domingo, 21 de julio de 2013

Capitulo 9

2 días después del entierro de Mark todo parecía volver a la normalidad. Debería estar viajando de nuevo a España y en cambio viajaba hacia Oxford junto a Max, no me apetecía dejarlo solo ni un segundo tal y como estaba. Nos divertíamos juntos y él intentaba no estar triste pero en cuando lo dejaba un rato a solas podía ver como volvía con la misma cara cabizbaja que tuvo en el entierro.

-          En 2 días nos vamos
-          A donde? –pregunte con miedo-
-          Nueva York. Tengo que hacer entrevistas y una sesión de fotos y tú tienes que venir conmigo… estas obligada
-          Obligada? –me acerque a él y agarre su camiseta- obligada no voy a ninguna parte. Deberías conocerme un poquito mejor
-          Y lo hago

Sin darme tiempo a reaccionar me sujeto de la cintura y me presiono contra él hasta dejarme sin palabras. Tenerlo tan cerca, casi sintiendo sus latidos en mi pecho me seguía poniendo nerviosa.

-          Me estoy aguantando las ganas de llevarte al hotel ahora mismo –bajo la mirada hacia mi boca- te mueres de ganas
-          Max… -nos miro algo incomodo- ya podéis iros. Hemos terminado el rodaje por hoy, no hay que repetir mas escenas

Lo mire divertida y espere a que dijera algo. Nunca nadie nos había interrumpido en mejor momento.

-          Llevamos 3 días sin hacer nada
-          Y sabes perfectamente por que ha sido –Preferí no nombrar la muerte de Mark- Si quieres vamos a dar un paseo por la ciudad, cenamos en un bonito restaurante y luego ya veremos qué pasa
-          Necesito emborracharte?
-          No hace falta, eso solo fue la primera noche –respondí divertida- ahora ya me tienes segura asique la he jodido
-          Eres toda mía -mordió mi cuello y volvió a su posición normal- Tú eliges el restaurante

Después de la tormenta siempre viene la calma y eso por fin ocurrió en nuestras vidas. 3 días eran suficientes para echar de menos sus caricias, sus besos… todo. Necesitaba otro tipo de sentimientos que no fueran culpabilidad o pena por algo que Max no había tenido nada que ver, necesitaba a la persona que conocí hacia casi 4 meses.

Sabía perfectamente que no era fácil superar algo tan fuerte en tan poco tiempo, pero con un poco de apoyo y mucho esfuerzo por su parte podía volver a ser el chico del que me enamore.

-          Adelante princesa –me abrió la puerta del restaurante y enseguida cogió mi mano- gracias por todo
-          Has sido tú el que me ha invitado
-          Y tú la que alegra mis días

Tanta ñoñería estaba consiguiendo ablandar a una Emma que se daba aires de dura. Por primera vez un chico conseguía lo inimaginable.

-          Tengo que encontrar un trabajo o sino no voy a poder permitirme todo esto. Me estoy gastando todos mis ahorros en estos días. Ni siquiera sé cómo voy a acompañarte a NY
-          Te lo he pedido yo, no tienes que pagar nada. Mi casa es tu casa y sabes que todo lo que necesites yo te lo doy
-          Pero esa no es mi idea de vida, no voy a depender siempre de ti. Quiero terminar mi carrera, tomarme un año sabático y luego empezar a trabajar en un hospital o donde sea. Tenía todo bien planeado hasta que un tío disfrazado de rey apareció en mi vida
-          Deja de planear cosas y vive la vida como si fuera tu ultimo día
-          Bonita frase… ahora en serio, no voy a poder seguir así siempre

Ni siquiera él sabia que hacer para que pudiera permitirme todos los gastos que iba a tener allí. Lo único que tenia más que claro era que Max no se iba a encargar ni de contratarme ni de pagar mis gastos.

