y llorando me partía el corazón. Necesitaba
darle la suficiente confianza como para que se desahogase conmigo, no soportaba
verle de esa forma por más tiempo.
-
Max, Max –camine detrás de él y antes de que
escapase de mi lo cogí de la mano- escúchame por favor
Verle con la cara roja de tanto llorar era lo peor del
mundo, me hacia llorar sin ni siquiera conocer a la persona que había muerto.
-
No puede ser verdad. Emma no
Igual que un niño desprotegido me abrazo y lloro todo lo que
necesitaba para encontrarse algo mejor. Mi madre intentaba no decir nada pero
hasta ella podía ver lo mal que lo estaba pasando al ver a Max así.
-
Preparo yo todo, no te preocupes –limpie las
lagrimas que caían por sus mejillas- date una ducha y luego nos vamos
Muy justa de dinero y sin importarme el trabajo que acababa
de conseguir organice las maletas y me despedí de mi madre sin saber cuando la volvería a ver. Necesitaba saber que mi novio estaba bien y que la pérdida
de su mejor amigo no le iba a afectar; con él estando mal yo no iba a estar
tranquila.
-
Cielo estas ya? –pregunte entrando en el baño-
Si seguía sin responder me iba a volver loca.
-
Max…
-
Ven por favor –suplico abriendo la mampara-
Mirándome y suplicándome de esa forma me iba a meter dentro
de la bañera con ropa si hacía falta. Sabía que no era algo sexual, solamente
necesitaba protección.
-
Ven a Londres
-
Ya tengo todo preparado. Te lo dije antes pero
estabas en otro mundo y no me escuchaste –acaricie su mano- Mírame como estoy,
vestida aqui dentro solo por ti –reí- Deberíamos irnos
Si no podía hacerlo reír al menos una sonrisa por su parte
era más que suficiente. Había sido una pérdida muy dura y por mi parte lo único
que podía hacer era alegrarle los días con pequeñas tonterías como esa.
---------
La forma más rápida de llegar a Londres era conducir hasta
Oviedo y desde allí coger el vuelo. Nunca había ido a ese aeropuerto pero con
un poco de suerte llegaríamos rápidamente.
-
Te quiero
Nunca un te quiero había sido tan sincero. Consiguió hacerme
sentir muy especial, tanto que ya no era capaz de aguantar las lagrimas por más
tiempo. Tenía que llegar al aeropuerto y durante un minuto escapar de él y
llorar tranquilamente; no podía permitirme llorar delante de Max.
-
He vuelto –dije al salir del servicio- Has
podido coger los billetes?
-
Si
Ya solo nos quedaban horas de espera y abrazos. Parecía que
lo único bueno que había conseguido esa tragedia era acercarme un poco más al
mundo de Max; tuve que hablar con sus padres y explicarle como se encontraba su
hijo, el pobre no quería ni hablar, me repetía que le dejara tranquilo y eso
fue lo que hice.
Su madre estaba muy preocupada, daba igual que le dijera que
todo estaba bien que ella sabía que no era así. Había ciertas cosas que aunque
se intentasen ocultar resultaban imposibles.
-
Ha ido a fumar y he preferido dejarle solo al
menos 10 minutos. Estaba muy agobiado
-
Normal –respondió con tono de preocupación- Cuídalo
por favor
-
Lo hare. En un rato lo tienes ahí, no os
preocupéis
Exactamente fueron 5 horas las que nos llevaron ir hasta su
casa. Max ya no lloraba pero era tremendamente doloroso verlo tan triste, ni
siquiera su madre o el abrazo que le dio su padre le ayudaron lo mas mínimo,
necesitaba despedirse de su mejor amigo y ya no podía.
-
Encantada, soy Emma
-
Lo siento por tener que conocernos de esta forma
-
Mas lo siento yo –respondí mirando a Max- con lo
bien que estábamos hasta hace horas y mira ahora
Ojala hubiese podido tener más tiempo para hablar con el
hermano de Max pero mi novio me necesitaba a su lado. Lo mejor sería que nos fuéramos
a su casa, descansásemos un poco y el duro día del entierro llegaría.
-
Pido una pizza vale? –me acerque a él hasta
darle un beso en la mejilla- estas guapo hasta cuando te pones tan serio
-
Quieres darte un baño? –pregunto de repente-
-
Ahora?
-
Mientras cenamos. No nos vamos a morir ni nada,
podemos llevar hasta allí la comida y el portátil y así vemos una película
cenando
La idea no era tan mala, al menos así estaríamos
entretenidos haciendo algo que no fuera pensar en el entierro. Ahora el caso
era buscar una película que no tratase de amigos, ni despedidas, ni mucho menos
muertes…
-
“Sin Compromiso” está bien
-
Eso es porque te gusta Ashton
-
Y a ti te gusto yo asique me vas a hacer muy
feliz diciendo que si verdad? –hice pucheros y me acerque lentamente a él- yo
invito a la pizza asique no te queda otra que aceptar. Te va a encantar te lo
prometo
Afirmo con la cabeza y sonrió tímidamente, se notaba que
estaba cansado.
-
Voy a pedir la pizza, ahora voy.
Lo bueno de vivir cerca de una pizzería era que en menos de
10 minutos ya la teníamos en casa, solo tenía que pagarle al repartidor y ya
estaba lista para ir a la bañera con mi desafortunadamente triste
novio.
-
Los dos así? -Pregunte sentándome entre sus
piernas- oh dios mío
-
Espera que coloque esto un poco –dijo divertido
al ver lo que acababa de notar en mi espalda- ahora mejor?
-
Mucho mejor
Si íbamos a ver una película y a comer mientras nos dábamos
un baño lo mejor era estar cómodos, sobretodo sabiendo de que iba la peli. No
podíamos llamarla porno pero había demasiadas escenas de sexo como para empezar
a calentar el ambiente. Iba a ser difícil no terminar haciendo el amor; lo
único que me detenía era pensar en su amigo.
Finalmente no hicimos nada y fue lo correcto. Era hora de
dormir y descansar, ya tendríamos más momentos para disfrutar de nuestros
cuerpos.
-
Nunca había estado tan enamorado de una persona
Justo acababa de cerrar los ojos cuando escuche esa preciosa
frase.
De nuevo un “Te quiero” volvía a cambiar mis planes de
dormir, besarle se iba a convertir en mi hobbie favorito.
-
No te vayas… quédate… -repetía entre cada uno de
los besos que me daba-
-
Te amo
Paró de besarme y controlando la respiración volvió a hablar
-
Quédate conmigo
Tantas veces me lo había pedido y tantas veces lo había
pensado que por primera vez iba a darle una oportunidad. No significaba un sí
rotundo pero si había muchas más probabilidades. Sentía que me necesitaba más
que nunca y al igual que a mis futuros pacientes no podía abandonarlo.
-
Mark ha conseguido lo imposible, la chica de mis
sueños por fin ha dicho si. Él sabía lo mucho que te quiero
-
Siempre va a estar aquí –toque su pecho- Nunca
se ira de vuestras vidas
-
Estoy seguro de que no
Por fin veía un poco de ánimo en su cuerpo.
Cuantas más horas pasaban mejor iba siendo la aceptación de
que su amigo se había ido a una mejor vida, al menos eso pensaba hasta que llego la hora
del entierro.
Unas gafas de sol no ocultaban las lágrimas que tanto él como los
familiares y amigos cercanos de Mark estaban derramando.
Le daba la mano como forma de apoyo y él la apretaba con
fuerza deseando escapar de ese doloroso momento. Podía parecer fuerte pero en
esos momentos me demostraba que había cosas que no era capaz de controlar.
-
Me parte el alma verlo así –dije abrazando a la
madre de Max- No lo soporto… me estoy agobiando mucho
-
Mi niña no llores por favor, no quiero veros mal
a los dos
Por momentos creí que abrazaba a mi madre. Esa mujer era tan
cariñosa y agradable que me daba la seguridad que necesitaba para poner buena
cara y no sentirme mal por algo que no tenia marcha atrás.
-
Tenéis que cuidaros mutuamente… como un
matrimonio
-
-Sonreí- voy a quedarme unos días por aquí y
luego ya veremos que ocurre. Adoro a tu hijo
Me salió del alma decírselo tan claramente. Estaba más que
enamorada y haría lo que fuera por cuidar de ese pequeño gran hombre que tenía
a mi lado.
-
Hola –dijo abrazándome- estáis bien?
-
Como estas tu? –pregunto su madre-
-
Llevándolo de la mejor forma posible –nos
miramos y sonreímos tímidamente- guapa
Con su madre delante y su padre a escasos centímetros me
cortaba mucho a la hora de devolverle el cumplido. El sabía como era mi forma
de ser y entendía perfectamente mi silencio.
-
Papa y tu ya os habéis despedido?
-
Hace un rato. El está ahí –lo miramos- y yo
estaba hablando con Emma mientras tú te despedías
-
Pues deberíamos irnos antes de que esto se haga
aun mas difícil
Lo miraba y no podía controlar mis ganas de achucharlo y
darle todo mi apoyo. La muerte de un amigo volvía todo demasiado complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario