Había olvidado por completo que mis amigos nos esperaban en
el restaurante del hotel; estar al lado de esa preciosidad de chica me hacia
olvidar todo. Tanto tiempo sin poder disfrutar de ella había merecido la pena,
toda la pasión contenida surgió y de menuda forma. Jamás me imagine en esa
situación, tirado en la cama y sin apenas poder mover un musculo.
-
Bajo y les digo que aun estas duchándote?
-
Diles que me vuelves loco –me levante como pude
de la cama y le agarre de la mano hasta poder hacerla tumbarse a mi lado- Estoy
viejo para estas cosas
Mi móvil sonó y de lo que menos ganas tenia era de hablar
con alguien por teléfono; de no ser porque Emma casi me obligo a responder
hubiera dejado que sonara todo el día.
-
Mi madre –le dije en bajo- Hola?
-
Voy bajando –antes de que se moviera de mi lado
la pare y le hice señas para que no se fuera aun. Quería tenerla a mi lado
aunque solo fueran 5 minutos mas- Me van a matar
-
Shhhh
Mi madre algo molesta empezó a contarme lo que ya Emma y yo
sabíamos. Habíamos aparecido en varias revistas y en todas ellas hablaban de
todo menos bien sobre nosotros.
Era normal que se preocupara por mi pero tenía que darse cuenta de que ya era mayor y llevaba mucho tiempo sobrellevando esa vida.
Era normal que se preocupara por mi pero tenía que darse cuenta de que ya era mayor y llevaba mucho tiempo sobrellevando esa vida.
-
La mitad de lo que han puesto sabéis que es
mentira. Llegamos perfectamente al hotel y no íbamos borrachos, apenas bebimos
Tanto como apenas no, pero tampoco quería preocuparla mas. Lo importante es que estábamos bien y con suerte en unas horas la gente se
olvidaría de esa noticia.
-
Sinead todo está bien
Em me quito el teléfono de las manos y se encargo de
tranquilizar a mi madre. Al menos en ella confiaba, cosa que con su hijo
parecía no hacerlo.
-
Max hasta ha dicho que os echa de menos –nos
miramos divertidos y sonreímos- Ya sabéis como son los periodistas, solo nos
dio por salir un poco más tarde de lo normal y han dicho mil cosas. Disfrutar
del día y no os preocupéis por nosotros
Parecía haberla convencido, Emma era mi salvación. Llego a
estar yo solo y conociendo un poco a mi madre ni en 2 horas habría conseguido
convencerla de que todo iba bien.
Terminada la llamada deje que mi preciosa prometida bajara
con los demás mientras yo continuaba en la cama una media hora más hasta que el
dolor que tenía en el cuerpo cesase. No quería preocupar a Emma pero sabía que
no era normal que me pasara eso cada vez que hacíamos el amor, una vez tuvimos que ir al médico y como siguiera así no tenia duda de que
volveríamos en cualquier momento. Tenía que tomarme más en serio lo que prometí
y así empezaría a fumar menos.
-
Aquí llega el alma de la fiesta –dije nada más
verlos- Buenos días
Emma que estaba sentada justo delante de donde me coloque,
paso sus manos por detrás de la silla y abrazo mis piernas. Me gustaba que
fuera cariñosa aun con gente delante, muchas veces se cohibía e incluso cuando
estábamos nosotros dos solos no era capaz de ni tocarme el brazo. Algún día
descubriría que le pasaba por la cabeza en esos momentos.
-
Queréis ir a hacer turismo?
-
Si os apetece podríamos ir ver lo principal de
la ciudad y ya por la noche descubrimos lo demás –respondió James-
La idea era perfecta asique solo nos quedaba coger las
chaquetas y salir del hotel antes de que las chicas decidieran quedarse y
descansar.
-
Estas mejor? –pregunto Emma mientras le daba la
mano-
-
Solo necesitaba descansar un poco. No deberíamos
hacer esto muy a menudo
-
Fue lo que te dije! –grito divertida- Tu me
tiendas y luego pasa lo que pasa
-
Yo te tiento no? Soy yo el que va por la
habitación del hotel medio desnudo
-
Eso es porque no quieres –reímos- Ya empezare a
taparme un poco mas
-
No hace falta. Te puedes pasear desnuda cuando
quieras
Cuando no se lo esperaba la cogí en brazos y durante toda la
calle hasta llegar al primer paso de peatones la lleve encima. Emma no dejaba
de gritar que la bajase pero aun así viendo como los demás, incluido yo nos
reíamos tarde un poco en hacerle caso.