-          Podrías ser la enfermera personal de mi padre, el hombre esta mayor
-          Eres idiota –respondí entre risas- también me podría dar a la prostitución
-          Solo conmigo!
-          Seria millonaria si solo fuera contigo

O dejábamos de tontear descaradamente o terminábamos en el mismo baño del restaurante teniendo sexo. Se suponía que en los primeros meses de una relación había mucha libido pero en nuestro caso no era mucho, era demasiado.

Charlamos un poco sobre la película, el viaje a Nueva York, la vida en general… de esa forma dejábamos a un lado las ganas de llegar al hotel y continuábamos conociéndonos un poco más.

Me paraba a pensar en mis amigas y nunca hubiera imaginado echarlas tanto de menos como en esos momentos. Tener al chico de tus sueños a tu lado no siempre era suficiente, necesitaba una familia y unas amigas con las que desahogarme. A veces solo ver a Max me agobiaba.

-          Cierra los ojos –me pidió-
-          Imbécil!

Pensaba que me iba a dar un beso y en vez de eso me echo todo el humo del cigarro en la boca. Si no era yo la que fumaba odiaba que hicieran eso.

-          Te has enfadado? –camino detrás mía- Emma
-          Por poco me matas idiota –le di un golpe en el pecho y sonreí sin poder ocultar que no estaba tan enfadada como parecía- no lo repitas
-          Lo siento

Lo vi acercarse a mi boca y me aparte sin pensarlo, tenía miedo de que lo volviese a repetir.

-          Te iba a dar un beso –dijo entre risas- ya ni me quieres ni nada
-          Eres igual que un niño chico

Si le hablaba en español no se iba a enterar de lo que decía asique era una buena táctica para cuando me enfadase con él.

-          Odio que hagas eso
-          Pelea?

Ahora sí que estaba bromeando, solo quería echarme unas risas con mi novio y si para ello hacía falta fingir una pelea en medio de la calle lo haría. 
Sujeto mis brazos, me dio una sonora palmada en el culo y me cogió en brazos… estaba loco.

Cogimos un taxi y después de unas cuantas risas por fin llegamos de nuevo al hotel, ese lugar tan esperado por los dos.

-          A dormir! –grite intentando molestarlo- Nunca había estado tan cansada
-          Conmigo no juegas

Por sorprendente que parezca no fue nada brusco, fue una de las veces que mas disfrute. Fue cariñoso, súper cuidadoso conmigo… se notaba que quería disfrutarlo de una manera totalmente diferente a las demás veces. Fue más que sexo.
.............................................

Antes de hacer una nueva locura llame a mi familia y les conté que me iba a Nueva York durante un par de días. Ninguno se creía lo que escuchaban, había viajado a Londres por un entierro y ahora estaba viajando a la otra punta del mundo por amor.

Con la misma maleta con la que viaje de España nos dirigimos al aeropuerto y de nuevo nos preparamos para un largo viaje. A no ser que ocurriera algo interesante, en menos de 2 segundos me iba a quedar dormida entre los brazos de Max.

-          Baila conmigo –pidió a la vez que me ponía uno de sus cascos- Vamos Em

Estaba sorprendida al verlo tan alegre y hasta bailando en medio del avión. No sé si se había tomado algo antes de subir o qué pero había demasiada energía dentro de su cuerpo.

-          No te merecías lo que te he hecho pasar estos días por culpa del entierro
-          Quise acompañarte porque te quiero. No tienes que disculparte por nada

Acaricie su mano e intentando cambiar de tema empecé a mover el cuerpo al son de la música.

Por desgracia lo de Mark no tenia vuelta atrás asique él tenía que volver a su vida y ser feliz de la forma que más le conviniese.

-          Hola Nueva York! –grite al llegar al aeropuerto- estoy loca lo sé, no me mires así

Por fin volvía a escuchar una carcajada de verdad, todo parecía volver a la normalidad.

-          Ven conmigo. No querrás que me quede dormido a mitad de la entrevista no?

-          Ha sido tu culpa por no dormir en el avión –nos miramos poniendo caras raras- te acompaño porque no tengo nada mejor que hacer. Nueva York debe de ser la ciudad más aburrida del mundo

Lo hacía solo porque me lo pedía que si no me hubiese ido perfectamente de compras o a descubrir la ciudad yo sola. Después del vuelo de lo que menos ganas tenia era de pasarme 3 horas en una sala escuchando como le hacían preguntas a mi novio y menos aun de plantearme si debía hacer público que tenia novia o lo que fuera.
Hablar de mi vida privada públicamente era algo que no me gustaba, ni siquiera me gustaba hablar de ella con mi madre como para hablarla con un periodista.

-          Nos han tenido que ver Em. No soy partidario de contar mi vida pero hay cosas que no podemos ocultar toda la vida… además yo no intereso a nadie.
-          Haz lo que creas conveniente

Lo máximo que vi de Nueva York esa mañana fue lo poco que pude divisar desde el taxi que nos llevo al hotel. Max tenía que prepararse y yo como buena novia me ofrecí a ayudarle.

-          Vamos!
-          Más tarde –respondió-

Con la tontería que nos había dado a última hora íbamos a llegar tarde a la entrevista. Tenía que parar de besarme y hacerme cosquillas o todo lo bueno que tenia quedaría suplantado por su inusual impuntualidad.

-          Tienes un trabajo al que ir
-          Pueden esperar –dijo entre besos-

Tanta felicidad y pasión habían llegado en el momento más inoportuno. Había que pararlo como fuera y obligarlo a bajar a la sala donde le esperaban, no podía perder más tiempo.

Cuatro mujeres junto con un chico bastante joven esperaban sentados alrededor de una larga mesa. Parecía mas un interrogatorio que una entrevista.

-          Te quiero

Me besó y caminó hasta su sitio, ahí ya había dejado clarísimo lo que éramos, no hacía falta que nadie preguntara. 
Tenía miedo de lo dura que pudiese ser la prensa conmigo, me imaginaba artículos en las revistas hablando de lo joven, baja, fea o cualquier tipo de adjetivo malo que pudiera tener, estaba aterrorizada.
Avise al representante de Max de que iba un segundo a la calle y llame a Sara, necesitaba desahogarme con alguien.

-          Os necesito conmigo, me estoy agobiando mucho con todo esto
-          Esta todo bien con Max?
-          Mas que bien, es perfecto pero eso es lo que me da miedo. No quiero ser un personaje publico
-          No lo tienes por qué ser Emma. Tranquilízate, vas a terminar preocupándome

Estaba a punto de llorar, mi agobio estaba sobrepasando los límites.

-          Me da miedo hablarle de esto  y que se preocupe por otra cosa más. Ya ha tenido suficiente con perder a su mejor amigo

Para algunas cosas me daba cuenta de que la edad importaba, aun teniendo casi 21 años me sentía desprotegida al no estar cerca de mi familia. Necesitaba a una persona a mi lado que conociera de más de 4 meses a ser posible.

Termine la llamada con Sara y ni siquiera fui capaz de volver dentro de la sala con Max y los periodistas; me senté en las escaleras del hotel y espere a que alguien apareciese lo antes posible.

-          Puedo leerte la mente –me ayudo a levantarme y me dio un beso en la frente- No debía haberlo hecho, lo siento
-          No es eso Max. Me ha encantado el beso
-          Entonces qué es?
-          El conjunto de todo. No me esperaba vivir todo esto y llega un momento que me agobio sin motivo

Prefería no hablar más del tema antes de darle pena y que se diera cuenta de que no era la chica fuerte que parecía. Necesitaba tranquilizarme un poco y con suerte todo volvería a la normalidad. Nueva York era una ciudad demasiado bonita como para desperdiciarla por mis lagrimas.

Descansamos apenas 1 hora y cuando el teléfono volvió a sonar despertamos para bajar a comer junto con su representante y toda la gente que había viajado con nosotros hasta allí.

