Los novios en teoría tenían que quedar hasta el final de la
fiesta pero nosotros no lo hicimos, con todo lo que había ocurrido durante la
ceremonia y el banquete mi cuerpo apenas podía aguantar un minuto más allí, si
los invitados querían quedarse hasta la noche eran libres, la novia por el
momento se iba de vuelta al hotel.
-
Ha sido el mejor día de mi vida –dije apoyando
la cabeza sobre el hombro de Max- Tu padre no ha dejado de preocuparse por mí
en todo momento
-
Hasta mi madre se puso celosa –nos miramos cómplices
y reímos- Mi padre te quiere más que a cualquiera de sus hijos, es pasión lo
que tiene por ti.
-
Yo sabes por qué lo quiero más que a nadie? Por
ti, si no fuera por el no te tendría a mi lado y ahora mismo no se qué sería de
mi sin ti
Nunca me cansaría de decirle lo mucho que lo quería, vale
que ese día era el día de nuestra boda pero aun sin serlo sería capaz de
repetirle veinte mil veces lo afortunada que era por tenerle a mi lado.
Llegamos al hotel y aunque mi cuerpo no estuviera para mucha
más fiesta hicimos el amor de la forma más bonita y apasionada que podía
existir. Esa era la primera vez que lo hacíamos estando casados y la primera
que lo hacíamos pensando en ser padres; me daba miedo pero del miedo no podía
vivir, un niño con suerte traería aun mas felicidad a nuestra familia.
-
Estamos casados y vamos a ser padres tarde o
temprano, solo nos falta una cosa
-
El qué?
-
Nos falta bailar nuestra canción
Desnudo y sin importarle nada se levanto de la cama mientras
en su móvil buscaba la canción que casi todos los días escuchábamos cuando
estábamos juntos “I Wanna Dance With Somebody”. El baile era una tontería pero
era nuestro baile y eso lo hacía especial. Bailar era uno de mis mayores hobbies y si
lo hacía junto a mi novio y encima desnudos era lo más bonito que podía hacer.
No por nada sexual sino porque así era como habíamos nacido y era una forma de
la que no debíamos avergonzarnos, al fin y al cabo el baile es algo interior,
no por llevar más o menos ropa eso tiene que cambiar tus sentimientos al
moverte al ritmo de la música.
-
No quiero que te vayas otra vez
-
Ni yo quiero irme pero es lo que toca. Vamos a
tener una luna de miel muy rara
-
Lo sé, tu entre Nueva York y Los Ángeles y yo
aquí, abandonado durante un mes mas
-
Y tengo que ir a Brujas a una sesión de fotos
asique peor aun. No quiero separarme de ti ni un segundo –dije abrazándolo- No
quiero Max
-
No sabía lo de Brujas
No lo sabía porque había intentado ocultárselo el mayor
tiempo posible, sabía que si se lo decía iba a querer dejar su trabajo por
venir conmigo y no podía ser, me gustaría que fuera lo contrario pero lo
primero era su trabajo y luego las locuras con su ya mujer.
Después de una noche bodas llena de sorpresas dormimos hasta
la tarde del día siguiente; si algo bueno tenía casarse eso era que absolutamente
nadie preguntaba por los novios durante al menos 24 horas. Comimos en la cama,
hablamos sobre lo que teníamos que hacer los días siguientes y pasamos las
horas besándonos como auténticos adolescentes. Besarlo era mi única
pasión, era algo que sabía que se me daba bien y que para mi suerte a la
persona a la que besaba le encantaba que lo hiciera.
-
Deberíamos ir a despedirnos de mi madre y tus
padres. Mañana nos vamos todos y ninguno coincidimos en el mismo vuelo
-
Que les den Em, quiero estar contigo
-
Amor… vamos
Si por mi fuera también hubiera pasado las últimas horas a
su lado, lo malo iba a ser que si no me despedía de mi madre y mis suegros
estos se enfadarían conmigo durante todo lo que me quedara de vida.