-
Te quiero pequeña
Con tan solo mirarme y sonreír ya sabía que ella sentía lo
mismo por mí, no hacía que estuviéramos diciéndonoslo a todas horas.
-
Tengo que preguntarte algo
-
SI! SI QUIERO –grito en mitad de la calle-
Estaba loca, solo ella conseguía hacerme reír sin ni
siquiera haberle hecho la pregunta.
- Que os pasa? –pregunto Sara-
-
Esta muchacha no está bien –agarre a Emma de la
cintura y le di un beso en la cabeza- No pasa nada. Adelantaros vosotros que
ahora vamos
Necesitaba hablar con Emma a solas para suplicarle dejar a
los demás e irnos solo ella y yo a descubrir Paris. Quería subirme en el metro
y pasar horas y horas dando vueltas hasta sentir la necesidad de bajarme en una
parada cualquiera, de esa forma descubriríamos la ciudad. Simple pero
divertido.
-
¿Se te ha ocurrido a ti solo la idea?
-
He necesitado ayuda –respondí divertido- Vienes?
-
No me queda otra opción
En cuanto vimos que los demás iban mucho mas adelantados que
nosotros corrimos hasta la primera estación de metro y empezamos el plan. Quizás
saldría mal o quizás sería la aventura de nuestra vida, solo nos quedaba
esperar.
-
Han venido tus amigos de Londres y aun así solo
quieres estar conmigo. No sé si asustarme o qué hacer
-
El que se asusta soy yo, 28 años y nunca me había
pasado esto.
Mil veces que lo pensaba y mil veces que me sorprendía. Jamás
había estado tan enamorado de una persona, hacia que estar con mis amigos o
incluso con mi familia no significase nada si ella no estaba a mi lado.
-
Aquí –me cogió de la mano y se levanto del
asiento del metro- Vamos a ver donde estamos
Mientras intentaba seguirla entre millones de personas me
lleve algún que otro golpe. La gente me miraba mal por no mirar por donde iba,
pero que iba a hacer cuando mi novia no me soltaba la mano ni un segundo.
-
Izquierda o derecha? Tú decides
La hice dar dos vueltas sobre sí misma y hacia la misma
dirección en la que se paro fue hacia donde dirigimos.
En el lugar que estábamos solo había opción de ver dos cosas, una la catedral de Notre Dame y otra la santa capilla; con la elección que hicimos toco ver primero la Santa Capilla, uno de los lugares más impresionantes que vi en mi vida.
En el lugar que estábamos solo había opción de ver dos cosas, una la catedral de Notre Dame y otra la santa capilla; con la elección que hicimos toco ver primero la Santa Capilla, uno de los lugares más impresionantes que vi en mi vida.
-
Ay mi niño que está enfadado –dijo abrazándome-
No le gusta que a mí no me cobren y a él si
-
Me han hecho sentir mayor. No entiendo porque
hasta los 25 no cobran y luego si
-
Porque los franceses son así. Yo que se Max
Lo mejor era olvidar ese pequeño detalle y disfrutar de las
vistas que teníamos delante. El que a mí me cobrasen y a Emma no quizás era por
alguna política que tenían allí, no tenia porque pensar que era demasiado mayor
ni las mil tonterías que pasaban por mi cabeza.
-
De verdad te gusto siendo tan mayor?
-
Claro que me gustas –respondió mientras
contemplaba la capilla-
-
Em en serio, no prefieres a alguien de tu edad?
Dejó de hacer fotos y me miro bastante seria, algo que
normalmente no era buena señal.
-
Lo preguntas en serio? –se puso de puntillas y
me beso- Si me gustara otra persona, da igual la edad que tenga, no
estaría contigo. Piensa que eres más joven y más guapo que el idiota que puso
esa norma para entrar aquí
Y por esa razón me casaba con ella, Emma siempre sabia como
hacerme volver a la normalidad incluso cuando me comportaba de la misma forma
que odiaba que ella se comportase.
Cuando los chicos llamaron no pudimos remediar reír, ya
llevábamos separados más de 1 hora y parecía que se acaban de dar cuenta en ese
momento. Por ese pequeño detalle podríamos haber dejado de hablarles en todo el
día, iban tan a su bola que ni se acordaban de la pareja de locos por la que
volaron a Paris.
-
Os vemos luego en el hotel. Quería pasar un rato
a solas con Emma
-
¿Aun mas? –pregunto Kevin-
-
Lo siento, tengo que hablar de algo con ella.
Dame 1 hora y luego os vamos a buscar a
donde estéis
Aunque parecía que le había molestado que desapareciésemos
de esa forma no le quedo otra que aceptar que íbamos a tardar. Aun tenía que
decirle a Emma que iba a tardar en mudarme con ella y no sabía cómo sacar el
tema.
-
Que tienes que hablar conmigo?
Cuando la encontré detrás mía me asuste al ver que había
escuchado todo, ahora no me quedaba otro remedio que contarle la noticia.
Terminamos de hacer unas últimas fotos a la capilla por
fuera y a continuación le conté lo que pasaba.
-
No quiero que busques piso tu sola. Cuando pueda
ir lo hacemos juntos
-
Y vas a aguantar en mi apartamento hasta entonces?
No me gusta la idea Max
-
No te voy a dejar sola buscando piso asique si
tengo que pasar 1 mes en tu apartamento lo pasare. He vivido en lugares más
pequeños
Demostraba con creces que no le gustaba nada la idea, ni la
de que no fuera ya a vivir con ella ni la de que no le dejara buscar piso, pero
esa vez iba a ser firme en lo dicho y no porque a ella no le gustara iba a
cambiar de opinión. En ciertos aspectos seguía viendo a Emma como a una niña,
quizás en cierto punto llegaba a verla como a una hermana pequeña a la que tenía
que cuidar.
-
No tenias que haberme dicho esto hoy –me golpeo
en el brazo- te odio!
-
Lo siento. Piensa que después de esto voy a ir
unos días contigo
-
Ya pero es eso, solo unos días no para siempre
-
Sera para siempre cuando organice todo en
Londres, te lo prometo
POV Normal
Me molestaba mucho saber que iba a pasar uno o dos meses
sola en Nueva York, me había acostumbrado a ello pero después de que Max me
hubiera dicho que se venía a vivir conmigo me había hecho demasiadas ilusiones
en que eso ocurriría lo más pronto posible.
-
No, I don't want to fall in love…
Muy cerca de la capilla, de camino a Notre Dame, había una
chica con su guitarra tocando “Wicked Game”. Era una de mis canciones favoritas
por lo que no pude remediar quedarme allí escuchándola hasta que terminara.
- This world is only gonna break your heart
–continúe cantando-
Los brazos de Max rodeaban mi cintura mientras yo me movía
lentamente de un lado a otro al ritmo de la música. No olvidaba lo que acababa
de decirme pero mientras la música sonara todo estaría bien.
-
Recuerdo la primera vez que te hice bailar
–escuche decir detrás mía-
-
No lo hagas
-
Ya es tarde
Una pequeña reverencia y ya me tenia lista para moverme un
poco mientras rodeaba su cuello con mis pequeños brazos.
-
Ponte sobre mis botas
-
Si papá –respondí con una tímida sonrisa-
Era igual que cuando bailaba de pequeña con mi abuelo, me sentía
querida y al fin y al cabo eso era lo único que tenía que importarme.
-
¿Estás bien?
-
Si –afirme con la cabeza- Creo que no voy a
volver a Nueva York… no por ahora. Quiero pasar unas semanas con mi familia y
olvidarme de esta locura de vida que llevamos
-
El trabajo?
-
Al trabajo que le den! Me merezco un descanso y
me da igual lo que Cassie me diga, como si quiere dejar de representarme.
Necesito ver a mi abuelo y recuperar el tiempo perdido estos meses. No siempre
lo voy a tener ahí
-
No puedes imaginar lo mucho que te quiero -acaricio
mi mejilla y sonrió dulcemente- No hay nadie más orgulloso de ti que yo
Y en menos de 5 minutos ya había conseguido hacerme olvidar
todo. Aunque me molestara algo, por frases como esa resultaba imposible
enfadarme con él.
-
Ahora es cuando dices “por esto me caso contigo”
–dije sonriente- Vamos antes de que Kevin o James me odien un poquito mas
Mientras Max preparaba todas las cosas en Londres yo estaría
en mi casa junto a mi familia, no tenia que preocuparme por nada. Quizás hasta
me vino bien que no viniera a vivir conmigo tan pronto, así pude darme cuenta
de lo que me estaba perdiendo por solo estar centrada en el y en el trabajo. Dos
o tres días cada dos meses no eran suficientes para disfrutar de mi familia, en
el momento en que les dijera que iba a pasarme la mitad de enero con ellos
sabia que les iba a alegrar el año.
Antes de volver al hotel visitamos la catedral de Notre
Dame, era un lugar al que siempre quise ir y por fin estaba allí. Para mi
sorpresa era muy bonito pero no tanto como la sagrada capilla. Max y yo
comentábamos lo bonito que era e incluso llegamos a nombrar la idea de casarnos
en Paris; una locura que nunca se llevaría a cabo teniendo a nuestras familias
en diferentes países y ninguno de ellos era Francia.
Paris era una ciudad preciosa pero quizás no era la adecuada
para mí. Sentía que no tenía toda la libertad que quizás Nueva York podía
darme; allí era libre de hacer lo que quisiera sin sentirme rara por ello. Era
una ciudad que te permitía ser quién quisieras y eso era lo que necesitaba.
Antes de dirigirnos al hotel sin saber si estaban allí o no
llamamos a los chicos. Según Sofía estaban comprando comida en un puesto de la
calle lo que significaba que podíamos ir a comer con ellos pasando frio o
alargar nuestra escapada unos minutos mas y comer en un bonito restaurante
cerca de Notre Dame.
-
J'aime ce resto.
-
Que me adoras? –pregunto confuso- No era muy
bueno en mis clases de francés
-
Si Max si –aguante la risa- Que me encanta este
restaurante, me recuerda al que siempre vamos en Londres. Es pequeño pero
parece que estamos en casa
-
Por eso te he traído aquí –reímos cómplices-
Esta bien, a la próxima ya sabemos dónde venir
Con todo el trabajo que teníamos previsto tardaríamos mucho
en volver a Paris, incluso hasta dudaba que pudiera viajar mucho con la
película que tenia por hacer, el piso que tenía que buscar y mil cosas que
estarían por venir.
Después de comer ya no nos quedaba otra opción que ir al
hotel con los demás. Allí pasaríamos las horas hasta que llegasen las 11 de la
noche y nos dirigiéramos a la Torre Eiffel para celebrar el año nuevo. Seria
especial pero seguía echando en falta a mi familia.
-
Las 3 hermanas juntas –dijo Sara abrazándonos a Sofía
y a mi- Tendré que darle las gracias a Max
-
Dame las gracias a mi que yo fui la que dijo de ir a Brujas –respondió
Sofía- No ha pasado ni un año y mira donde estamos después de esa locura
-
He cambiado vuestra vida, admitirlo
Max apareció por detrás mía e interrumpió la conversación
con uno de sus grandes comentarios. De lo que no se daban cuenta era de que el
único que había cambiado nuestra vida había sido Josh; si no hubiera quedado
con él nunca hubiera hablado con Max, todo se hubiera limitado a rodar esa
escena de la serie con él y poco más.
-
Estará con su familia –dije intentando quitarle
el móvil de la mano- Max para! No lo molestes ahora para eso
-
Solo quiero darle las gracias
-
Bueno ya lo harás en otro momento
Algo borde le quite el teléfono y lo apague antes de que
hiciera alguna locura. A esas horas la gente normal estaba preparándose para
recibir el año nuevo junto a su familia y no hablando con un loco sobre como
conoció a su prometida.
Antes de que mi abuelo se enfadara les llame, así sabrían
que aunque estuviéramos lejos nunca me olvidaba de ellos y menos aun en esa
fecha. Estarían junto a mis tíos y mis primos, al menos tendrían compañía por casa.
-
Lo sé mama, lo que pasa es que no puedo decir
que no a drogarme y beber con mis amigos –mire a Max divertida y contuve la
risa- Era broma! En dos días me tienes ahí, no le digas nada al abuelo quiero
que sea una sorpresa
-
¿Se lo has dicho? –Afirme con la cabeza a la
pregunta de Max- Cuidármela! No la dejéis ni salir de casa
-
Calla la boca Max
Le di un golpe en el pecho y lo separe de mi lado, las pocas
copas que nos habíamos tomado parecían empezar a surgir efecto en el.
Terminada la llamada volví junto a los demás y espere con
ansias que llegaran las 12 de la noche. Paris parecía haber salido a la calle
para recibir el año nuevo y nosotros no éramos menos. Sería la primera vez que recibía
el año junto a Max pero también la primera vez que lo pasaba junto a mis amigas
lo que significaba que como fuera tenía que dividirme, no podía dejar de lado a
ninguno.
Aunque apenas les
quedase voz y no tuviéramos mucho espacio, los chicos seguían gritando y
haciendo el idiota. Ellos sí que sabían buscar la diversión donde fuera y no
como nosotras que estábamos quietas de pie muriéndonos de frio y sin saber que
decir o hacer.
-
¿Qué os pasa? –pregunto Max -
-
Pasa que te quiero mucho
Me salió del alma sujetar su cara y darle un beso
inesperado. Estaba muy feliz por tenerle allí y en ese momento acababa de darme
cuenta de lo indispensable que era en mi vida.
-
Como voy a vivir sin ti eh eh eh? –pregunte
divertida-
Mientras los dos reíamos cómplices, James apareció detrás mía
y me cogió en brazos para luego correr conmigo hacia no sé dónde. Su forma de
volver a entablar una amistad me pareció bien, no era tan incomodo como
mantener una conversación hablando de una estupidez que paso hace meses. Todos
alguna vez cometíamos errores y era de sabios saber perdonar.
-
Max ayúdame!
Vino hacia nosotros pero lo que hizo no fue ayudarme, más
bien se limito a cogerme de los brazos de Jamie y ponerme en los suyos como si
fuera una muñeca.
Rodee su cuerpo con mis piernas y al menos de esa forma
estaría sobre él y además cómoda.
-
Así es como voy a recibir el año
-
Al menos no pasas frio –contundió diciendo Max-
Si estuvieras obesa ten claro que no te cogería en brazos
Justo al lado había una señora algo llena en carnes y cuando
Max soltó la frase del año no pude remediar echarle la bronca por si acaso la
mujer nos había entendido. Él se limito a mirarme sonriente, algo con lo que sabía
que no iba a poder evitar olvidar lo que acababa de decir.
La Torre Eiffel comenzó a encender las luces y eso solo
significaba que quedaba apenas 1 minuto para que el año 2014 comenzase. Aun
encima de Max cogí mi copa de champagne y espere lo que estaba a punto de
suceder.
Sin esperármelo nada más empezar el año a mi novio no se le
ocurrió otra cosa que darme un beso sin ni siquiera darme tiempo a respirar.
Por poco no me convertí en la primera mujer de 2014 en morir a causa de un
beso.
-
Feliz año nuevo
-
Feliz año nuevo cariño –respondió grabándonos
con su móvil-
La gente gritaba feliz por empezar un nuevo año y nosotros
lo grabábamos. Esos videos serian los que algún día veríamos en casa con
nuestros hijos y recordaríamos lo maravillosos que fueron los primeros meses de
nuestro noviazgo.
-
Nos escapamos? –pregunte gritando entre la
multitud-
-
A donde?
-
A París!
Sin decirles nada a los demás volvimos a hacer lo que mejor
se nos daba, separarnos del grupo. Quería divertirme y normalmente cuando
dependía de otras 4 personas no solía hacerlo, solo necesitaba a Max, buena
música y con eso ya tendría la mejor fiesta del mundo.
-
Me encanta esta canción
En mitad de la calle me desabroche un poco el abrigo y me puse a bailar la música que salía de un pequeño pub.
-
Y ahora viene la famosa frase… por esto me caso
con ella –dijo a la cámara-
Continuando con el baile camine hacia él y lo que en un
principio era un baile normal, se convirtió en algo muy sensual. No me importaba si la gente me miraba o no,
solo quería divertirme.
-
Madre mía como nos lo vamos a pasar tu y yo esta
noche –dijo posando su brazo sobre mis hombros-
Quieres entrar?
-
Si
Ya podéis imaginar cómo
terminamos la noche; después de bailar tanto en el pub como en la cama, al día
siguiente no iba a haber nadie que nos despertase. No tenía ni idea de lo que
los demás iban a hacer pero yo me iba a pasar prácticamente todo el día
durmiendo abrazada al cuerpo desnudo de mi prometido.
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