-          Estas mejor?
-          Un poco

No obtener un beso o ni siquiera un abrazo me hizo volver al mismo estado de ansiedad de antes. Estaba mal y aunque lo intentase ocultar en algún momento iba a terminar explotando.

-          Quieres ir de tiendas?
-          Yo que se Max. Hacemos lo que quieras y puedas…  –conteste de mala manera-

Con poder me refería a lo que su representante le permitiera. Nunca había estado con nosotros y para una vez que lo hacía parecía que no nos dejaba ir a ninguna parte con tal de que no nos vieran los fotógrafos.

-          Necesito comprar ropa

Las cosas no estaban bien y lo dejábamos claro en la forma en la que hablábamos. Por culpa de mis tonterías estaba empezando a fastidiarle el viaje a los demás.

-          Puedes dejarnos un segundo? –pregunto algo molesto- Solo quiero hablar con mi novia

No sé si era por mi o que él era muy raro, pero ese maldito representante estaba empezando a volverme aun más loca.

-          Que ha pasado para que estés así? –pregunto a la vez que posaba sus manos en mi cuello-
-          Tu vida me viene muy grande. No estoy preparada para esto, menos aun para soportar a ese hombre siguiéndonos a todas partes

Intente controlarme pero cuando lo vi mirarme igual que si fuera una niña pequeña me comporte como tal. Lo abrace y llore todo lo que había aguantado, no podía con tanta presión. Ni siquiera estar en la calle a la vista de todo el mundo me importaba.

-          Cariño no sé. Me he agobiado al verte en la entrevista y no sé cuando se me pasara

Coloco mi pelo bien y acaricio mi mejilla. Si seguía siendo tan perfecto no iba a dejar de llorar nunca.

-          No llores mas por favor, vas a conseguir que llore contigo –dijo abrazándome mas fuerte- Creo que nos están grabando

Si ya no era suficiente con todo lo que me pasaba, ahora tenia que preocuparme por unos malditos fotógrafos que estaban fotografiando o quizás grabando como lloraba. La vida al lado de Max no era tan fácil como parecía.

-          Esto es solo hoy, te prometo que en Londres nadie nos va a seguir. Se han debido enterar por alguien de que hemos viajado a la ciudad –volvió a colocar mi pelo- te quiero
-          Yo también

Era hora de parar de llorar, así con algo de suerte los fotógrafos dejarían de seguirnos.

-          Puedo pasar un par de horas sola? Me apetece ver la ciudad y así despejar la cabeza. No estoy como para aguantar a ese hombre durante más tiempo –señale a su representante-
-          Sé que llega a ser odioso pero en el fondo es un buen tío. A la pregunta no se que responder, quizás debería retenerte a todas horas a mi lado
-          Más aun? –golpee su pecho y lo abrace de nuevo- idiota.

Me merecía un respiro, no podía estar a todas horas a su lado porque si no íbamos a terminar fatal. Las lagrimas pasarían a ser gritos y duraríamos menos que el matrimonio de Kim Kardashian.

Era una persona que quería ser libre y con tanto agobio por culpa del trabajo de Max y la muerte de su amigo, no podía serlo. Tuve que plantarme delante de él y explicarle la situación para que por fin entendiera lo que pasaba.
........................................

Cogí un taxi intentando aparentar que llevaba viviendo allí toda la vida y le pedí que me llevara a Central Park. Sabía que allí aunque nunca hubiera estado, iba a poder sentirme bien y sin ningún agobio. Uno de los lugares a los que llevaba toda mi vida queriendo ir era a Strawberry Fields, sitio en memoria de John Lennon, uno de mis mayores ídolos.
Quizás en ese momento me hubiera gustado tener a Max a mi lado pero lo mejor era estar como estaba, al menos durante un par de horas.


“Imagínanos juntos para siempre”
“Juntos, felices, casados, con hijos… imagino mi vida a tu lado. Te quiero”

No hay comentarios:

Publicar un comentario