Debí de haber bebido mucho la noche anterior porque cuando
me levante no sabía ni en la habitación que estaba. La de Miles no era y estaba
casi segura que la de Cassie tampoco, me daba miedo levantarme y encontrar a
algún extraño desnudo en el servicio. Definitivamente no podía beber tanto.
-
La bella durmiente ha despertado
-
Buenos días
No recordaba nada de lo que había pasado la otra noche pero
ver a Miles allí me tranquilizo un poco. Seguramente había perdido la tarjeta
de mi habitación o a saber, al menos sabía que no me habían dejado dormir en el
pasillo. Una alma caritativa se apiado de mi y aunque quizás se aprovecho de mi
cuerpo me permitió dormir en su habitación.
-
Estabas tan perjudicada que no se te ocurrió
otra cosa que romper tu tarjeta y la mía. Monique y Cassie han dormido juntas
para no dejarnos en la calle
-
Es la habitación de Cassie?
-
La de Monique –respondió sentándose a mi lado y
acariciando mi espalda- que tal has dormido?
-
No me acuerdo de nada pero por qué no estamos
desnudos?
No lo preguntaba de broma, ver que aun seguía con la
camiseta puesta de la noche anterior y él estaba completamente vestido me sorprendía.
Miles no podía ser tan bueno y no haber hecho nada con una chica muy borracha.
-
Si quieres me desnudo ahora mismo
-
Si quieres…
Con una sonrisa y un pequeño beso supo que no lo decía en
serio, el día que estuviéramos listos para hacerlo tenía que ser porque nos
queríamos, no porque estuviera borracha o en una habitación a solas con él. Por
el momento lo único que iba a hacer iba a ser darme una ducha y bajar a por una
nueva tarjeta a recepción. Aun quedaba trabajo que terminar y en esa habitación
no podía hacerse.
Aunque apenas tuviese tiempo tenía que llamar a Max, era lo
correcto y el mas que nadie se merecía que le diese las gracias por el detalle
que había tenido conmigo.
-
Apenas te entiendo. Saliste de fiesta anoche?
-
Salí a cenar y luego estuvimos en el hotel
celebrándolo. Me encanto el ramo de rosas, muy bonito
-
Solo eso?
-
Si Max, solo eso
Sabia como estaban las cosas y era mejor dejarlo así antes
de volver a discutir.
-
Cuando vuelva a NY quedamos un día y así veo a
Buddy. Ahora te tengo que dejar que tengo mil cosas que hacer
-
Te echo de menos
-
Adiós Max
Solo sabía hacerme llorar, al menos eso fue lo que consiguió
después de decirme que me echaba de menos. En cuanto estaba bien con Miles volvía
a aparecer y de alguna forma conseguía hacerme sentir mal por haber terminado
con él. Todo el mundo sabía lo buen chico que era y a cada oportunidad que
tenían me decían lo que había perdido, lo que no entendían era que mis
sentimientos habían cambiado y ya no lo veía como tal. El día en que Max
encontrase a otra chica, por fin dejarían de recordarme continuamente lo que no
tenia.
-
Em, soy Miles. Tenemos que bajar a las
entrevistas –dijo desde el otro lado de la puerta-
Me limpie las lágrimas e intente aparentar que no había
llorado pero en cuanto le abrí la puerta supo que algo había pasado. O lloraba
o me dedicaba a besarle, parecía que no había punto intermedio en nuestra
relación.
-
Eres preciosa, una gran actriz, me tienes a mi…
no entiendo como aun no te das cuenta de lo afortunada que eres. Hay millones
de personas que matarían por estar en tu situación
-
Divorciada y con tu ex dándote problemas a todas
horas? No sé que tengo que hacer para que deje de quemarme la cabeza cada vez
que hablo con el
-
Dile que estás conmigo
-
Miles… -me miraba tan serio y convencido de lo
que decía que me daba pena responderle lo que estaba pensando- no llevamos ni
un día juntos
Puede sonar a típica escena de película de Hollywood pero después
de una larga mirada los dos nos lanzamos ansiosos a la boca del
otro. Cassie lo dijo una vez y no se equivoco en nada, entre nosotros dos había
demasiada tensión sexual no resuelta y en algún momento teníamos que liberarla.
Si
ya estaba afónica antes de estar con él después del ejercicio que acabábamos
de hacer y los gritos que había metido iba a estar sin poder hablar toda una semana; una autentica locura que
mereció la pena después de toda la tensión acumulada.
-
Que miras?
-
A ti –respondió entre risas- Me alegro de
haberte conocido
-
Por el sexo, no me digas mas
-
No, eso solo ha ayudado un poco. Entre que me
haces reír y lo que acabas de hacer ahora definitivamente eres la mujer de mi
vida
-
Ahora pídeme matrimonio y ya sabes lo que voy a
responder
Tenía que darle una oportunidad a ese gran chico. De no ser
porque Max aun seguía en mi cabeza, todos y cada uno de los momentos que pasaba
a su lado eran increíblemente buenos y divertidos. El sí que podía ser el
hombre de mi vida, solo hacía falta quitarme todas esas quemaduras de la cabeza
y por fin estaría al 100% para estar con él.
-
Emma estas lista?
-
NO NO. Estoy vistiéndome, ahora salgo
Si Cassie se enteraba que aun seguía en la cama, desnuda y
con Miles me iba a matar. Se me había olvidado por completo la hora que era. Tenía
que vestirme rápido y de paso intentar que nadie se enterase de lo que acaba de
pasar en esa habitación.
-
Pregúntale por mí, así no sospecha –dijo Miles
casi susurrando-
-
Cassie has visto a Miles? Creo que tenemos que
bajar juntos
-
Estará preparándose. Voy bajando a ver si los
veo vale? Te espero en la entrada, no tardes
Menos mal que se iba porque si no, no tenía ni idea de que
hacer.
Nos vestimos a la carrera y aunque llevásemos el pelo medio revuelto
bajamos hasta la entrada del hotel, allí supuestamente diríamos que habíamos
coincidido por los pasillos algo que muy poca gente creería.
-
Controlaros porque se os ve el plumero. No sé si
es peor la voz que tiene Emma o los pelos que tienes tu –dijo mirando a Miles-
Adolescentes hormonados es lo que sois
-
Me das miedo cuando sabes cosas que no te he
contado
-
Recuerda que soy tu segunda madre, lo sé todo.
Hasta lo que tienes dentro de tu habitación cuando no estoy ahí
Ojala supiera lo que había pasado con Max, así también me
echaría la bronca por haberle llamado aunque solo fuera para darle las gracias.
Según ella lo que tenía que hacer era darle tiempo, daba igual si me enviaba
flores u otro anillo de compromiso, si seguía dándole esperanzas de alguna
forma Max nunca llegaría a olvidarse de mí.
Quizás tenía razón y esa era la clave para volver a la normalidad, me costaría mucho pero al menos tenía que intentarlo.
Quizás tenía razón y esa era la clave para volver a la normalidad, me costaría mucho pero al menos tenía que intentarlo.
No solo tenía que hacer entrevistas junto a Miles, James
también se nos unía esa mañana, al parecer nuestras últimas entrevistas se iban
a alargar un poco mas por culpa de habernos retrasado a la hora de llegar. Si
empezábamos a las 12 de la mañana, hasta las 3 de la tarde no saldríamos, algo
que iba a venir muy bien a mi dieta de no comer nada durante 2 días.
-
Es sin duda una de las mejores películas en las
que he trabajado. James nos ha ayudado siempre que lo necesitábamos y poder
trabajar con Zac (Miles) es un placer –eche un rápido vistazo a los dos y pensé
en algo que decir a continuación. Fácilmente me quedaba sin palabras- No sé que
acabo de decir, trabajar con el no es ni un placer ni nada, no me quedaba más
remedio que hacerlo
Si no lo entendía como broma lo tenía todo perdido con
Miles. Solo lo dije para animar un poco la entrevista pero la percepción de
cada uno determinaría si lo habían pillado por el lado bueno o por el lado
malo.
-
Y esto lo dice después de haber tenido que
repetir doce veces la escena de sexo
James siempre sabía cómo hacernos reír. Tenía tanta razón en
lo que acababa de decir que mi cara se puso roja como un tomate y no era por
culpa del ataque de risa que me acababa de dar; ese hombre era mi ídolo.
-
Me adora, lo sabéis –dijo Miles-
Entre las risas que nos estábamos echando note como su mano
acariciaba mi pierna, algo que me pareció muy bonito por su parte. Sonreímos cómplices
e intentando volver a la normalidad y no llamar mucho la atención volvimos a
responder las preguntas de aquella agradable chica.
En menos de dos días íbamos a tener que separarnos asique
mejor aprovechar el tiempo al máximo. Miles se iría a celebrar las navidades
con su familia y yo en cambio me quedaría en casa de Cassie celebrándola con lo
más parecido a una familia que tenía en NY. Si no fuera porque a principios de
enero tenía que volver al trabajo hubiese viajado a España, pero entre que el
vuelo era más que caro y que hacía días que los había visto lo mejor era
quedarse en mi nueva casa y volver a la normalidad de mi vida diaria.
-
Vas a estar sola?
-
No, Cassie va a tener que aguantarme en
navidades
-
Ven conmigo
-
A donde?
-
A casa de mis padres, está a dos horas de Nueva
York. Vienes pasas la navidad con nosotros y luego si quieres te llevo de nuevo
a casa
-
Y así pasas conmigo año nuevo en Times Square?
-
Lo que tú quieras hago contigo –respondió
acercándose a darme un beso- Me ha costado poner tenerte así pero ha merecido
la pena
Ir a pasar las navidades con su familia iba a ser un gran
paso del cual aun no sabía si estaba preparada. Me gustaba la idea de estar con
él en navidades pero el solo hecho de recordar que hacía un año Max me había
pedido matrimonio me quitaba las ganas de todo.
-
Es una locura Sara
-
Deja de pensar en los demás por una vez en tu vida.
Ese chico te ha cambiado por completo, desde que empezaste a rodar con él eres
una nueva Emma. Dale una oportunidad y ve a conocer a su familia. Ya que no
vienes por aquí al menos ten buen sexo como regalo de navidades
-
Como regalo y como no regalo, ya te contare –reímos-
Voy o no voy?
-
Vete y si ves que estas incomoda pues me llamas
y nos inventamos algo para que vuelvas a NY sin tener que quedar mal con nadie
Si hacía caso a lo que Sara me decía nada tenía que
preocuparme. Iba, me divertía un poco con Miles y luego volvía a Nueva York
para pasar año nuevo, todo bastante normal.
Terminada la semana de promoción volví a Nueva York junto a
Cassie y Miles. Allí nuestros caminos se dividían, unos se quedaban cómodos y
tranquilos junto a sus maridos, y otros viajaban hasta un pequeño pueblo en New
Jersey para conocer a un grupo de personas que quizás en un tiempo se convertirían
en su nueva familia.
-
Esto es muy raro. Me estoy poniendo de los
nervios –dije mirando a Miles conducir-
-
Eres una amiga que viene a pasar las navidades
con un amigo, no hay nada raro
-
Miles… -espere a que me mirase y torcí la
cabeza- Los dos sabemos lo que hay, fijo que tu madre lo intuye. Y qué decir de
tu abuela, esa mujer sabe todo!
Ahí no podía negarme que decía la verdad, su abuela después
de verme en la sesión de fotos tenía que intuir por narices que había algo
entre nosotros dos.
Si ya iba muerta de miedo en el coche, en cuanto pise su casa
creí que me moría allí mismo. Su padre, su madre, su hermana mayor… parecía que
al único que conocía era a Dylan. Los salude amablemente y en
cuanto pude me junte a Dylan para no levantar mas sospechas de las que ya había,
si pasaba la mayor parte del tiempo con su hermano suponía que nadie haría
preguntas incomodas.
-
Van a pensar mal si nos ven aquí tumbados
-
Estamos cansados, es normal que vengamos a mi
habitación a descansar
Tenía que aprender a no preocuparme tanto por estupideces.
Si para el estar tumbados en su cama, abrazándonos y de vez en cuando
besándonos era normal para mí también lo seria.
-
Por que esperé tanto este momento? –pregunte
mirando esos preciosos ojos marrones-
-
Miedo a enamorarte perdidamente de mi. Gracias a
dios que nos cogieron a los dos para rodar la película
No podía creer lo que estaba viviendo, no podía volver a
enamorarme tan rápidamente de una persona. Esta vez no podía, me lo había
prometido a mi misma y ninguna frase bonita o un beso iban a alejarme de
conseguir mi propósito.
Cocine con su madre, me hice amiga de su hermana, incluso salí
a pescar con su padre… ya no podía hacer más por conocer mejor a su familia.
Ser la nuera perfecta no era lo mío asique o me aceptaban tal y como era o mal
íbamos.
-
Ahora seguir diciendo que sois solo amigos
-
Cállate Dylan
No había mejor momento para besarnos que delante de su hermano,
con razón nos decía que siguiésemos negando nuestra relación. Podíamos estar
empezándola pero estaba claro que ya no podíamos mentir diciendo que éramos
buenos amigos.
Hacia un frio de muerte pero los tres, Dylan incluido, decidimos quedar en el jardín mientras veíamos a los perros correr de un lado a
otro persiguiendo una pelota. Por fin después de mucho tiempo un lugar me hacia
recordar mi casa, las tardes que pase con mi abuelo en el jardín de la casa del
pueblo se acercaban mucho a lo que estaba viviendo ese día, solo me faltaba él.
-
Es navidad, debería haberte comprado algo
-
Tu eres mi regalo
-
No, aun teniéndome aquí tenía que haberte hecho
un regalo
-
Tu y yo de cena romántica? – era lo único que se
me ocurría hacer allí. O lo aceptaba o se quedaba sin regalo hasta llegar a NY-
Le robo un ratito la cocina a tu madre y hago algo especial
-
Vale, si consigues convencerla de que no la vas
a quemar acepto encantado tu regalo
Después de otro largo y deseado beso me levante de sus piernas
y camine hasta dentro de la casa con la intención de encontrar a Marie por alguna parte.
-
Estoy aquí Emma –dijo desde el sofá del salón-
ha pasado algo?
-
Perdon por molestar. Me preguntaba si me
podrías dejar cocinar un ratito
-
Para todos?
La idea era cocinar solo para Miles y para mi pero en
cuanto la vi allí tan sonriente y agradable me entro una cosa por el cuerpo que
tuve que decir que era para todos.
-
No te preocupes por nosotros, pedimos una pizza
y fijo que a los chicos les gusta más que cualquier otra cosa
-
Sabes que estoy saliendo con tu hijo verdad?
Tantas amabilidades me hicieron intuir que nos había visto
besándonos en su jardín. O sacaba ya el tema o al final iba a pensar que era
una mentirosa compulsiva.
-
Estamos conociéndonos
-
La vida fuera del set de rodaje es muy diferente
-
Dímelo a mi
Y tanto que lo era. No quise nombrar a Max pero por el tono
que usé pudo intuir que me refería a mi relación con él.
Conseguí tener la cocina solo para mí pero el problema no
era ese sino qué cocinar para una supuesta noche romántica. Era la primera vez
que preparaba una y por el momento en mi cabeza solo había como cocinar un
plato de pasta. Si no quería que Miles me tomase por mala cocinera tenia que
pensar en algo lo antes posible.
-
Preciosa…
-
Qué?
-
Te ayudo?
-
Quieres ayudar a preparar tu regalo? –pregunte
sonriendo- como para no quererte
-
Así no estás sola y yo no me aburro
Al final era imposible no caer rendida a sus pies, estaba
empezando a experimentar las primeras fases de enamoramiento y no podía ni creérmelo.
Después de todo lo vivido con Max no era capaz de verme con otro chico igual o
incluso más perfecto que él, era una locura por mi parte.
-
Entonces puedo ayudarte o no?
-
Claro que puedes
Disfrutando de nuestras primeras vacaciones juntos pusimos
la música a todo volumen y empezamos a cocinar algo parecido a un risotto de
setas. Por poco no quemamos toda la casa pero las risas que nos echamos
merecieron la pena.
-
Wooooh! –grite girando sobre mi misma-
-
Freedom, freedom… ohhhhhhhh
freedom!!!!!!!!!!!!!!!
Tenía que grabar ese momento como fuera; Miles encima de la
mesa cantando una canción de Arehta Franklin no era algo que viese todos los
días. Cada segundo a su lado era perfecto, no podía borrar la sonrisa de la
cara y eso era lo único que tenía que importarme.
-
Qué coño hacéis? –pregunto Dylan al entrar en la
cocina-
-
Freedom!!!!!!!!!!
Me dolía absolutamente todo el cuerpo de reírme tanto, jamás
había tenido un ataque de risa tan fuerte. La cara de Dylan al vernos haciendo
el idiota era para recordar de por vida, el chico más que sorprenderse se
asusto, por un segundo creí que salía de allí corriendo preocupado por nuestra
salud mental.
-
Mamá lo sabe no?
-
Parece que tienes 10 años
-
Idiota me refiero a si sabe que estáis juntos
-
Si –respondí ayudando a Miles a bajar de la
mesa- cuando entré lo hablamos
-
Por eso ahora puedo hacer estas cosas
Sin esperármelo me cogió del brazo y rápidamente me robo un
beso.
- Venga fuera de la cocina, hoy es nuestro día
Entre mis carcajadas y las ganas de estar a solas conmigo
que tenia Miles, el pobre Dylan tuvo que salir de la cocina para complacer a su
hermano.
La cena no quedo perfecta pero
fue suficiente para que probásemos bocado antes de ir a dar un paseo por la
ciudad a las tantas de la noche. Sus padres y sus hermanos quedaron en casa
mientras nosotros dos continuábamos haciendo el loco y comiéndonos a besos en
cada lugar que encontrábamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario