martes, 16 de julio de 2013

Capitulo 8

Mi novio estaba en casa, mi madre estaba a punto de llegar del pueblo y yo era la mujer más feliz del mundo. Por fin después de tantas conversaciones hablando de él se iban a conocer.

El futuro Jay Z dormía igual que un niño pequeño asique por no despertarle me puse a preparar un increíble desayuno que le haría enamorarse aun mas de mi si eso era posible.

-          Zumo de naranja, café, tostadas. Cada día me sorprendes mas –se acerco a besarme- Muchas gracias preciosa
-          De nada –respondí sentándome a su lado- Me invitas ni a un trocito de tostada?
-          No has desayunado?
-          Con las prisas por hacerte el desayuno se me ha olvidado –sonreí- yumm!

Di un mordisco a la tostada y no dije nada mas, odiaba que me hablasen mientras desayunaba asique no quería ser yo la que esta vez molestara.

Desde que Max apareció mis planes habían cambiado, todo lo que tenía previsto hacer quedaba pospuesto para otro día que él no estuviera; necesitaba aprovechar las horas que teníamos juntos.

-          No cambies nada por mí. Que tenias que hacer?
-          Buscar trabajo. Muy divertido la verdad
-          Pues vamos a buscar trabajo –espero un par de segundos en silencio- Sabes que por mi estarías contratada a la de ya
-          Eso es porque aun no me conoces del todo. En realidad soy lo peor –dije divertida- me vas a contratar tu o qué?
-          Ahora mismo señorita –respondió en un intento de hablar español- Te contrato como mi asistenta personal, eso sí, te tienes que venir a vivir conmigo a Londres

Estaba mal de la cabeza si creía que eso podía ser posible. No podía dejar sin más mis estudios, mi familia y mis amigos, todo se volvería un caos.

-          He quedado con una mujer que estaba interesada en que cuidase de sus dos hijos asique si quieres acompañarme bienvenido eres

Por sorprendente que pareciera ese era el único trabajo que sabía que se me iba a dar bien. Cuidar niños me resultaba divertido, quizás por eso en parte empecé a estudiar la carrera de enfermería.

Mi madre termino llegando justo cuando nosotros nos íbamos a mi primera entrevista. Apenas tenía 5 minutos para presentarlos pero entre el poco español que sabia Max y el nulo conocimiento que tenía mi madre de inglés me sobraron 4. Lo único que supieron decir fue un “Encantado de conocerla” por parte de Max y un “Que guapo” por parte de mi madre.

-          Que conversación más entretenida
-          Tu madre parece agradable
-          Lo dices por el piropo verdad? –reí y entrelace mi mano con la suya- luego hablareis mas, tenemos tiempo

No tanto como me gustaría pero aun tenía bastantes horas que pasar a su lado.

Preferí no coger el coche y aunque mi pie aun no estuviera 100% del todo bien caminamos hasta el lugar donde había quedado con la madre de los niños. Nunca había tenido acompañante a una entrevista asique no sabía muy bien qué hacer con Max.

-          Voy a dar una vuelta por aquí y cuando salgas ya nos vemos
-          No ligues mucho
-          Lo intentare –respondió con aires de grandeza- Ven aquí un segundo

Nos acabábamos de separar unos centímetros y ya me pedía de nuevo que me acercara, miedo me daba ese hombre. Acaricio mi cuello, fijo su mirada en mis labios y en menos de un segundo ya tenía sus labios rozando los míos. No había cosa que me diera mas fuerzas que uno de sus besos.

-          Ven a Londres por favor –negué con la cabeza y repitió el beso- por favor –otra vez mas volvió a besarme- por favor…

Parecía que no iba a dejarme hasta que no respondiese algo diferente, y aunque me encantase besarle tenía que parar. Respondí un quizás y por fin lo hizo aun sabiendo que no lo decía del todo convencida.

Aunque llegue con algo de retraso por culpa de mi pesado novio, la mujer del trabajo fue encantadora. Parecía tener unos 40 años o incluso menos y solo por su forma de vestir podía notarse lo estresada que la tenían sus hijos. A veces dos niños tan pequeños podían dar demasiados problemas.

-          Te necesitaría desde ya. Entiendo que hoy no puedas pero a partir de la semana que viene me vendrías genial
-          Claro, cuando usted me necesite
-          No me trates de usted por favor –dijo amablemente- Me pareces encantadora asique no creo que tengamos ningún problema

Había conseguido el trabajo y no podía estar más feliz. Tenía que celebrarlo de alguna forma junto a Max.

-          Rico eh?
-          Buenísimo –le limpie una mancha de helado que tenia al lado de la boca- Así de salvaje es nuestra vida. Celebramos todo comiéndonos un helado
-          Porque te crees que me gustas? Obviamente por esto –reímos- Podíamos crear una heladería
-          Y llamarla “Los idiotas del helado”. Se te va la pinza Max
-          Un poco

Empezaba a conocerlo mejor y adoraba su raro sentido del humor. A veces me hacia reír sin darse cuenta y era algo que me encantaba.

-          Estas bromeando –dijo al responder una llamada- es broma, en serio no puede ser verdad

En cuanto lo vi sentarse en el suelo supe que algo iba mal, algo realmente malo acababan de contarle. “Mark ha tenido un accidente” fue lo primero que escuche. Su mejor amigo había tenido un accidente y lo más normal que tenía que hacer era volver a Londres a verle. “Ha muerto” dijo minutos después. No podía creérmelo, ni siquiera sabía cómo actuar con Max, estaba en shock.

-          Vamos a casa y hacemos las maletas. No te preocupes cariño
-          Ha muerto Emma –dijo controlando las lagrimas- es imposible

Mis palabras eran escasas en momentos como ese. Sabía lo que se podía llegar a sentir con una pérdida familiar pero no sabía cómo era una pérdida de un amigo tan cercano.
Ver a Max devastado y llorando me partía el corazón. Necesitaba darle la suficiente confianza como para que se desahogase conmigo, no soportaba verle de esa forma por más tiempo.

-          Max, Max –camine detrás de él y antes de que escapase de mi lo cogí de la mano- escúchame por favor

Verle con la cara roja de tanto llorar era lo peor del mundo, me hacia llorar sin ni siquiera conocer a la persona que había muerto.

-          No puede ser verdad. Emma no

Igual que un niño desprotegido me abrazo y lloro todo lo que necesitaba para encontrarse algo mejor. Mi madre intentaba no decir nada pero hasta ella podía ver lo mal que lo estaba pasando al ver a Max así.

-          Preparo yo todo, no te preocupes –limpie las lagrimas que caían por sus mejillas- date una ducha y luego nos vamos

Muy justa de dinero y sin importarme el trabajo que acababa de conseguir organice las maletas y me despedí de mi madre sin saber cuando la volvería a ver. Necesitaba saber que mi novio estaba bien y que la pérdida de su mejor amigo no le iba a afectar; con él estando mal yo no iba a estar tranquila.

-          Cielo estas ya? –pregunte entrando en el baño-

Si seguía sin responder me iba a volver loca.

-          Max…
-          Ven por favor –suplico abriendo la mampara-

Mirándome y suplicándome de esa forma me iba a meter dentro de la bañera con ropa si hacía falta. Sabía que no era algo sexual, solamente necesitaba protección.

-          Ven a Londres
-          Ya tengo todo preparado. Te lo dije antes pero estabas en otro mundo y no me escuchaste –acaricie su mano- Mírame como estoy, vestida aqui dentro solo por ti –reí- Deberíamos irnos

Si no podía hacerlo reír al menos una sonrisa por su parte era más que suficiente. Había sido una pérdida muy dura y por mi parte lo único que podía hacer era alegrarle los días con pequeñas tonterías como esa.
---------
La forma más rápida de llegar a Londres era conducir hasta Oviedo y desde allí coger el vuelo. Nunca había ido a ese aeropuerto pero con un poco de suerte llegaríamos rápidamente.

-          Te quiero

Nunca un te quiero había sido tan sincero. Consiguió hacerme sentir muy especial, tanto que ya no era capaz de aguantar las lagrimas por más tiempo. Tenía que llegar al aeropuerto y durante un minuto escapar de él y llorar tranquilamente; no podía permitirme llorar delante de Max.

-          He vuelto –dije al salir del servicio- Has podido coger los billetes?
-          Si

Ya solo nos quedaban horas de espera y abrazos. Parecía que lo único bueno que había conseguido esa tragedia era acercarme un poco más al mundo de Max; tuve que hablar con sus padres y explicarle como se encontraba su hijo, el pobre no quería ni hablar, me repetía que le dejara tranquilo y eso fue lo que hice.

Su madre estaba muy preocupada, daba igual que le dijera que todo estaba bien que ella sabía que no era así. Había ciertas cosas que aunque se intentasen ocultar resultaban imposibles.

-          Ha ido a fumar y he preferido dejarle solo al menos 10 minutos. Estaba muy agobiado
-          Normal –respondió con tono de preocupación- Cuídalo por favor
-          Lo hare. En un rato lo tienes ahí, no os preocupéis

Exactamente fueron 5 horas las que nos llevaron ir hasta su casa. Max ya no lloraba pero era tremendamente doloroso verlo tan triste, ni siquiera su madre o el abrazo que le dio su padre le ayudaron lo mas mínimo, necesitaba despedirse de su mejor amigo y ya no podía.

-          Encantada, soy Emma
-          Lo siento por tener que conocernos de esta forma
-          Mas lo siento yo –respondí mirando a Max- con lo bien que estábamos hasta hace horas y mira ahora

Ojala hubiese podido tener más tiempo para hablar con el hermano de Max pero mi novio me necesitaba a su lado. Lo mejor sería que nos fuéramos a su casa, descansásemos un poco y el duro día del entierro llegaría.

-          Pido una pizza vale? –me acerque a él hasta darle un beso en la mejilla- estas guapo hasta cuando te pones tan serio
-          Quieres darte un baño? –pregunto de repente-
-          Ahora?
-          Mientras cenamos. No nos vamos a morir ni nada, podemos llevar hasta allí la comida y el portátil y así vemos una película cenando

La idea no era tan mala, al menos así estaríamos entretenidos haciendo algo que no fuera pensar en el entierro. Ahora el caso era buscar una película que no tratase de amigos, ni despedidas, ni mucho menos muertes…

-          “Sin Compromiso” está bien
-          Eso es porque te gusta Ashton
-          Y a ti te gusto yo asique me vas a hacer muy feliz diciendo que si verdad? –hice pucheros y me acerque lentamente a él- yo invito a la pizza asique no te queda otra que aceptar. Te va a encantar te lo prometo

Afirmo con la cabeza y sonrió tímidamente, se notaba que estaba cansado.

-          Voy a pedir la pizza, ahora voy.

Lo bueno de vivir cerca de una pizzería era que en menos de 10 minutos ya la teníamos en casa, solo tenía que pagarle al repartidor y ya estaba lista para ir a la bañera con mi desafortunadamente triste novio.

-          Los dos así? -Pregunte sentándome entre sus piernas- oh dios mío
-          Espera que coloque esto un poco –dijo divertido al ver lo que acababa de notar en mi espalda- ahora mejor?
-          Mucho mejor

Si íbamos a ver una película y a comer mientras nos dábamos un baño lo mejor era estar cómodos, sobretodo sabiendo de que iba la peli. No podíamos llamarla porno pero había demasiadas escenas de sexo como para empezar a calentar el ambiente. Iba a ser difícil no terminar haciendo el amor; lo único que me detenía era pensar en su amigo.

Finalmente no hicimos nada y fue lo correcto. Era hora de dormir y descansar, ya tendríamos más momentos para disfrutar de nuestros cuerpos.

-          Nunca había estado tan enamorado de una persona

Justo acababa de cerrar los ojos cuando escuche esa preciosa frase.
De nuevo un “Te quiero” volvía a cambiar mis planes de dormir, besarle se iba a convertir en mi hobbie favorito.

-          No te vayas… quédate… -repetía entre cada uno de los besos que me daba-
-          Te amo

Paró de besarme y controlando la respiración volvió a hablar

-          Quédate conmigo

Tantas veces me lo había pedido y tantas veces lo había pensado que por primera vez iba a darle una oportunidad. No significaba un sí rotundo pero si había muchas más probabilidades. Sentía que me necesitaba más que nunca y al igual que a mis futuros pacientes no podía abandonarlo.

-          Mark ha conseguido lo imposible, la chica de mis sueños por fin ha dicho si. Él sabía lo mucho que te quiero
-          Siempre va a estar aquí –toque su pecho- Nunca se ira de vuestras vidas
-          Estoy seguro de que no

Por fin veía un poco de ánimo en su cuerpo.
Cuantas más horas pasaban mejor iba siendo la aceptación de que su amigo se había ido a una mejor vida, al menos eso pensaba hasta que llego la hora del entierro. 
Unas gafas de sol no ocultaban las lágrimas que tanto él como los familiares y amigos cercanos de Mark estaban derramando.
Le daba la mano como forma de apoyo y él la apretaba con fuerza deseando escapar de ese doloroso momento. Podía parecer fuerte pero en esos momentos me demostraba que había cosas que no era capaz de controlar.

-          Me parte el alma verlo así –dije abrazando a la madre de Max- No lo soporto… me estoy agobiando mucho
-          Mi niña no llores por favor, no quiero veros mal a los dos

Por momentos creí que abrazaba a mi madre. Esa mujer era tan cariñosa y agradable que me daba la seguridad que necesitaba para poner buena cara y no sentirme mal por algo que no tenia marcha atrás.

-          Tenéis que cuidaros mutuamente… como un matrimonio
-          -Sonreí- voy a quedarme unos días por aquí y luego ya veremos que ocurre. Adoro a tu hijo

Me salió del alma decírselo tan claramente. Estaba más que enamorada y haría lo que fuera por cuidar de ese pequeño gran hombre que tenía a mi lado.

-          Hola –dijo abrazándome- estáis bien?
-          Como estas tu? –pregunto su madre-
-          Llevándolo de la mejor forma posible –nos miramos y sonreímos tímidamente- guapa

Con su madre delante y su padre a escasos centímetros me cortaba mucho a la hora de devolverle el cumplido. El sabía como era mi forma de ser y entendía perfectamente mi silencio.

-          Papa y tu ya os habéis despedido?
-          Hace un rato. El está ahí –lo miramos- y yo estaba hablando con Emma mientras tú te despedías
-          Pues deberíamos irnos antes de que esto se haga aun mas difícil

Lo miraba y no podía controlar mis ganas de achucharlo y darle todo mi apoyo. La muerte de un amigo volvía todo demasiado complicado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario