martes, 26 de noviembre de 2013

capitulo 35

Debí de haber bebido mucho la noche anterior porque cuando me levante no sabía ni en la habitación que estaba. La de Miles no era y estaba casi segura que la de Cassie tampoco, me daba miedo levantarme y encontrar a algún extraño desnudo en el servicio. Definitivamente no podía beber tanto.

-          La bella durmiente ha despertado
-          Buenos días

No recordaba nada de lo que había pasado la otra noche pero ver a Miles allí me tranquilizo un poco. Seguramente había perdido la tarjeta de mi habitación o a saber, al menos sabía que no me habían dejado dormir en el pasillo. Una alma caritativa se apiado de mi y aunque quizás se aprovecho de mi cuerpo me permitió dormir en su habitación.

-          Estabas tan perjudicada que no se te ocurrió otra cosa que romper tu tarjeta y la mía. Monique y Cassie han dormido juntas para no dejarnos en la calle

-          Es la habitación de Cassie?
-          La de Monique –respondió sentándose a mi lado y acariciando mi espalda- que tal has dormido?
-          No me acuerdo de nada pero por qué no estamos desnudos?

No lo preguntaba de broma, ver que aun seguía con la camiseta puesta de la noche anterior y él estaba completamente vestido me sorprendía. Miles no podía ser tan bueno y no haber hecho nada con una chica muy borracha.

-          Si quieres me desnudo ahora mismo
-          Si quieres…

Con una sonrisa y un pequeño beso supo que no lo decía en serio, el día que estuviéramos listos para hacerlo tenía que ser porque nos queríamos, no porque estuviera borracha o en una habitación a solas con él. Por el momento lo único que iba a hacer iba a ser darme una ducha y bajar a por una nueva tarjeta a recepción. Aun quedaba trabajo que terminar y en esa habitación no podía hacerse.

Aunque apenas tuviese tiempo tenía que llamar a Max, era lo correcto y el mas que nadie se merecía que le diese las gracias por el detalle que había tenido conmigo.

-          Apenas te entiendo. Saliste de fiesta anoche?
-          Salí a cenar y luego estuvimos en el hotel celebrándolo. Me encanto el ramo de rosas, muy bonito
-          Solo eso?
-          Si Max, solo eso

Sabia como estaban las cosas y era mejor dejarlo así antes de volver a discutir.

-          Cuando vuelva a NY quedamos un día y así veo a Buddy. Ahora te tengo que dejar que tengo mil cosas que hacer
-          Te echo de menos
-          Adiós Max

Solo sabía hacerme llorar, al menos eso fue lo que consiguió después de decirme que me echaba de menos. En cuanto estaba bien con Miles volvía a aparecer y de alguna forma conseguía hacerme sentir mal por haber terminado con él. Todo el mundo sabía lo buen chico que era y a cada oportunidad que tenían me decían lo que había perdido, lo que no entendían era que mis sentimientos habían cambiado y ya no lo veía como tal. El día en que Max encontrase a otra chica, por fin dejarían de recordarme continuamente lo que no tenia.

-          Em, soy Miles. Tenemos que bajar a las entrevistas –dijo desde el otro lado de la puerta-

Me limpie las lágrimas e intente aparentar que no había llorado pero en cuanto le abrí la puerta supo que algo había pasado. O lloraba o me dedicaba a besarle, parecía que no había punto intermedio en nuestra relación.

-          Eres preciosa, una gran actriz, me tienes a mi… no entiendo como aun no te das cuenta de lo afortunada que eres. Hay millones de personas que matarían por estar en tu situación
-          Divorciada y con tu ex dándote problemas a todas horas? No sé que tengo que hacer para que deje de quemarme la cabeza cada vez que hablo con el
-          Dile que estás conmigo
-          Miles… -me miraba tan serio y convencido de lo que decía que me daba pena responderle lo que estaba pensando- no llevamos ni un día juntos

Puede sonar a típica escena de película de Hollywood pero después de una larga mirada los dos nos lanzamos ansiosos a la boca del otro. Cassie lo dijo una vez y no se equivoco en nada, entre nosotros dos había demasiada tensión sexual no resuelta y en algún momento teníamos que liberarla.
Si ya estaba afónica antes de estar con él después del ejercicio que acabábamos de hacer y los gritos que había metido iba a estar sin poder hablar toda una semana; una autentica locura que mereció la pena después de toda la tensión acumulada.

-          Que miras?
-          A ti –respondió entre risas- Me alegro de haberte conocido
-          Por el sexo, no me digas mas
-          No, eso solo ha ayudado un poco. Entre que me haces reír y lo que acabas de hacer ahora definitivamente eres la mujer de mi vida
-          Ahora pídeme matrimonio y ya sabes lo que voy a responder

Tenía que darle una oportunidad a ese gran chico. De no ser porque Max aun seguía en mi cabeza, todos y cada uno de los momentos que pasaba a su lado eran increíblemente buenos y divertidos. El sí que podía ser el hombre de mi vida, solo hacía falta quitarme todas esas quemaduras de la cabeza y por fin estaría al 100% para estar con él.

-          Emma estas lista?
-          NO NO. Estoy vistiéndome, ahora salgo

Si Cassie se enteraba que aun seguía en la cama, desnuda y con Miles me iba a matar. Se me había olvidado por completo la hora que era. Tenía que vestirme rápido y de paso intentar que nadie se enterase de lo que acaba de pasar en esa habitación.

-          Pregúntale por mí, así no sospecha –dijo Miles casi susurrando-
-          Cassie has visto a Miles? Creo que tenemos que bajar juntos
-          Estará preparándose. Voy bajando a ver si los veo vale? Te espero en la entrada, no tardes

Menos mal que se iba porque si no, no tenía ni idea de que hacer.
Nos vestimos a la carrera y aunque llevásemos el pelo medio revuelto bajamos hasta la entrada del hotel, allí supuestamente diríamos que habíamos coincidido por los pasillos algo que muy poca gente creería.

-          Controlaros porque se os ve el plumero. No sé si es peor la voz que tiene Emma o los pelos que tienes tu –dijo mirando a Miles- Adolescentes hormonados es lo que sois
-          Me das miedo cuando sabes cosas que no te he contado
-          Recuerda que soy tu segunda madre, lo sé todo. Hasta lo que tienes dentro de tu habitación cuando no estoy ahí

Ojala supiera lo que había pasado con Max, así también me echaría la bronca por haberle llamado aunque solo fuera para darle las gracias. Según ella lo que tenía que hacer era darle tiempo, daba igual si me enviaba flores u otro anillo de compromiso, si seguía dándole esperanzas de alguna forma Max nunca llegaría a olvidarse de mí.
Quizás tenía razón y esa era la clave para volver a la normalidad, me costaría mucho pero al menos tenía que intentarlo.

No solo tenía que hacer entrevistas junto a Miles, James también se nos unía esa mañana, al parecer nuestras últimas entrevistas se iban a alargar un poco mas por culpa de habernos retrasado a la hora de llegar. Si empezábamos a las 12 de la mañana, hasta las 3 de la tarde no saldríamos, algo que iba a venir muy bien a mi dieta de no comer nada durante 2 días.

-          Es sin duda una de las mejores películas en las que he trabajado. James nos ha ayudado siempre que lo necesitábamos y poder trabajar con Zac (Miles) es un placer –eche un rápido vistazo a los dos y pensé en algo que decir a continuación. Fácilmente me quedaba sin palabras- No sé que acabo de decir, trabajar con el no es ni un placer ni nada, no me quedaba más remedio que hacerlo

Si no lo entendía como broma lo tenía todo perdido con Miles. Solo lo dije para animar un poco la entrevista pero la percepción de cada uno determinaría si lo habían pillado por el lado bueno o por el lado malo.

-          Y esto lo dice después de haber tenido que repetir doce veces la escena de sexo

James siempre sabía cómo hacernos reír. Tenía tanta razón en lo que acababa de decir que mi cara se puso roja como un tomate y no era por culpa del ataque de risa que me acababa de dar; ese hombre era mi ídolo.

-          Me adora, lo sabéis –dijo Miles-

Entre las risas que nos estábamos echando note como su mano acariciaba mi pierna, algo que me pareció muy bonito por su parte. Sonreímos cómplices e intentando volver a la normalidad y no llamar mucho la atención volvimos a responder las preguntas de aquella agradable chica.

En menos de dos días íbamos a tener que separarnos asique mejor aprovechar el tiempo al máximo. Miles se iría a celebrar las navidades con su familia y yo en cambio me quedaría en casa de Cassie celebrándola con lo más parecido a una familia que tenía en NY. Si no fuera porque a principios de enero tenía que volver al trabajo hubiese viajado a España, pero entre que el vuelo era más que caro y que hacía días que los había visto lo mejor era quedarse en mi nueva casa y volver a la normalidad de mi vida diaria.

-          Vas a estar sola?
-          No, Cassie va a tener que aguantarme en navidades
-          Ven conmigo
-          A donde?
-          A casa de mis padres, está a dos horas de Nueva York. Vienes pasas la navidad con nosotros y luego si quieres te llevo de nuevo a casa
-          Y así pasas conmigo año nuevo en Times Square?
-          Lo que tú quieras hago contigo –respondió acercándose a darme un beso- Me ha costado poner tenerte así pero ha merecido la pena

Ir a pasar las navidades con su familia iba a ser un gran paso del cual aun no sabía si estaba preparada. Me gustaba la idea de estar con él en navidades pero el solo hecho de recordar que hacía un año Max me había pedido matrimonio me quitaba las ganas de todo.

-          Es una locura Sara
-          Deja de pensar en los demás por una vez en tu vida. Ese chico te ha cambiado por completo, desde que empezaste a rodar con él eres una nueva Emma. Dale una oportunidad y ve a conocer a su familia. Ya que no vienes por aquí al menos ten buen sexo como regalo de navidades
-          Como regalo y como no regalo, ya te contare –reímos- Voy o no voy?
-          Vete y si ves que estas incomoda pues me llamas y nos inventamos algo para que vuelvas a NY sin tener que quedar mal con nadie

Si hacía caso a lo que Sara me decía nada tenía que preocuparme. Iba, me divertía un poco con Miles y luego volvía a Nueva York para pasar año nuevo, todo bastante normal.

Terminada la semana de promoción volví a Nueva York junto a Cassie y Miles. Allí nuestros caminos se dividían, unos se quedaban cómodos y tranquilos junto a sus maridos, y otros viajaban hasta un pequeño pueblo en New Jersey para conocer a un grupo de personas que quizás en un tiempo se convertirían en su nueva familia.

-          Esto es muy raro. Me estoy poniendo de los nervios –dije mirando a Miles conducir-
-          Eres una amiga que viene a pasar las navidades con un amigo, no hay nada raro
-          Miles… -espere a que me mirase y torcí la cabeza- Los dos sabemos lo que hay, fijo que tu madre lo intuye. Y qué decir de tu abuela, esa mujer sabe todo!

Ahí no podía negarme que decía la verdad, su abuela después de verme en la sesión de fotos tenía que intuir por narices que había algo entre nosotros dos.
Si ya iba muerta de miedo en el coche, en cuanto pise su casa creí que me moría allí mismo. Su padre, su madre, su hermana mayor… parecía que al único que conocía era a Dylan. Los salude amablemente y en cuanto pude me junte a Dylan para no levantar mas sospechas de las que ya había, si pasaba la mayor parte del tiempo con su hermano suponía que nadie haría preguntas incomodas.

-          Van a pensar mal si nos ven aquí tumbados
-          Estamos cansados, es normal que vengamos a mi habitación a descansar

Tenía que aprender a no preocuparme tanto por estupideces. Si para el estar tumbados en su cama, abrazándonos y de vez en cuando besándonos era normal para mí también lo seria.

-          Por que esperé tanto este momento? –pregunte mirando esos preciosos ojos marrones-
-          Miedo a enamorarte perdidamente de mi. Gracias a dios que nos cogieron a los dos para rodar la película

No podía creer lo que estaba viviendo, no podía volver a enamorarme tan rápidamente de una persona. Esta vez no podía, me lo había prometido a mi misma y ninguna frase bonita o un beso iban a alejarme de conseguir mi propósito.

Cocine con su madre, me hice amiga de su hermana, incluso salí a pescar con su padre… ya no podía hacer más por conocer mejor a su familia. Ser la nuera perfecta no era lo mío asique o me aceptaban tal y como era o mal íbamos.

-          Ahora seguir diciendo que sois solo amigos
-          Cállate Dylan

No había mejor momento para besarnos que delante de su hermano, con razón nos decía que siguiésemos negando nuestra relación. Podíamos estar empezándola pero estaba claro que ya no podíamos mentir diciendo que éramos buenos amigos.

Hacia un frio de muerte pero los tres, Dylan incluido, decidimos quedar en el jardín mientras veíamos a los perros correr de un lado a otro persiguiendo una pelota. Por fin después de mucho tiempo un lugar me hacia recordar mi casa, las tardes que pase con mi abuelo en el jardín de la casa del pueblo se acercaban mucho a lo que estaba viviendo ese día, solo me faltaba él.

-          Es navidad, debería haberte comprado algo
-          Tu eres mi regalo
-          No, aun teniéndome aquí tenía que haberte hecho un regalo
-          Tu y yo de cena romántica? – era lo único que se me ocurría hacer allí. O lo aceptaba o se quedaba sin regalo hasta llegar a NY- Le robo un ratito la cocina a tu madre y hago algo especial
-          Vale, si consigues convencerla de que no la vas a quemar acepto encantado tu regalo

Después de otro largo y deseado beso me levante de sus piernas y camine hasta dentro de la casa con la intención de encontrar a Marie por alguna parte.

-          Estoy aquí Emma –dijo desde el sofá del salón- ha pasado algo?
-          Perdon por molestar. Me preguntaba si me podrías dejar cocinar un ratito
-          Para todos?

La idea era cocinar solo para Miles y para mi pero en cuanto la vi allí tan sonriente y agradable me entro una cosa por el cuerpo que tuve que decir que era para todos.

-          No te preocupes por nosotros, pedimos una pizza y fijo que a los chicos les gusta más que cualquier otra cosa
-          Sabes que estoy saliendo con tu hijo verdad?

Tantas amabilidades me hicieron intuir que nos había visto besándonos en su jardín. O sacaba ya el tema o al final iba a pensar que era una mentirosa compulsiva.

-          Estamos conociéndonos
-          La vida fuera del set de rodaje es muy diferente
-          Dímelo a mi

Y tanto que lo era. No quise nombrar a Max pero por el tono que usé pudo intuir que me refería a mi relación con él.

Conseguí tener la cocina solo para mí pero el problema no era ese sino qué cocinar para una supuesta noche romántica. Era la primera vez que preparaba una y por el momento en mi cabeza solo había como cocinar un plato de pasta. Si no quería que Miles me tomase por mala cocinera tenia que pensar en algo lo antes posible.

-          Preciosa…
-          Qué?
-          Te ayudo?
-          Quieres ayudar a preparar tu regalo? –pregunte sonriendo- como para no quererte
-          Así no estás sola y yo no me aburro

Al final era imposible no caer rendida a sus pies, estaba empezando a experimentar las primeras fases de enamoramiento y no podía ni creérmelo. Después de todo lo vivido con Max no era capaz de verme con otro chico igual o incluso más perfecto que él, era una locura por mi parte.

-          Entonces puedo ayudarte o no?
-          Claro que puedes

Disfrutando de nuestras primeras vacaciones juntos pusimos la música a todo volumen y empezamos a cocinar algo parecido a un risotto de setas. Por poco no quemamos toda la casa pero las risas que nos echamos merecieron la pena.

-          Wooooh! –grite girando sobre mi misma-
-          Freedom, freedom… ohhhhhhhh freedom!!!!!!!!!!!!!!!

Tenía que grabar ese momento como fuera; Miles encima de la mesa cantando una canción de Arehta Franklin no era algo que viese todos los días. Cada segundo a su lado era perfecto, no podía borrar la sonrisa de la cara y eso era lo único que tenía que importarme.

-          Qué coño hacéis? –pregunto Dylan al entrar en la cocina-
-          Freedom!!!!!!!!!!

Me dolía absolutamente todo el cuerpo de reírme tanto, jamás había tenido un ataque de risa tan fuerte. La cara de Dylan al vernos haciendo el idiota era para recordar de por vida, el chico más que sorprenderse se asusto, por un segundo creí que salía de allí corriendo preocupado por nuestra salud mental.

-          Mamá lo sabe no?
-          Parece que tienes 10 años
-          Idiota me refiero a si sabe que estáis juntos
-          Si –respondí ayudando a Miles a bajar de la mesa- cuando entré lo hablamos
-          Por eso ahora puedo hacer estas cosas

Sin esperármelo me cogió del brazo y rápidamente me robo un beso.

-         Venga fuera de la cocina, hoy es nuestro día

Entre mis carcajadas y las ganas de estar a solas conmigo que tenia Miles, el pobre Dylan tuvo que salir de la cocina para complacer a su hermano.

La cena no quedo perfecta pero fue suficiente para que probásemos bocado antes de ir a dar un paseo por la ciudad a las tantas de la noche. Sus padres y sus hermanos quedaron en casa mientras nosotros dos continuábamos haciendo el loco y comiéndonos a besos en cada lugar que encontrábamos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario