viernes, 20 de septiembre de 2013

Capitulo 20

Si estaba de bromeando no me hacia ni pizca de gracia la broma. Me repetía una y otra vez que no podía respirar bien y yo muy preocupada no dejaba de buscar un numero de urgencias por toda la habitación. Con el poco francés que sabía y que mi inglés en ese momento dejaba de existir, casi rezaba para que la recepcionista del hotel hablara español. Necesitaba un medico urgente o a mi prometido le iba a pasar algo.

-          No me ha servido de nada estudiar enfermería –di un golpe a la pared- parezco gilipollas

Entre el coraje que me daba no poder hacer nada para ayudarlo y el miedo que tenia por perderle, lo único que supe hacer bien fue llorar.
El médico del hotel llego a la habitación lo antes posible y con todo tipo de instrumentos miro a Max. Lo que le estaba pasando ya había sucedido otra vez pero no tan fuerte como esta. Tenía mucho miedo.

-          Ahora se lo llevan al hospital, no te preocupes –me dijo el médico- Va a estar bien
-          Cariño estoy bien

Daba igual lo que me dijera desde la cama, yo sabía que no era así y estaba preocupada por lo que en el hospital pudieran decirle.

No quise avisar a nadie, el problema ya había fastidiado las vacaciones a una persona y no quería que se las fastidiara a nadie más.

Al no dejarme ir en la ambulancia junto a él, no me quedo otra que coger un taxi y seguirles mientras intentaba dejar de llorar a la vez que me tranquilizaba un poco. Quizás no era tan malo como me lo estaba imaginando, seguramente le dirían que dejase de fumar y estuviera más tranquilo, algo que a él le costaba mucho.

-          Un broncoespasmo
-          Te odio! te odio! te odio!

En cuanto lo vi tan tranquilo diciéndome que tan solo era un broncoespasmo o como se llamase, no pude remediar volver a llorar. No era algo muy grave pero por culpa de ello habíamos acabado en ese hospital.

-          Em tranquila, ya podemos volver al hotel
-          Vete a la mierda!

Con mi enfado o sin él tenía que darse cuenta de una vez por todas que tenía que dejar de fumar tanto. No podía aparentar normalidad cuando su novia de apenas 20 años lloraba desconsolada preocupada por si su prometido iba a llegar vivo a la boda, tenía que dejar de pensar en sus placeres y empezar a preocuparse por las personas que le querían.

-          Lo siento muchísimo
-          Tenían que haberte dejado todo el día en el hospital
-          Cariño estoy mejor, en serio
-          Me da igual. Ahora me vas a tener pegada a tu culo todo el mes –sin poder remediarlo lo abrace y escondí mi cabeza entre su cuello- cuídate por favor. No sabes el susto que me has vuelto a dar
-          Te tengo a ti para cuidarme
-          Si solo estudie un año de enfermería Max… en serio o te cuidas o no sé qué hago sin ti

No sabía estar sin él, después de todo lo vivido si me quedaba sin Max no sabría que hacer con mi vida.

Muy preocupada volvimos al hotel y al ver que los chicos no paraban de llamarnos les contamos lo que había pasado. Al igual que yo se preocuparon por la salud de Max, desde ese momento todos teníamos que tenerle controlado y así ayudaríamos a que no se saltase la promesa que me había hecho.

-         Fumo mucho menos y tú sigues igual. No me digas que has dejado de fumar tanto porque me paso contigo las 24 horas del día y veo lo que haces
-          Nunca la había visto mas enfadada -dijo en general-
-          Max no estoy de broma. Por mi me iría a la habitación y me pasaría todo el puto día llorando por tu culpa, pero como se que si hago eso tú te vas a ir a fumar pues no lo hago

Ver que después de mi frase no decía nada me hizo enfadarme aun mas. Los deje allí plantados y camine enfadada hasta la habitación; encerrarme en el baño igual que una niña pequeña parecía lo más seguro.