-
Hola chicos –escuche decir a Sinead-
En ese mismo momento la mano de mi marido se poso en mi
cintura y con ello su cuerpo se inclino sobre el mío hasta darme un
impresionante beso delante de nuestras familias.
-
Y esto? –pregunte sorprendida-
-
No quiero que te vayas Em
Negué con la cabeza e intente dejar el tema lo antes
posible, como siguiera repitiéndolo llegaría el punto en que hasta me lo
plantearía.
Yo intente ser agradable con su familia pero el parecía que
no tenía ni ganas de intentar hablar un poco con mi madre, daba igual lo mal
que estuviera porque yo me fuera, tenía que poner un poco de su parte y a veces
no ser tan irrespetuoso como lo estaba siendo en ese momento.
-
Te necesito más que tu a mí, alegra esa cara
-
Ves normal que nos casemos y luego no pasemos ni
dos días juntos?
-
No cariño pero no podemos hacer otra cosa. En
serio, disfruta del tiempo que nos queda juntos y no nos fastidies el día a
todos. Para una vez que nos vemos…
Era normal que no le gustara que me fuera pero lo que no podía
hacer era lo que estaba haciendo. De alguna manera encontraríamos la manera de
vernos, lo mejor era no pensar en ello por el momento.
-
Ves? Pedazo de idiota
-
Juro que estaba a punto de empezar a llorar
–dijo en tono de broma- Gracias, no sabes lo mucho que lo necesitaba
-
No quiero que luego vayas diciendo por ahí que
te quedaste sin luna de miel por un director que estaba mal de la cabeza
Jason apareció en el momento perfecto. Según él llevaba
buscándonos un buen rato por todo el hotel y cuando por fin dio con nosotros
nos dio una de las noticias más esperadas, Max podía tomarse cuatro días
libres, sus escenas se pospondrían hasta el día que llegase de Brujas.
Yo tenía que trabajar un par de horas pero eso no importaba
mientras lo tuviera a él a mi lado, la sesión de fotos la haría por la mañana y
la tarde la tendría toda para Max y la maravillosa ciudad que me dio a conocer
al que ya era mi marido.
-
Un día Max, un maldito día. No sé por qué me he
casado contigo
-
Que he hecho ahora?
-
Hasta tu madre ha visto como sonreías a esa
chica, joder! Me pones de los nervios
-
Em
-
Ni Em ni ostias, te estás pasando de la ralla
Me levante de mi asiento y camine enfadada hacia la
habitación. Daba igual si me acababa de casar o no, Max no se daba cuenta de
que solo tenía que tener ojos para mí y eso me cabreaba de forma sobrenatural.
Como tenía que ser, él me siguió pero allí no consiguió lo
que tanto deseaba, no iba a perdonarle tan fácilmente. Me cogió del brazo, me
hizo mirarle a la cara y lo único que logro fue que le gritara toda la mierda
que me acababa de hacer pasar.
-
Soy tu mujer, olvídate de las demás. Si sigues así
Brujas se va a la mierda, paso de ir contigo a ningún lugar
-
Espera…
Salió de la habitación sin tan siquiera decirme a donde iba
y por alguna extraña razón confié en él y le hice caso. Cuando se iba sin decir
nada era que algo importante estaba a punto de suceder, con suerte algo que
cambiara mi estado de ánimo. 5 minutos, 10 minutos, hasta media hora llegue a esperar sin saber
por qué lo hacía, Max me estaba gastando una broma de mal gusto y desde luego
que esas no eran formas de hacerme olvidar todo.
-
Ves esto?
-
Eres idiota
-
Lo he llevado conmigo desde el día que me lo
diste. Puedo tener mis fallos pero que no te quede la menor duda de que estoy
enamorado de ti hasta las trancas. A la chica a la que sonreí abajo la conozco
de que me ayudo a organizar la boda, solo de eso. No tienes motivos para
ponerte celosa
-
“Mi vida ahora” –Negué con la cabeza incrédula tras
lo que acababa de ver- Hace años que te lo regale
-
Los mismos que llevo enamorado de ti. Ayer nos
casamos pero llevo casi 5 años enamorado de ti… confía en mi Em, me dijiste una
vez lo de las chicas y lo entendí a la perfección. Nunca más va a volver a
ocurrir
Con una pequeña sonrisa me acerque a él y le quite el libro
de las manos para a continuación darle un merecido beso. Vale que a veces hacia
mal las cosas pero muchas otras yo también me equivocaba y esa era una de
ellas. Me gustaba tanto ese chico que al más mínimo gesto de complicidad con
otra persona me ponía celosa, tan celosa que llegaba a crear ese tipo de
situaciones absurdas y sin motivo.
-
Donde estaba el libro para que tardaras tanto en
encontrarlo?
-
Lo tenía mi madre, el otro día dormí en su
habitación y me pase toda la noche leyéndolo por culpa de los nervios de la
boda
Aunque a veces me hacia rabiar, el hombre con el que me había
casado era perfecto ante mis ojos. Iría con él a Brujas y al fin del mundo si hacía
falta, lo único que quera era ser feliz a su lado.
Dos días después, Brujas…
Si creía que ya tenía lío con tan solo la sesión de fotos,
cuando Cassie me dijo que tanto Max como yo estábamos invitados a una gala benéfica
que se hacía en la ciudad el lío se multiplico por mil. Tenía que buscar un
vestido, organizar los horarios y aparte de todo esto tranquilizarme un poco
por lo que estaba por venir.
-
Mark y Jessica están ahí para ayudaros, no te
preocupes y disfruta. Cuando terminéis llámame
-
Te odio Cass
De esa forma termine la llamada. Cassie era una de mis
mejores amigas pero eso no le tenía por qué impedir haberme avisado un día o
dos antes de que tenía que asistir a ese evento. Era una autentica locura
preparar todo a escasas horas y sin opción a decir que no.
Con un espectacular vestido y Max a mi lado entré
dentro del coche que nos esperaba a la entrada del hotel. No íbamos a ser los
únicos actores en el evento, actores mundialmente conocidos como Alec Baldwin
o Antonio Banderas también asistirían,
cosa de la que me entere en último momento y era motivo suficiente para ponerme aun
peor de los nervios.
-
Esta es su mesa –dijo el señor que nos acompaño
hasta ella- Los demás asistentes están a punto de llegar
-
Gracias –respondí amablemente-
-
Leonardo DiCaprio
-
Qué?
-
Siéntate y luego lee lo que pone a tu izquierda
En ese mismo instante y conmigo aun en estado de shock un
guapísimo Leonardo DiCaprio apareció a mi lado y me saludo con una cariñosa
caricia en la espalda.
-
Por fin nos conocemos –dijo amablemente-
Enhorabuena por el Oscar
-
Muchas gracias
Estaba tan nerviosa que no sabía que decir, lo único que mi
cuerpo me dejaba hacer era agarrar la mano de Max y apretarla más fuerte cada
vez que mis nervios aumentaban. Era uno de mis actores favoritos y tenerlo a mi
lado me ponía aun más nerviosa que el día que tuve que dar mi discurso en los
Oscars.
Ser una actriz conocida no quitaba que siguiera siendo una fan mas, tenía 23 años y lo más normal era que actuase así cuando el mismísimo Leonardo DiCaprio se sentaba a mi lado y me hablaba.
Ser una actriz conocida no quitaba que siguiera siendo una fan mas, tenía 23 años y lo más normal era que actuase así cuando el mismísimo Leonardo DiCaprio se sentaba a mi lado y me hablaba.
-
Vais a salir de fiesta?
