En el momento en que entramos al hotel parecía que los
nervios por fin habían desaparecido. Un hombre muy amable nos indico la mesa en
la que estábamos sentados y tras esperar un par de minutos los compañeros de
película de Max se nos unieron.
Ahora solo nos quedaba esperar y rezar para que los
pronósticos se cumplieran y aunque no ganasen los 4 globos a los que estaban
nominados al menos uno de ellos si.
-
Y los nominados a mejor actor de reparto son…
Desde que escuche el nombre de Max hasta que dijeron el
nombre del ganador intente mantener la compostura a la vez que agarraba bien
fuerte su mano. Todas las miradas estaban puestas en los 5 nominados y la tensión se podía palpar, ganar ese
premio era un gran paso para los Oscars,
seguramente el premio más importante en la carrera de un actor.
-
Dios mío… no se qué decir. Creo que a mi novia
le va a dar un infarto
Acababan de darle el premio a Max y parecía que me lo habían
dado a mí, no era capaz de parar de llorar y tras la magnífica frase de mi
novio ahora todo el mundo lo sabía.
-
Princesa no llores
-
Te quiero
Antes de lo normal la gente empezó a aplaudir y ahí sí que
quise esconderme bajo tierra y no salir de allí en una semana. Era precioso lo
que acabábamos de hacer pero casi mejor que las declaraciones de amor las
dejásemos para la intimidad.
-
Uffff –retomo la respiración y continúo con la
mirada fija en mi- Gracias a todas las personas que confiaron en mí, a mi
director, a mis compañeros… a todos. Gracias a mis padres y sobre todo gracias
a mi mejor amiga, sin ti no estaría aquí. Gracias
Hasta que no lo tuve de nuevo a mi lado no fui capaz de dejar
de llorar; si de allí íbamos a los Oscars ya podían ir preparando paquetes de
pañuelos porque los iba a necesitar.
No puedo decir que fue el día mas feliz de mi vida pero si
se le acercaba mucho. Al final lo que importaba en la vida era la felicidad y
nosotros dos en ese momento estaba por asegurar que éramos las dos personas más
felices del mundo.
En su momento lo dije y no me faltaba razón para repetirlo
en ese momento, los premios no te daban de comer pero si ayudaban a saber que
hacías tu trabajo bien. De allí saldrían más oportunidades y Max más que nadie
se las merecía.
Haciendo algo atípico en las entregas de premios, los dos
junto al equipo entero de la película de Max nos fuimos a cenar a un burger
acompañados por 3 de los 4 premios a los que estaban nominados. Todos éramos
personas normales y haciendo muestra de ello lo celebramos como cualquier
persona en su sano juicio desearía hacerlo.
-
Hola, hola! Esto es… una autentica mierda! –dijo
Max enfocando con la cámara los tres globos de oro-
-
Max cállate
-
Es broma –reímos- esto es la recompensa por el
trabajo bien hecho. El otro nos lo han robado pero nos vengaremos. Por qué?
-
Porque somos los mosqueteros! Uno para todos y
todos para uno –gritaron sus compañeros de reparto-
Su forma de divertirse era un poco rara pero aceptable. Cámara
en mano continuo grabando todo lo que hacíamos y sin sorprenderme mucho de 4
palabras que decía 3 eran para mí.
-
Digo algo bonito?
-
Si
-
Emma
-
Awwwwww
No sé si la hamburguesa que se había comido tenía algo raro
o qué pero después de decir mi nombre se levanto de la silla y empezó a caminar
de manera un tanto extraña.
-
Hace falta que te vayas así?
-
Sí, porque te quiero
Cada minuto a su lado demostraba lo mucho que me quería, ya
fuera con palabras o sin ellas no dejaba en duda que estaba enamorado de mi.
Por momentos como ese volvía a pensar en el porqué de todas las tonterías que
hice, la principal de ellas dejarle por un chico que ni de lejos me llenaba
como él. Supongo que eran momentos de la vida de cualquier chica joven
que no sabe qué hacer para ser feliz. Intentaba buscar el cariño que Max por lo
que fuera en ese momento no me daba y al final no me enteraba de que si él
no me lo daba tenía que pedírselo, no directamente irme con el primer chico
guapo y que me trataba bien.
La vida nos daba lecciones y esa fue una de ellas, luego
también nos daba regalos y sin duda alguna Max fue el mejor. Volver a estar con
él era mejor que cualquier otra cosa.
-
Modelo ven aquí –dije al verlo venir de nuevo
hacia la mesa- A cuantas te acabas de tirar en estos minutos?
-
No a las suficientes como para no tener ganas de
llegar al hotel y hacerte el amor toda la noche
-
Ole el niño! Ya soltó la frase de la noche
delante de todo el mundo
-
Quieres
ir ya?
-
Claro
Solo bromeaba, después de la maravillosa cena que acabábamos
de tener teníamos que buscar un lugar donde celebrar el premio. Ni la fiesta de
Vanity Fair ni nada por el estilo, siguiendo en nuestras trece fuimos a la casa
que uno de los productores tenía en Santa Mónica y allí nos emborrachamos y
bailamos hasta perder la noción del tiempo.
Con la borrachera que teníamos no sé ni cómo pude contestar
el teléfono a Sinead. Max lo había apagado hacia horas pero yo era tan lista
que no me di cuenta de que si no lo localizaban a él terminarían llamándome a mí.
-
Que hacéis? Llevamos llamándoos toda la noche
-
Dejarnos celebrarlo, mañana hablamos
Me quitó el teléfono de las manos y sin pararse a escuchar
lo que su madre tenía que decirnos termino la llamada.
-
Voy a empezar a besarte y no voy a parar en toda
la noche
Y no lo hizo. Hasta ese día no creía posible poder pasar
tanto tiempo besando a alguien, Max me demostró que si se podía y que además
sentaba muy pero que muy bien. Éramos jóvenes, teníamos ganas de disfrutar de
la vida y besarnos sin importarnos nadie era una forma de hacerlo.
De esa noche poco mas llego a recordar, sé que me levante
abrazada a Max en una de las camas de la casa pero como llegamos hasta allí es
una incógnita.
-
Quiero ir al hotel y hacer el amor
-
Buenos días cariño
Acababa de despertarse y ya pensaba en lo mismo de siempre.
Con tan solo ver que seguíamos vestidos era obvio que esa noche no nos habíamos
descontrolado tanto como para hacer el amor con una decena de personas a
nuestro alrededor, los dos queríamos hacerlo en algún momento pero en esa casa
no iba a ser.
-
Enciende el móvil o alguien que yo me se te va a
matar. Fijo que tienes mil entrevistas que hacer
-
Me da igual, que les den por culo. Tu y yo nos
vamos al hotel, vamos a desnudarnos y cuando me apetezca lo encenderé. Te gusta
la idea?
-
Me encanta
Sin recordar mucho sobre lo que había pasado la noche
anterior nos levantamos de la cama y buscamos a los demás para darles las
gracias y decirles que nos íbamos. La noche había sido increíble pero nuestra
vida nos esperaba.
-
Tienes que ir a Nueva York ya, a las 6 sale tu
vuelo.
-
Y Em?
-
En dos días vas a tener que volver a Los Ángeles
asique si no os apetece hacer y deshacer maletas Em se puede quedar aquí y
luego ya volvéis a casa juntos
En el momento en que pisamos el hotel, el agente de Max nos
esperaba a la entrada con unas noticias que no me agradaban mucho. Una
entrevista para el New York Times y una sesión de fotos le esperaban en Nueva
York, a miles de kilómetros de mi.
Se suponía que tenía que estar acostumbrada a esos viajes
inesperados pero no lo estaba. Separarme de mi novio cada vez se hacía más
difícil y eso solo significaba que día a día me enamoraba aun mas de él; esta
vez estaba cien por cien segura de que nuestra relación nunca terminaría, ahora
éramos mas fuertes que nunca.
-
Quedan dos horas para que me vaya y voy a tener
el móvil apagado. No quiero que nadie nos moleste, solo quiero estar con mi
novia
-
Bueno a las 4 ya sabes dónde te espero
Subimos a la habitación y lo que habíamos planeado en la
casa de Santa Mónica se cumplió superando las expectativas.
“No quiero molestar pero mi habitación está al lado de la
vuestra y se escucha todo”. De esta forma mi quería amiga y manager Cassie nos
pidió que por favor dejásemos de dar gritos y golpes contra la pared, una cosa
era hacer el amor y otra lo que hacíamos nosotros.
-
Cariño ya va a ser la hora, dúchate y baja
-
Y si te digo que me estoy planteando mandar todo
esto a la mierda? Odio estas cosas, que hagan ellos la maldita entrevista. No
hay día que pueda pasar a solas contigo
-
Mejor no hablo porque sabes lo que opino. Si no
nos dedicamos a esto a ver qué hacemos con nuestras vidas
-
Deberíamos prostituirnos, en parte se parece un
poco a esto
Tenía razón pero al
menos él después de ganar un globo de oro no podía permitirse dejar un trabajo
que amaba y el cual le daba tantas alegrías. Estar separados era duro pero
algún día tendríamos nuestra recompensa.
POV Max
En mi cabeza solo había una cosa capaz de alegrar un día
como ese, su nombre era Emma. Si no fuera por ella el tener que viajar a Nueva
York solo para hacer una entrevista se hubiese convertido en una autentica
pesadilla. Apenas pasábamos tiempo juntos y en ese momento entendía por qué Em
me llamaba a veces llorando porque no nos veíamos; una relación seria no se
puede construir con el tiempo libre que tu trabajo te deja.
Tras pensarlo muchas veces me lance a hacer una locura que
si no salía bien podría arruinar mi vida. Solo Emma podía saberlo, ni mi agente
ni nadie más se iba a enterar de lo que iba a pasar después de hacer esa
estúpida entrevista en Nueva York.
-
Para Emma Fernández, está en la habitación 302
del Hotel Hollywood Roosevelt
Un amable repartidor recogió el sobre que tenía que darle a mi novia y se lo llevo al hotel lo antes posible.
Media hora después, cuando creí
que Emma ya tendría el sobre entre sus manos la llame esperando que cogiera el
teléfono lo antes posible.
-
Emma cógelo por favor
-
Max tenemos que irnos
-
Un segundo, tengo que hablar con Em… contesta por
favor
Emma no contestaba y la última opción que me quedaba era
dejarle un mensaje en el contestador y esperar que lo escuchase lo antes
posible. No podía imaginar que estaba haciendo para no contestarme, para una
vez que necesitaba hablar con ella urgentemente iba y no cogia el movil.
“Princesa soy yo. Estoy en el aeropuerto y solo quería
avisarte de que mañana después de hacer todo el trabajo voy a ir a Las Vegas.
Espero que te haya llegado mi regalo porque lo necesitaras si quieres casarte conmigo. Te quiero”
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