-          Mama perdón por llamaros ahora, solo quería avisaros de que no me esperéis estos días
-          Ha pasado algo Emma?
-          No, todo está bien solo que tengo que quedarme con Max aquí para organizar unos papeles y eso

Se notaba mucho que mentía pero mi madre se limitaba a aceptar que no iba a ir. Si a mi querido novio se le hubiera ocurrido la idea de dejar de fumar antes esto no habría pasado.

-          Emma abre la puerta!

Preferí no hacerle caso quedándome sentada en el suelo del servicio.

-          Emma abre!

El muy idiota aun no se había dado cuenta de que la puerta no estaba cerrada con pestillo. Con tan solo girar el manillar hubiese podido entrar ahorrándose tales gritos.

-          Estoy cansando, no quiero pelear mas
-          Yo tampoco quiero –respondí sorprendentemente amable- Túmbate en la cama y descansa. Ya has gritado suficiente por hoy
-          Piensa en que vas a ver a tu familia y alegra esa cara.

Una falsa sonrisa salió a relucir cuando escuche decir que iba a ver a mi familia. En cuanto le dije que me quedaba con el volvimos a los gritos que antes queríamos no volver a repetir.

Sabía que él solo podía ocuparse de tomar el medicamento pero no estaba tan segura de que solo fuera a fumar menos.

-          Que quieres Emma? QUE QUIERES?
-          Eres gilipollas
-          QUE QUIERES? –volvió a preguntar gritando- Deja de comportarte como una cría, estoy bien!
-          -negué con la cabeza mientras intentaba controlarme- no vuelvas a decirme eso
-          Eres igual que una niña de 5 años

La había fastidiado pero bien, después de pasarme toda la mañana preocupada y llorando por él, el que encima decidiera quedarme con él en Londres y que no viese a mi familia no parecía importarle lo mas mínimo. El al igual que siempre, solo quería demostrar lo mayor y lo autosuficiente que era.

-          Lo estás haciendo genial Max. Que te cuiden los chicos
-          Ahora dime que no lo eres
-          Soy imbécil es lo que soy. Follate a una francesa a ver si deja de ser tan cría como yo

Recogí mi bolso y mi chaqueta y marche de la habitación.  Max estaba claro que no se iba a molestar en seguirme, seguramente pensaría que el cabreo se me pasaría en segundos, lo que no se esperaba era que volviese a Nueva York.

Entre las palabras suplicantes de Sara pidiéndome que me quedase y la cara estupefacta de Sofía hice caso a lo que mi cabeza me decía y me fui hacia el aeropuerto. Ellas se encargarían de enviarme la poca ropa que me había llevado hasta Paris, al menos en el bolso había cogido la cartera y el pasaporte, lo suficiente para poder volar.

Después de pagar casi 3000 euros y arruinarme ya tenía en mis manos el billete de avión, tan solo me quedaba esperar 2 horas para que el avión despegara.

Prefería estar sola en mi pequeño apartamento antes de volver a ver a Max. Nunca nadie me había hecho sentir como él, sabia donde me dolía y me pinchaba cada vez más fuerte. Esta vez iba a tener que pedir perdón un millón de veces antes de que le perdonase.

11 horas después ya estaba en casa. Muy cansada llame a Cassie para avisarla de que cuando ella quisiera podía enviarme guiones porque no iba a tener otra cosa de la que preocuparme, hacer castings o lo que ella quisiera iba a ser mi nuevo entretenimiento.

-          No sé si sigo prometida o que. Me ha llamado 60 veces asique supongo que algo es algo
-          Llámale. Al final va a fumar mas por tu culpa

Con el enfado que tenia no me había parado a pensar en ese detalle. Quizás Cassie tenía razón y si quería un poco a Max lo que debía hacer era llamarle y darle una explicación de lo que había hecho.
No tenía ni idea de si seguiría en Paris o ya estaría en Londres, solo sabía que mis manos marcaban una y otra vez su número y ninguna de ellas era capaz de darle a llamar.

-          Emma dime donde estas por favor
-          Las chicas no te lo han dicho?
-          No sé si creerlas o no. Quiero escucharlo de tu boca y espero que digas Paris
-          En Paris es imposible que siga. Solo llamaba para saber si estás bien, aun después de todo sigo preocupándome por ti
-          No estoy bien.  Como voy a estar bien contigo a miles de kilómetros? Me siento fatal
-          Te lo has ganado solo. Yo tampoco tenía ganas de gastar tanto dinero en un vuelo
-          Y esto me lo dice la que se fue diciéndome que me follara a no sé cuantas
-          Vale, otra vez…  Vuelve a Londres y dile a tu madre que te cuide porque a mí me vas a tener lejos por mucho tiempo. No hace falta que te vengas a vivir conmigo, ya me las apaño sola

 Me mando parar antes de que colgase la llamada y sorprendentemente funciono. Yo también necesitaba escuchar su voz, aunque solo fuera para discutir saber que esa discusión era producto de lo mucho que nos queríamos me alegraba un poco. Aun así nadie me iba a quitar el enfado que tenia por llamarme cría.

Pidió perdón un par de veces e incluso yo hice lo mismo por decirle que se tirase a alguna francesa; nunca quise decir eso de verdad. Si alguna vez lo hacía ya sí que ahí no iba a volver jamás con él.

La situación seguía mal pero quizás con un par de llamadas mas todo empezaría a volver a la normalidad. El tiempo lo diría, de momento yo estaba sola en Nueva York y con ganas de trabajar.


20 de enero, Nueva York:

En 18 días apenas había realizado un casting. Cassie estaba más ocupada mandándome a eventos de la película que había terminado que de que hiciera algo nuevo. Según ella, esa película podía ser mi salto a la fama, cosa que dudaba mucho.

Tenía una sesión de fotos con todo el elenco y para ello tenía que volar a Los Ángeles. Estaba algo nerviosa y en esos casos lo que solía hacer era llamar a Max, en cambio ahora no podía. Tenía que aguantarme los nervios, poner buena cara y parecer profesional cuando en realidad no lo era.

-          La doble Em se vuelve a unir –nada más verla la abrace con ganas. Hacía semanas que no nos veíamos y la echaba un poquito de menos- Que tal el viaje? –pregunte-
-          Muy cansado. Y tú que tal con tu nueva vida de prometida del señor Irons? –pregunto sonriente- Las noticias vuelan
-          Esta… -intente buscar la palabra exacta para describir mi situación pero preferí optar por la mentira. Mejor eso a que la gente me viese como la pobre niñita que tiene peleas con su novio- Esta bien, como siempre. No han cambiado las cosas
-          Me alegro por vosotros

Cassie interrumpió la conversación y me paso el teléfono sin decirme quien llamaba, tan solo por su sonrisa podía intuir que era mi estúpido novio.

-          Em abre la puerta
-          Qué? Estoy en Los Ángeles Max. No me digas que estas en mi casa
-          Delante de la puerta timbrando como un loco. Pensé que estarías aquí
-          Pues estoy en LA, lo siento. Haberme llamado antes

Era su culpa, no tenia por que sentirme mal porque él estuviera en Nueva York y yo no. La gente normal solía llamar antes de ir a visitar a otra persona, en cambio el parecía querer hacerse el novio perfecto visitando a su novia por sorpresa.

-          Voy a estar 2 días más aquí. Cuantos días tenias pensado quedarte?
-          No lo sé, he traído todas mis cosas de Londres

Estaba loco pero por eso me encantaba. Sonreí como una tonta y me quede sin palabras que decirle después de escuchar como ya quería mudarse conmigo. No había pelea en el mundo que consiguiera separarnos.

-          Creo que es hora de decirte que lo siento mucho por lo que paso en Paris
-          Ya me has pedido perdón mil veces –dije interrumpiéndole-
-          Lo sé pero me siento mal por haberte dicho esas cosas cuando tú querías cuidar de mi
-          Has fumado menos?
-          Si, no sé si me vas a soportar con el mal humor que tengo últimamente. Hoy por poco no mato al taxista que me ha traído hasta aquí –dijo divertido- Lo hago por ti
-          Y por ti también, si no lo haces por ti mismo mal vamos.

Si no fuera porque Cassie volvió a llamarme para que fuera a maquillaje me hubiese quedado un rato mas hablando con él. Solo me dio tiempo a decirle que se quedase allí y no se le ocurriera venir a LA; según era fijo que ya se lo había planteado. En un par de días volveríamos a vernos y ahí sabríamos como estaba nuestra relación.

Normalmente cuando me maquillaban y sabia que iban a tardar un rato cogía un libro y lo leía imaginándome en el. No porque mi futuro suegro hubiese interpretado ese libro se convertía en mi favorito pero Lolita era especial. Incluso creo que hasta en cierto punto me sentía un poco identificada.

-          Em te llaman –dijo Emily-

Estaba tan metida en el libro que ni siquiera había escuchado el móvil.

-          Te dije que estaba en maquillaje. Que ha pasado?
-          Se me olvido decirte que te quiero
-          Ya decía yo que estabas loco –reí nerviosa-
-          Lo se

En el momento en que me devolvió la risa sentí que lo tenía a mi lado. Parecía que nada importaba, tan solo el saber que me quería era suficiente.

-          Me acaban de avisar de que mañana hay una premiere en la ciudad y estoy invitado
-          Vete
-          Debería pero no sé si es lo correcto. No quiero ir sin mi prometida
-           No lo digas muchas veces porque aun tenemos que vernos tu y yo y hablar de muchas cosas
-          Pensé que estaba todo arreglado
-          Y lo está pero me gusta darle algo de dramatismo. Max ve a donde tú quieras, con tal de que no te vea ligando con nadie
-          Sabes que no lo hago
-          Emmmm… te conozco asique a callar. Aquí la cría sabe de lo que habla y tu a veces te sueltas mucho en las entrevistas

Tanto Emily como las maquilladoras me miraban sorprendidas por lo que estaba hablando con Max. Podía parecer gracioso pero si se encontraran en mi situación no lo seria tanto.

-          Vengo a saludar a la pequeña y me la encuentro hablando por teléfono

Si pudiera adorarlo más lo haría pero ya era imposible. Robert DeNiro aparte de ser un gran actor era una gran persona y cada vez que lo veía lo dejaba aun más claro; solo él era capaz de ir hasta nuestro camerino a saludarme.

-          Con quien hablas? Debería ponerme celoso?
-          Mucho –reímos- Es mi novio
-          El hijo de Jeremy?
-          El mismo

Extendió la mano y me pidió que le dejara el móvil un momento; miedo me daba imaginar lo que podía decirle a Max.

Mire a Emily las dos pusimos cara de circunstancia mientras Robert hablaba con Max.

-          Solo quiero que sepas que o cuidas de esta increíble chica o me encargare de matarte

Agarre la mano de Emily y empecé a asustarme por lo que escuchaba. Sabía que lo decía de broma pero ver a Robert de esa forma seguía dándome respeto.

-          Y espero ser el padrino de la boda porque sino ahí sí que te mato pero de verdad
Estalle a reír y la pobre chica que me maquillaba tuvo que parar de hacer lo que hacía para dejarme ir a por mi teléfono. Robert parecía el padre que me faltaba.

-          Como si quieres ser el que oficia la boda –reí y cogí el móvil- Max estas bien o te has acojonado?
-          Me ha dado miedo
-          Ya sabes lo que esperar. Vete a la premiere y diviértete, yo hare lo mismo por aquí

No cabía duda que cuando Emily y yo nos juntábamos iba a haber fiesta. No sé si en el hotel, en casa de alguien o en algún pub de la ciudad pero después de la sesión de fotos y las entrevistas íbamos a pillar la borrachera de nuestras vidas, nos lo merecíamos.
Lo hable con Cassie y aun siendo mucho mas mayor que nosotras acepto encantada, quizás hasta conseguía que todo el cast se uniera a la fiesta.

-          Yo también debería de fumar menos, luego me quejo de Max
-          Todos deberíamos fumar menos, el problema es que cuesta demasiado. Sera por veces que lo he intentado –dijo Emily-

Ahí me di cuenta del esfuerzo que Max estaba haciendo, seguramente si yo también lo intentaba le costaría menos. Por el momento ese día tan solo fume 2 cigarros, uno en cada descanso que tuve, el problema vendría a la noche.

-          Mañana tenéis mas entrevistas, no bebáis tanto

Primer aviso de Cassie y ninguna hacíamos caso. Junto con el director y una de las productoras de la película, Emily y yo seguíamos bebiendo hasta caer redondas al suelo. Nos habían llevado a una discoteca de la ciudad y a no ser que quisiéramos ligar con chicos que no eran nuestros novios, bailar y beber era lo más divertido que podíamos hacer.

-          Em es muy tarde, estaba durmiendo
-          Solo quiero que sepas que me muero de ganas de hacer el amor contigo
-          Estas borracha?
-          Desnúdate!
-          Emma…
-          Desnúdate. Estoy muy borracha y solo quiero divertirme
-          Donde está Cassie? Ponme con ella
-          CASSIE!!!!!

No recuerdo mucho mas de esa noche, solo sé que le di el móvil a Cassie y al día siguiente me encontré durmiendo en la misma habitación con Cassie y Emily. Parecía haber sido una noche muy larga sobre todo por la cara de muerto que tenia, ese día iba a necesitar mucho pero que mucho maquillaje para hacerme parecer una persona normal.

-          Necesito llamar a Max
-          Deberías, ayer le pediste que se desnudara por teléfono –dijo Cassie-
-          Esa es la única cosa que recuerdo y por eso voy a llamarlo
-          Dile que ahora estas con resaca pero que sigues queriendo verle desnudo

Me gire hacia Emily y aunque intentase aguantar la risa no pude; esa chica estaba igual de loca que yo.

-          Debería pero no lo hare-marque el numero de Max y espere a que contestase la llamada. De verdad necesitaba hablar con él- Max… puedes enviarnos una foto tuya desnudo?

Hasta Cassie empezó a reírse a carcajadas, al único que pareció no hacerle mucha gracia fue a la persona que estaba al otro lado del teléfono.

-          Perdón –intente parar de reír- Lo siento por lo de anoche, bebimos mucho y fijo que dije mil tonterías
-          No importa, hable con Cassie después de esa llamada y ya me dijo que estabais en el hotel durmiendo. Me asustaste un poco
-          Necesitaba divertirme. Hacía mucho que no salía de fiesta
-          Es lo que tienes que hacer, aun eres joven
-          Cuando tenga 80 años saldremos todos los días
-          Conmigo?
-          Claro. No nos vamos a separar nunca, NUNCA. Ni siquiera cuando me llames cría y yo me enfade demostrando que lo soy
-          Te quiero
-          Yo mas

Lo quería, y aunque a veces me hiciera la dura yo también había tenido mucha culpa en lo que había pasado. Quizás no debí irme de esa forma de Paris y le hice pagar toda la culpa a él; en cierto modo sí que me comporte como una cría.

“Simplemente diviértete. Te quiero”

Junto con este mensaje llego una foto que mi mente llevaba pidiendo toda la noche.  No podía creer que el muy idiota se hubiese atrevido a hacerse una foto desnudo y encima enviármela, después de eso ya no había nada más perfecto que pudiera hacer.

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