-
Mmmm… supongo, no lo sé. Hemos estado aquí hace
ya tiempo pero no conocemos muchos lugares para salir
-
En mi hotel vamos a hacer una fiesta, estáis
invitados.
Era muy raro acabar de conocer a Leo y que ya estuviéramos
invitados a una de sus fiestas. A Max no le gustaba mucho la idea pero para una
vez que nos pasaba algo así había que ir si o si, lo que pasara en esa fiesta
seria una anécdota más para contarle a nuestros futuros hijos.
Cenamos en el lugar al que habíamos sido invitados, vimos
como se subastaban algunos objetos para la beneficencia y cuando la noche se
empezó a poner subimos en un coche y nos acercamos al hotel en el que estaba la
fiesta.
-
Hoy hay que hacer algo diferente
-
Venir a esta fiesta no te parece diferente?
-
No. Algo peligroso, nuevo, algo que recordemos
siempre.
-
Están fumando maría en una piscina, te parece lo
suficientemente peligroso?
Ahí le había dado, eso era la primera de las mil locuras que
íbamos a hacer esa noche. Nos quedamos en ropa interior y sin conocer a ninguna
de las personas que estaban allí nos unimos a su orgia de sexo y drogas.
Aun no habíamos visto a Leo por ninguna parte pero por lo
que se veía eso no era nada raro en su vida. No digo que fuera un drogadicto
pero si tenía esa fiesta montada en su habitación era que el la había
consentido.
-
Ven aquí
Max parecía haberse metido totalmente en el tema de la
fiesta. Porro en mano y conmigo a escasos centímetros de su cuerpo medio
desnuda decidió que lo más adecuado para hacer en ese momento era besarme
apasionadamente. Daba igual la gente que nos pudiera ver, él quería una cosa y
la iba a hacer.
-
Esto parece una película porno. Tenemos que
parar
En ese momento alguien toco mi espalda, pensé que era Max
pero al ver a Leo dentro de la piscina supe que me equivocaba. Amablemente nos
invito a tomar algo y a continuación y sin esperármelo me robo de brazos de mi
marido y me saco fuera con la intención de hacer algo que yo ni podía imaginar.
- Mi marido
está ahí, no puedo dejarlo solo
-
Pues que venga
Avise a Max con la mano y en menos de 10 segundos ya lo tenía
a nuestro lado. Haber fumado aquel porro me afecto un poco pero no tanto como
para no saber lo que hacía, si veía que Leo nos llevaba a algún lugar raro sería
la primera en parar la situación.
-
No me gustan estas cosas
-
Cariño vamos... Queríamos hacer algo diferente
-
Estás loca
Esa misma frase me la repitió durante toda la noche pero lo
vivido no nos lo quitaba nadie. Nunca llegue a imaginar que tendría sexo con
dos hombres a la vez, era algo que jamás me había planteado, aunque teniendo a
uno de los hombres más sexys del mundo sugiriéndome tener sexo con el no me sorprendía
para nada haberle respondido que sí.
Acabábamos de conocernos pero daba igual cuando de sexo se
trataba.
Max estaba incomodo, yo más de lo mismo y Leo parecía ni inmutarse; era la hora de despedirse y aunque costara después de lo que habíamos hecho, hora de volver a nuestra vida normal.
Max estaba incomodo, yo más de lo mismo y Leo parecía ni inmutarse; era la hora de despedirse y aunque costara después de lo que habíamos hecho, hora de volver a nuestra vida normal.
-
Al menos ha merecido la pena desnudarme delante
de otro tío
-
Te ha encantado –dije finalizando la
conversación-
Todo había sido perfecto pero hablar de esos temas me seguía
poniendo de los nervios. Lo hecho, hecho estaba y lo mejor era no pesar más en
ello.
Volvimos a nuestro hotel,
descansamos y lo antes posible volvimos a despertar para terminar nuestro
ultimo día de luna de miel haciendo turismo por la ciudad que mejores recuerdos
nos había dado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario