Todos los días en Nueva York traían experiencias nuevas; esa
vez fue ir a un cine en una azotea del East Village, un bonito lugar
en Manhattan. Era Enero pero no importaba mientras tuviéramos muchas mantas y
un encantador chico al lado para dar calor.
Ese lugar era especial, me demostraba lo que el cine podía
llegar a producir en las personas. Ni el frio ni ninguna otra circunstancia era
capaz de estropear una buena película.
-
Me encanta este director
-
Y el actor también –continuo diciendo Max-
-
Ryan Reynolds siempre me encantara pero ahora en
serio, este director es lo mejor del mundo.
-
Español tenía que ser
-
Pues claro, como tu maravillosa novia –dije
acercándome a él- Ya deberías saber que somos mejor que los demás
La mujer que teníamos delante nos hecho la bronca y tuvimos
que callarnos. La verdad es que tenía razón pero tampoco nos habíamos puesto a
gritar como para que nos mandara callar de la forma en que lo hizo.
Me limite a apoyarme sobre el pecho de Max y así terminar de
ver la película, de esa forma no molestaría a ninguna señora malhumorada.
-
Ha sido un gran día. Incluso ni me ha molestado
que hayas salido por la mañana con Robert
-
Un aplauso para Max –grite en mitad de la calle-
Me llaman, un segundo
Conteste al teléfono y cinco minutos después mi cara paso de
completa felicidad a mucho miedo. Hacía tiempo que no pensaba en ello pero
parecía haber llegado el momento de cortarme el pelo para rodar la película.
-
En 2 días. Voy a estar de los nervios hasta que
llegue el momento de cortarlo
-
Sin fumar y encima preocupada a saber quién te
aguanta
-
Espero que tu –respondí abrazándole temerosa-
Dime que va a salir todo bien
-
La película va a ser un éxito y va a ser gracias
a ti y a tu precioso pelo –me dio un beso en la cabeza- Estas guapa de
cualquier manera. Te conocí morena, me enamore de ti rubia y me casare contigo
con el pelo corto
-
Te quiero
Y otra vez más Cassie volvía a interrumpirnos. Si pensaba
descansar esos días ahora se complicaba un poco con el viaje a Madrid que tenía
que hacer. La película que acabábamos de rodar necesitaba publicidad y parecía
que la persona más adecuada para hacerlo en España era yo.
-
En 2 días me corto el pelo y ese mismo día voy a
Madrid. Como este horrible podéis ir olvidándoos de mi… oh dios mío –dije
cansada-
-
No seas tan pesimista
-
Ven conmigo y así dejo de serlo
Al menos con él a mi lado todo sería un poco mejor. Apenas
nos había dado tiempo a mudarnos pero daba igual, ya tendríamos tiempo de ello
cuando volviésemos de Madrid.
-
Es solo un día. Vamos, descansamos un poco en el
hotel, hago las entrevistas y volvemos… volvemos si quieres, sino podríamos ir
a visitar a tu suegra
-
Tienes tiempo antes de ir al rodaje?
“Mierda!” eso fue lo que dije cuando me di
cuenta de que apenas tenía una semana para que el rodaje de la película
empezara. Iría a Madrid pero no vería a mi familia, lo máximo que podía pedir
era que ellos viajasen hasta allí para tan solo verme un par de horas si había
suerte.
-
Ya pensaremos que hacer, de momento voy contigo
–rodeo mi cintura con su brazo y nos dimos un beso- Ahora nos vamos todos al
karaoke, ya verás que voz más bonita tengo
-
Tienes que cantar Mi carro me lo robaron, así me
demuestras que mis clases de español funcionaron de algo
-
La gente me mira raro cuando lo hago –respondió
muy serio- no tenias que haberme enseñado nada
Tan solo por lo bien que me lo pasaba escuchándolo mereció
la pena las horas que me pase intentando que aprendiese a pronunciar bien “mi
carro”.
Entre risas y miradas cómplices pasamos una buena noche en
el karaoke. Había señores mayores, gente de nuestra edad, incluso niños
cantando, ahí no había diferencia entre actores y no actores. A veces nos solían
tratar diferente por haber salido en una película y eso me ponía de los
nervios. Tenían que entender que salir en una pantalla o ganar un poco más que
los demás no nos hacia diferentes, en mi caso había nacido en una familia de
clase obrera y me encantaba que fuera así. La gente que iba derrochando dinero
por la vida podría ser muy feliz pero ese no era mi caso.
La novia de Samuel parecía algo cortada a la hora de hablar
con nosotros, por lo poco que había hablado con ella podía intuir que era buena
chica asique deje un poco de lado a Max y me senté junto a ella. Una nueva
amiga nunca venia mal.
Aprovechando que
estábamos en un karaoke la convencí para que saliese a cantar conmigo una canción.
Daba igual cual fuera, solo quería reírme un rato.
48 horas más tarde:
-
OH DIOS MIO! Parezco Anne Hathaway en Los
Miserables
-
Más bien Michelle Williams, no seas dramática
-
Max no dice nada, mala señal –lo mire y espere
una frase por su parte- Vale, eso significa que estoy horrible. Quiero morirme
-
Estas espectacular! –se levanto del sofá donde
estaba sentado y se acerco hasta mi- No creí que te iba a quedar tan bien,
estas muy pero que muy sexy
Iba a costarme mucho acostumbrarme a ese cambio de pelo pero
de momento no tenía tiempo para lamentaciones. Me arreglaron un poco y después
de pasar por casa a recoger mi pequeña maleta salimos hacia el aeropuerto,
Madrid nos esperaba.
Era la primera vez que viajaba a España por cuestiones de
trabajo e iba a ser muy raro. Apenas había hecho un par de entrevistas y ahora tenía
que promocionar una película yo sola, lo único que me animaba era saber que Max
estaba a mi lado y que mi madre estaba viajando hasta Madrid para pasar unas
horas conmigo. Si no fuera porque a veces teníamos que hacer esos pequeños
esfuerzos, nuestra familia se hubiese ido al garete hacia muchos meses.
-
Hemos llegado –dijo Cassie animada-
-
Te apetece ir a dar una vuelta? –pregunte a Max-
-
Es tarde y estoy cansado. Mejor mañana, ahora
solo quiero dormir
Me parecía bien, yo también estaba cansada y lo mejor iba a
ser descansar un poco.
Miraba a Max y recordaba los buenos momentos que habíamos
pasado en esa ciudad. Allí habíamos vivido mil experiencias, desde ser el
primer lugar en el que quedábamos solos a ser la ciudad en la que comenzó un
romance de verdad. Brujas nos había dado muchos momentos inolvidables pero
Madrid seria especial.
-
Pensé que no te iba a besar nunca –dijo
acariciando mi cuello- me lo ponías cada vez más difícil
-
Porque me gustabas mucho y no quería que lo
supieras
-
Pues ahora lo se
Y yo me alegraba de que fuera así.
Sin importarme si Cassie o cualquiera nos veía nos dimos un
largo y necesitado beso, ese tipo de besos que te hacen dar cuenta de lo
enamorada que estas.
En un taxi nos llevaron hasta el hotel y allí sin
esperármelo me encontré algo que jamás había tenido, fans. Eran casi las 11 de
la noche y un par de chicos esperaban a la entrada del hotel gritando mi nombre
y el de Max en cuanto lo vieron.
-
Emma hoy no, no bajes
-
Por la mañana los saludas –continuo
diciendo Max-
Me daba mucha pena que esos chicos se quedasen allí sin ni
siquiera tener una foto o un autógrafo, quizás se habían pasado horas esperando
y a la mañana siguiente no podían volver para vernos.
-
Solo 5 minutos, ir subiendo si queréis
Iba a ser imposible convencerme de hacer lo contrario asique
los deje allí con las maletas y baje hasta donde estaba el grupo de fans a
saludarlos.
-
Tu pelo! –grito sorprendida una de las chicas-
-
Me has deprimido aun mas –respondí casi riendo-
En un par de semanas empiezo el rodaje y he tenido que cortarlo
-
Te queda bien –dijo el chico que tenia al lado-
Era genial poder hablar con ellos pero también tenían que
entender que estaba cansada del viaje y me merecía descansar un poco. Firme
rápido y luego vinieron las fotos, ahí sí que me iba a pasar de los 5
minutos que les dije a Cassie y Max.
-
Me la llevo chicos, mañana bajamos los dos –me
dio la mano y me hizo moverme casi a la fuerza- Buenas noches
-
Max!!!!! –grito una chica-
-
Mañana bajo lo prometo
No parecían muy contentos porque nos fuéramos, pero no
podían decir que no pase casi 10 minutos con ellos. Ahora entendía porque Cassie
me dijo que no fuera a saludar.
Antes de ir a la habitación paramos en el
restaurante del hotel para cenar algo. Con todo el viaje que habíamos hecho y
los fans de la entrada ni siquiera me acordaba de que no había probado bocado en muchas horas.
-
Hoy no me tires comida
En cuanto lo escuche no pude parar de reír. Lo decía tan
serio que hasta parecía que no bromeaba.
-
Deberíamos ir a la habitación
-
Tienes sueño? –pregunto acariciando mi brazo-
-
No, tú tienes?
-
Tampoco
-
Bien. Podríamos… -suspire ante sus continuas
caricias-podríamos subir y ver una película
-
Bueno, ya he visto todas las películas
–respondió al ras de mis labios-
-
Estoy segura de que hay muchas películas
-
Y yo estoy seguro de haberlas visto todas
-
Entonces descartamos eso
Sin dejarle darme un beso me levante de la silla y camine
hasta la habitación. No sabía cómo terminaría ese juego pero por si acaso preferí averiguarlo en la habitación antes que en medio del restaurante.
En cuanto volvió a acariciar mi cuello supe lo que iba a
pasar.
-
Podríamos…
-
Podríamos nada. Hagamos lo que hagamos sabes cómo
va a terminar la noche
Con tantos besos en el cuello y en todas partes no pude
resistirme a empezar el juego que él quería.
-
Max no, para –lo separe de mi cuerpo- no
podemos, hoy no
Por la forma en la que me miraba sabía que no le hacía mucha
ilusión parar en ese momento.
-
Qué te pasa?
-
Hoy no cariño –dije cansada de la situación-
A este paso antes de casarnos me quedo embarazada
-
Como si lo hiciésemos sin nada
-
Da igual Max
Era tanto y tan continuo que hasta a mi me cansaba.
Necesitaba descansar y ya llegaría el momento de volver a hacer el amor.
Hablando un rato con el conseguí calmarlo y así hacerle
dormir a mi lado. Muchas veces cedía yo asique ese día le tocaba a él ceder
conmigo, tenía que entender que a la mañana siguiente iba a tener mucho trabajo que hacer y no estaba como para gastar fuerzas en nada.
Desperté muy pronto y preferí no molestar a Max, estaba
mejor durmiendo que acompañándome mientras me maquillaban y vestían para las
entrevistas. De esa forma le pedía perdón por lo de la noche anterior, no tenia
sexo pero al menos tenía 1 hora más de sueño.
En la habitación de Cassie me esperaban ella junto con una
maquilladora, allí me dejarían perfecta y lista para ir a hacer la mejor promoción
del mundo. Tanto los productores como el director de la película confiaban en
que hiciera un buen trabajo asique no podía defraudarles.
-
Buenos días –dijo Max mientras pasaba por detrás
de mi silla- te he traído una sorpresa
La maquilladora dejo de hacer su trabajo y así pude ver de qué
se trataba esa sorpresa.
-
Mama!
No pude remediar gritar al verla allí, con tanto lio que
teníamos en la habitación ni me había acordado de que llegaba a esa hora. Hacía
casi dos meses que no la veía y parecían años; estaba más guapa que nunca,
parecía que su nuevo novio la hacía muy feliz.
Normalmente era sincera pero no sé si cuando me dijo que el
pelo me quedaba muy bien era verdad o simplemente estaba haciendo su deber como
madre.
-
Me siento una famosa de verdad. Dentro de poco
el Oscar –dije divertida- Aun no me acostumbro a toda esta mierda
-
Es tu vida –respondió Max- Es a lo que te
dedicas asique no nos queda otra que hacer promoción
-
Actuó, no hago promociones
-
Si no las hicieras nadie vería la película
Ahí había dado en la diana. Era verdad que sin promoción
nadie vería la película pero también tenía razón yo en que sin un actor que
amase su trabajo daba igual la mucha promoción que hiciese que la película
seria una completa basura.
-
Lista –dijo la maquilladora
Me levante de la silla y divertida fui hacia Max.
- Quieres pelear eh? Eh? Eh? –reí- Porque eres tan
guapo? –me acerque a él y acaricie su cara- Si es que eres perfecto, verdad
chicas?
Mi madre me miraba sin entender nada mientras que las demás
no sabían que responder por miedo a mi reacción.
-
Te tienen miedo –dijo Max-
-
Mejor, más hombre perfecto para mí –respondí abrazándole-
Te quiero
Antes de que me
entretuviese mas hablando de lo guapo y lo mucho que quería a mi prometido Cassie me aviso de que teníamos que ir bajando al salón de actos del hotel. Allí
esperaban todos los periodistas ansiosos por encontrar respuesta a sus mil
preguntas.
Casi todos preguntaban lo mismo, de que iba la película,
como fue trabajar con actores como Robert DeNiro, si el rodaje fue fácil…
preguntas típicas, en cambio un chico bastante joven el cual creo que tendría
mi misma edad me pregunto algo que me sorprendió “Antes de ser actriz cursaste
un curso en la carrera de enfermería. Conocer a Jeremy Irons te impulso a dar
el salto al mundo del cine?”.
Nunca lo había pensado, supongo que vivir durante unos meses
rodeada de actores por todas partes había conseguido que me involucrase de
diferente manera en ese mundo.
-
En unas vacaciones a Brujas me encontré con el
rodaje de una serie. Allí me pidieron que hiciera de extra y creo que en ese
momento empezó todo. Ni yo misma tenía claro lo que quería ser. Quizás Max fue
el que me ayudo a decantarme por algo, Jeremy y Sinead son parte de mi familia
pero no hasta el punto de influirme a la hora de hacer algo nuevo
-
Max… -en cuanto lo nombro una sonrisa tonta
asomo de mi boca- Alguna vez os habéis planteado actuar juntos?
-
Lo hemos hecho y varias veces, no hablábamos
mucho pero no estuvo mal –reí nerviosa- Siguiente pregunta?
Tan solo nombrarlo me ponía muy nerviosa, tenia tanto miedo
a que me preguntasen por mi vida privada que intentaba escabullirme lo antes
posible de ese tipo de preguntas.
Estuve casi 2 horas hablando, cuando me quise dar cuenta
apenas tenía voz. Avise a mi madre y a Max de que había terminado y en ese rato
que tenia libre nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad.
-
Se lo prometiste asique no te queda otra que
bajar ahí conmigo y hacerte fotos con ellos. Se están muriendo de frio
-
Cual va a ser mi recompensa?
-
La felicidad de saber que tienes fans a los que
les gusta tu trabajo… y tu estupendo físico
-
Tu hija es muy rara –dijo mirando a mi madre- En
cuanto volvamos vas a pasar un buen rato haciéndome favores sexuales
-
Los que tú quieras pero ahora toca ir a
saludarlos
A los chicos de la noche anterior parecían habérsele unido
otros 10 mas, les daba igual estar a 5 grados que ellos querían una foto con
nosotros. Sorprendente pero cierto.
Max que supuestamente tenía que estar más acostumbrado que
yo a ese tipo de cosas me cogió de la mano y con algo de vergüenza me siguió
hasta donde se encontraban todos los fans. Esta vez iba a ser mucho más rápida
que la noche anterior, lo sentía por ellos pero no podía hacer esperar a mi
madre.
-
Podemos hacernos una foto en grupo?
-
Claro –respondí amablemente-
Con un simple gesto avise a Max de que viniese a mi lado y así
los demás chicos se colocarían a nuestro alrededor. Si hubiese pensado en eso antes, me hubiera ahorrado las mil fotos que me hice con cada persona que estaba allí.
-
No querías fotos pues toma fotos –dijo Max en
cuanto nos separamos del grupo- No tienes que ser tan buena
-
Me daban pena. Yo también he sido fan y sé lo
que es estar esperando
-
Seguro que perseguías a Britney Spears
-
A tu padre perseguía
Emma 1, Max 0. Nombrar a Jeremy siempre era una buena forma
de ganar.
-
Eres perversa, malvada… y muy sexy –me cogió de
la cintura y acerco mi cuerpo al suyo- tu madre nos mira
-
Los fans también
-
Pues te doy el beso ya y así nos ahorramos mas
miradas vale?
Afirme con la cabeza y hice lo que acababa de decir,
besarle.
Subimos a uno de los taxis que teníamos en la entrada y con
ayuda de lo poco que conocía Madrid le dije al conductor que nos llevase a
varios sitios que seguramente a Max y a mi madre les gustarían.
Con tan solo dos horas de descanso no es que tuviésemos
mucho tiempo libre pero al menos nos daba tiempo a hacer un poco de turismo,
tomar algo y quizás hasta a comprar algo.
-
Me encanta tu pelo
-
Para de repetírmelo porque ya se está notando
que lo dices para contentarme
-
Lo digo muy en serio –tocó mi pelo y me miro
sonriente- te queda bien, es diferente. Lo único que ya no tengo a donde
agarrarme
-
Siempre pensando en lo mismo
Como algo típico en mi deje de hablar y empecé a hacer el
idiota subiéndome sobre su espalda. Hasta que la niña que tenia dentro no
desapareciera seguiría haciendo ese tipo de cosas a todas horas.
-
Yo te lo compro –dije a mi madre- No me digas
que no, es bonito y te gusta. Da igual el precio
Si la hacía caso nunca iba a comprarle nada, además le debía
algo como regalo de navidad. Ese bolso de 500 euros iba a ser el regalo
perfecto.
-
Sabes qué? Lo bueno de tener el pelo corto es
que me voy a comprar mil sombreros, este el primero
Un precioso sombrero negro iba a ser mi único recuerdo de
Madrid. Un sombrero podía cambiar por completo un look y ese lo hacía a lo
grande.
-
Lo siento –dijo Max escapando de mi-
-
Maximilian Paul Diarmuid Irons no te vayas!
Siempre haces lo mismo
Lo odiaba con todas mis fuerzas cuando pagaba todo lo que quería,
hasta el bolso de mi madre estaba pagado.
Mi madre no decía nada y al final la que quedaba mal era yo por ser la niña caprichosa que quiere pagar lo que compra.
Mi madre no decía nada y al final la que quedaba mal era yo por ser la niña caprichosa que quiere pagar lo que compra.
-
Lo mío lo puedes pagar pero lo de mi madre no
-
Que mas da Em
-
Es mi regalo. Tu invítala a cenar o yo que sé,
luego tienes todo el tiempo del mundo para pasar con ella. En cuanto llegue al hotel te ingreso el dinero, odio que me hagas esto
siempre que vamos de compras
No había día que no lo hiciera, era un detalle por su parte
pero ciertas cosas tenía que entender que también a mi me prestaba comprarlas
con mi dinero.
-
Estas mosqueada
-
Estoy bien, eres un amor haciendo lo que haces
–me acerque y le di un beso- Ahora tu, yo y mi nuevo sombrero nos vamos a hacer
una locura sin que mi madre sepa nada
Mi madre decía que tenía que volver al hotel a recoger unas
cosas aunque la verdad creo que no era del todo así. Quería dejarnos un rato
solos por Madrid y no supo que otra escusa usar. Después de tantas peleas que
pudiésemos tener cuando era más joven, por fin sabía lo que era querer de
verdad a tu madre.
-
Hablaste una vez de hacernos un tatuaje juntos.
Ha llegado la hora
-
No lo dices en serio –respondió algo asustado-
Emma?
-
Nunca he hablado más en serio. Me voy a tatuar
tu nombre en el culo –dije divertida mientras lo abrazaba - venga por favor
-
Lo que quieras
Ese era mi chico, guapo, comprensivo y encima me consentía
ciertas cosas. Nuestro primer tatuaje juntos sería algo muy normal, él una E en
el pecho y yo una M en la muñeca; simple, bonito y con mucho significado.
Cogimos un taxi de vuelta al hotel y durante todo el camino
era incapaz de dejar de mirar mi tatuaje. Era precioso pero lo que no lo
seria tanto seria la charla que mi madre y mi representante me iban a dar,
igual que si tuviera 13 años.
-
Tengo tres entrevistas en menos de 1 minuto.
Luego podéis ir largando todo el rollo
-
Es muy bonito por vuestra parte –dijo mi madre-
Me sorprendió que le gustara, era raro viniendo de parte de
mi madre a la cual nunca le habían gustado los tatuajes. Mi cara expreso a la perfección
lo sorprendida que me dejo, hasta Max se rió de mi.
-
Te has librado –dijo con una sonrisa picara en
su cara- Vete ya que sino luego vas a leer por todas partes que eres muy
tardona
-
Te quiero
Un rápido beso y ya estaba lista
para volver a hacer mi trabajo durante otras dos horas más. Esta vez quizás se hacía
algo más ameno, las fotografías no eran mi fuerte pero al menos en ellas no tenía
que hablar.
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