Lo miraba una y otra vez y en lo único que podía pensar era
en ir a casa con él y hacer el amor todo el día. Toda la pasión contenida
acababa de surgir y el hotel de sus padres no era el lugar más adecuado para
hacer nada.
Max me miraba, tocaba mi pierna y reía al verme nerviosa.
-
Tengo que darte tu regalo
-
Aquí o en la habitación? –preguntó divertido-
-
Calla la boca! –sonreímos mutuamente y nos dimos
un beso- Solo he tenido tiempo para comprar cosas para ti. Ni mi madre ni mi
abuelo van a tener nada, todo por tu culpa
-
No hacía falta que me comprases nada
-
Bueno, tu ábrelo
Un carísimo abrigo junto con una pequeña caja eran mi regalo
de navidad.
-
Me vas a hacer llorar
Sus ojos empezaron a ponerse llorosos cuando abrió la
caja y se encontró una foto muy especial; los dos en el rodaje de la serie en
la que nos conocimos. Apenas un año después ya estábamos comprometidos y a
punto de volver a vivir juntos. Al final la locura de cambiar Paris por Brujas
no salió tan mal como pensaba, el destino quería que fuera así y ahí fue donde
encontré a la persona con la que pasaría el resto de mis días.
-
Lo peor de todo es que aun sigues llevando el
anillo que te mande
-
Porque me encanta. Lo raro sería que fuera
vestida con el traje
Después de unas cuantas risas continuamos abriendo regalos y
en uno de ellos me encontré los zapatos más bonitos del mundo. Sinead parecía
conocerme mejor que yo misma.
-
Me siento mal –susurre al oído de Max-
-
El estomago otra vez? –pregunto preocupado-
Vamos a casa
-
No, solo que tus padres se han gastado dinero en
mí y yo estoy aquí como si nada.
-
Em lo han hecho porque te quieren. No le des más
vueltas
-
Entonces yo no les quiero porque no he comprado
nada?
-
No es eso. Me has entendido asique calla la boca
y disfruta de tus regalos… solo te falta el mío
Podría haberle contestado mal por mandarme callar pero en el
fondo tenía razón, era la misma situación que podía vivir con mi familia; ellos
siempre me compraban regalos y yo nunca me molestaba en buscar algo que les pudiera gustar.
-
Pero estas loco? El anillo, Paris, ahora una
cámara… me haces sentir la peor persona del mundo
-
Dame un beso –respondió mientras yo le miraba
incrédula- Emma estoy esperando
Por una parte me encantaba que fuera tan detallista conmigo
pero por otra me molestaba no poder serlo yo también. En cierto modo hasta
llegaba a sentirme inferior a ellos por no poder permitirme todos los gastos
que ellos tenían conmigo, no era justo ser siempre yo la que no pagase nada y
ganase todo.
De vuelta a mi apartamento la única cosa que rondaba por mi cabeza era el problema del dinero. En apenas unas semanas teníamos que empezar a buscar nueva casa y lo que no quería
era que Max se ocupara de pagarla. Quizás debía trabajar más.
POV Max
30 de Diciembre, Paris.
Podía estar muerta de frio pero ella no salía de la terraza,
le encantaba ver nevar sobre todo si la vista que tenía delante era la Torre
Eiffel.
Aunque me repitiera mil veces
que no quería que gastara tanto dinero en ella no podía evitar intentar hacerla
feliz. Cualquier cosa que pudiese hacer la iba hacer, me resultaba imposible no
concederle cosas que sabía que ella quería aunque no me lo dijera.
Nunca fui una persona a la que le gustasen las redes
sociales pero cuando Emma se hizo twitter me vi obligado a hacer una pequeña
locura.
Golpee el cristal de la terraza y espere a que Em dejase el
guion que leía y me mirase.
-
Hola cariño
Saludó a la cámara y aproveche ese momento para enfocar su
anillo de compromiso. No sabía que ese pequeño video casero iba a estar por
todo internet en escasos minutos.
-
Max??? –la escuche llamarme, deje el ordenador
encima de la cama y salí hasta la terraza; no quería que sospechara nada- Puedo
ensayar esto contigo?
Necesitaba decirle que no para poder hacer las mil cosas que
tenia planeadas pero tampoco quería parecer un borde. Tenía que encontrar la
forma de escabullirme sin levantar sospecha.
-
Quieres ensayar en la terraza? Vamos a morir
congelados. Es mejor hacerlo dentro y así puedo estar más cómodo
Con tal de tener el ordenador conmigo y que ella no viese
nada me daba por satisfecho. Emma interpretaba una y otra vez su papel y yo
mientras aparentaba escucharla terminaba de editar el video.
-
Max!
Por un segundo olvide que tenía que prestarla atención.
Cuando escuche su grito lo único que pude ver era como mi prometida tiraba el
guion al suelo y se encerraba en el cuarto de baño; se había enfadado con toda
la razón del mundo.
-
Déjame tranquila un rato –dijo cuando entre en el
servicio- Max sal
-
Lo siento, estaba pensando en otra cosa que no
debía. Lo siento de verdad
-
¿Qué estabas haciendo?
-
Nada –con tan solo ver cómo me miraba me di
cuenta de que o le decía la verdad o el enfado que ya tenía de antes iba a
aumentar- Déjame 10 minutos a solas y te prometo que luego te enseño lo que
estoy haciendo. Confía en mi
Un beso y la pequeña Emma sonreía, al fin y al cabo seguía
siendo una niña con ganas de cariño.
-
¿Em, puedo adoptarte? –grite desde la
habitación-
-
NO! Seria incesto y sabes lo mucho que me
encanta dormir contigo
-
Dormir todo lo que quieras, lo demás llevo
esperando meses
-
Cuando me enseñes lo que sea que estés haciendo
hablamos vale?
Con el portátil encima camine hasta donde estaba y le enseñe
la sorpresa. Había cosas más importantes que ese video y en ese momento era
dejar a un lado mi mes y medio de abstinencia. Emma se había encargado de
llevarlo muy bien, incluso cuando más ganas tenia buscaba la forma de no hacer
nada.
-
No me hace gracias Max –dijo ocultando una
sonrisa- me voy a dar una ducha mientras tú te vas a hacer cualquier cosa que
te interese
La mire divertido y ella sola se encargo de leer lo que
pasaba por mi cabeza
-
Cualquier cosa que no me incluya a mi
Yo también necesitaba una ducha asique si no le parecía mal
me la iba a dar aunque en ella no incluyésemos tener sexo.
-
Solo una ducha
No entendía que le pasaba para no querer hacer
el amor. Una vez, incluso dos veces podía entender que no tuviera ganas pero
repetirme ese mismo NO todos los días durante un mes era algo que no
comprendía.
A veces era muy fácil saber que pasaba por esa cabecita pero
otras muchas se me complicaba tanto que llegaba a agobiarme pensando que quizás
le había dejado de gustar o que algo malo le pasaba.
-
No tenias que haber subido nada a twitter. Ahora
se ha convertido en algo personal y eso era lo único que no quería. Solo lo
utilizo para el trabajo
-
Por eso estas enfadada conmigo?
-
No estoy enfadada –respondió bajo la ducha-
-
Pues entonces explícame porque no quieres hacer
nada conmigo
Tenía que preguntárselo o seguiría sintiéndome mal por algo
que desconocía.
Me miraba desnuda bajo el chorro de la ducha y no decía nada,
lo único que conseguía era confundirme aun más.
-
He hecho algo? –negó con la cabeza - Eres
preciosa –dije acariciando su pelo-
-
Prométeme que nunca me dejaras
-
Eso nunca va a ocurrir
Una pequeña sonrisa se asomo por mi cara cuando me di cuenta
de que eso era lo que la atormentaba.
-
No quiero que estés conmigo solo por lo bien que
nos lo podamos pasar los primeros meses. Sé que me quieres pero no quiero basar
una relación en estar todo el día teniendo sexo
-
Yo tampoco –acaricie su mejilla y sonreí- pensé
que ya no te gustaba. Me estaba poniendo enfermo solo de pensar que no querías
nada mas conmigo
-
En serio? –me devolvió la sonrisa- después de
todo lo que has hecho por mí es imposible olvidarte
De esa forma me di cuenta de algo que jamás había vivido;
estaba tan enamorado de esa chica que nada me importaba con tal de estar con
ella. Sabía que podía aguantar una año entero o lo que ella quisiera sin tener
sexo con tal de hacerla feliz.
Siempre que me repetían lo muy rápido que iba con Emma
recordaba una frase que me dijo mi abuelo “Cuando
encuentras a la mujer de tu vida sabes en ese mismo momento que quieres pasar
toda la vida a su lado. A tu abuela la conocí un 21 de mayo y el 22 ya le había
pedido matrimonio”. Quizás con Emma no había ocurrido eso en el mismo
momento en que la conocí pero si puedo decir que al segundo día de estar con
ella supe que era especial.
-
¿Y te acuerdas del partido de fútbol que me
hiciste ver? –reímos- estabas loca
-
El culpable fuiste tu llamando a mi habitación a las
tantas de la madrugada… Fue una gran noche
-
Y tanto que lo fue –respondí mirándola
pensativo-
No había ni pasado un año y ya podía llamarle prometida,
quien nos lo iba a decir el día que nos conocimos.
Apenas quedaba un día para año nuevo y nosotros estábamos
pasando nuestros días en Paris encerrados en el hotel dándonos duchas y
hablando sobre antiguos recuerdos. Tenía que volver a repetir lo mismo que hice
en Nueva York y conseguir que Emma saliese de esa habitación aunque fueran las
11 de la noche.
-
¿Qué haces grabando? Otro video para twitter no
–esperó a que respondiera pero al ver que no lo hacia se tapo con la colcha de
la cama- Cariño para
-
Estoy grabando como mi novia se levanta
de la cama para ir de aventura por Paris –corrí hacia la cama y salte sobre
ella- Vamos!
-
En serio? –afirme con una leve sonrisa- Venga
va, así hacemos algo mejor que estar aquí
Por suerte para mí no me había costado mucho esfuerzo
convencerla, ahora solo me faltaba esperar 1 hora a que se preparase y ya
estábamos listos para ir a dar una vuelta.
-
Y mañana mis mejores amigas estarán aquí,
yey!!!!! –dio un pequeño salto y me abrazo por la cintura- Por esto me encanta
Paris, está al lado de casa. Solo tienes que coger un avión y en una hora ya has llegado
-
No os volváis locas cuando estéis juntas
-
Tu vas a tener a James y a Kevin. Debería ser yo
la que estuviera preocupada, igual me matan por saber que nos vamos a casar
Ya habíamos hablado del pequeño incidente que tuvimos con
mis amigos la ultima vez y ella sabía que no iba a haber problema por ellos.
Aquella vez lo dijeron bromeando o al menos esperaba que fuera así, nunca me
habían dicho ni dado a entender que no les gustara Emma simplemente creían que
íbamos rápido al igual que la mayoría de gente pensaba.
Con mi brazo rodeando sus hombros caminamos por la ciudad.
Apenas conocía muchos lugares de allí pero tampoco tenía miedo a perderme, si
lo hacíamos seria una nueva aventura que vivir sobre todo a la hora a la que
habíamos decidido ir a caminar.
Emma apenas hablaba y me encantaba que fuera así, la veía
tan emocionada disfrutando de lo maravilloso que podía ser Paris de noche que
me contagiaba toda esa alegría. Si no fuera porque sus amigas decidieron
cambiar el viaje de Paris a Brujas nunca hubiese podido vivir ese momento a su
lado.
-
Y si hubieras venido aquí y nunca nos hubiéramos
conocido?
-
Igual era la mujer más feliz del mundo… a saber
–me miro divertida y soltó una pequeña carcajada- No sé que podría haber
pasado, quizás todo ocurre por alguna razón
Seguramente, de lo que no estaba tan seguro era de que unos
malditos fotógrafos a la una de la mañana tuvieran que formar parte de nuestra
vida. Después de tenerlos persiguiéndonos por todo Nueva York no podía creer
que también lo hicieran cuando nos estábamos tomando unas pequeñas vacaciones.
-
Haz como si no estuvieran –dije a Emma- Vamos a
disfrutar de esta noche
-
Nos van a perseguir a todas partes. Llega un
momento que cansa
-
Tu no les hagas caso y ya nos dejaran
Volví a colocar mi brazo por encima de sus hombros y
continuamos el paseo aun sabiendo que esos cuatro fotógrafos no se separaban de
nosotros.
Muchas veces habíamos hablado sobre ese tema pero Emma ya
fuera porque aun no le había tocado vivir toda esa fama en su propio cuerpo o
porque no se daba cuenta de en el mundo en que vivía, no había llegado a
acostumbrarse. En el momento en que tuviera que ir a su primera premiere todo
se le iba a venir de golpe y lo que menos quería era que se asustara;
necesitaba prepararse.
-
Sube
Intentando hacerla reír deje que se subiera a mi espalda y
de esa forma continuamos el paseo. Al menos si nos hacían fotos que nos las
hicieran pasándolo bien.
-
Arre caballo
La odiaba cuando hablaba en español, no entendía nada y me ponía
nervioso que fuera así. Podría haber dicho cualquier locura y yo no me
enteraría.
-
Españoles? –pregunto un chico que caminaba a
nuestro lado-
-
Si!
Ya la había perdido, hasta subida a mi espalda y sin ganas
de bajarse estaba hablando con ese chico como si lo conociera de toda la vida. Era
imposible que si Emma se encontraba con un español no hablase con él, era
horrible.
-
Te apetece ir? –me pregunto aun subida a mi espalda-
-
A donde? Por si no te has dado cuenta no he
entendido nada
-
Awww –me dio un beso en la mejilla y continuo
hablando- Este chico dice que estamos cerca de la torre Eiffel aunque yo
sinceramente no la veo por ninguna parte
-
No te da miedo? No le conocemos de nada
-
Ha quedado allí con su novia y unos amigos, dudo
que nos quiera matar
-
Vale pues tú decides. Si quieres ir vamos, por mí
no hay problema
Y por lo que se veía por ella tampoco.
Mientras seguíamos al chico saque el móvil del bolsillo y
empecé a grabar ese momento para la prosperidad; mi novia sobre mi espalda, un
español algo loco y un novio con miedo de ser secuestrado. Así eran nuestras
noches en Paris.
Después de algo que el chico español preguntó Emma empezó a
reírse y yo no entendía absolutamente nada. Lo que fuera que tuviese tanta
gracia necesitaba saberlo para también reírme con ella.
-
Acaba de preguntarme “¿Por qué cojones hay dos
tíos fotografiándome?” –me dio un abrazo mientras continuaba riéndose- Se lo
decimos o no?
-
Mantén el suspense un poco mas
Estaba bien conocer a gente que no sabía quiénes éramos y
nos miraba como a personas totalmente normales. No me apasionaba que me
conocieran y me tratasen de mejor forma por salir en alguna película o tan solo
por el hecho de ser hijo de. Era Max y era un chico como otro cualquiera.
-
Bebe
El grupo de amigos del chico español acababa de pasarme una
botella de algo parecido a vodka y pretendían que bebiera de ella, ese era solo
el primer paso para la muerte.
-
Yo lo he hecho, hazlo Max
Me quitó el móvil de la mano y por un momento intercambiamos
los papeles, ahora ella grababa y yo me divertía. Aunque solo fuera esa noche
teníamos que dejar atrás todos los problemas, el trabajo… todo lo que ocupase
nuestra cabeza, y comportarnos como los jóvenes que éramos. Emma tenía que
disfrutar de sus 20 años, no preocuparse por el trabajo o la boda.
-
No me abandones –dije cogiéndola del brazo y
acercándola a mi- una foto?
-
Las que tú quieras
Nos separamos un poco del resto del grupo y mientras nos dábamos
un beso hicimos la foto más bonita que jamás había visto. No solía ser una
persona muy empalagosa por así decirlo pero ver esa foto de los dos juntos
besándonos cerca de la torre Eiffel me pareció algo precioso. Desde ese momento
esa era mi foto favorita.
Nos emborrachamos, reímos hasta empezar a dolernos
todo el cuerpo, hicimos nuevos amigos… todo esto gracias a que a un loco se le
ocurrió salir a las 11 de la noche del hotel. Sin duda teníamos que hacer eso más
a menudo aun arriesgándonos a luego salir en todas las revistas como dos
estúpidos que no saben comportarse como adultos.
-
“Max Irons y su prometida de fiesta por Paris”
no salimos más guapos en las fotos porque no podemos.
-
Ya tienes otro regalo mas de navidad –respondí-
Para de leer esas tonterías, estos cuatro ya están desayunando
La mire mientras apagaba el ordenador y a continuación me
prepare para bajar junto a los demás. Habían llegado hacia horas y aun no los
habíamos visto.
-
¿Qué pasa? –pregunte acariciando su pelo-
Acababa de acercarse cariñosamente hacia mí y me miraba con
una cara que hacía mucho tiempo no había visto.
-
Ahora? –sonreí- He mencionado que me encanta que
hagas estas cosas?
-
No –me devolvió la sonrisa- Y yo he mencionado
que adoro quitarte toda la ropa?
-
A veces –respondí escondiendo mi cara entre su
cuello- POR FIN!
Llegado el momento nada iba a detenerme. Me daba igual si
mis amigos estaban abajo o donde quisieran que yo iba a disfrutar de ese
momento 1 hora, 2 horas o las que aguantásemos. Sabía que podía soportar no
hacer nada si a Emma no le apetecía, pero preferiblemente elegía la parte en la
que ella quería.
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